Hace cuatro años arrancaba en Cannes un festival especializado en series para dar cabida, resonancia y alfombra, en este caso rosa, a una rama del audiovisual cuya creciente voz autoral y avidez temática habían acomodado en el sofá al espectador de cine. La hermana pequeña hace tiempo que mira de tú a tú a la pantalla grande, emulándola incluso tanto en el despliegue en la producción como en el trasvase de directores y la predisposición al reboot y el remake.
Aquella primera edición de Canneseries la ganó el israelí Omri Givon con When Heroes Fly, inspirada en la novela homónima de Amir Gutfreund. Hoy se estrena en Apple TV+ la versión estadounidense de aquella trama. Su showrunner es Mark Boal, ganador de dos Óscar, al mejor guion y la mejor película, por En tierra hostil (Kathryn Bigelow, 2009).
Si en la original, un grupo de veteranos del Mossad partían juntos a la selva de Colombia para rescatar a la hermana desaparecida de uno de ellos, en la copia aumentada en proyección y presupuesto, dos cuñados miembros de las fuerzas especiales del ejército, interpretados por Michiel Huisman y Luke Evans, tratan denodadamente de traer de vuelta a su mujer y hermana, tras su secuestro en la frontera entre Venezuela y Colombia mientras investigaba sobre las propiedades de la botánica y el chamanismo en la lucha contra la adicción a las drogas.
"Cualquiera va a sentirse identificado, porque todos somos hijos, padres, hermanos y amigos"
Entre testosterónicas escenas de acción donde no faltan helicópteros, postales de una infancia traumática, pesares del cautiverio e intrigas de la CIA, las neoFARC y el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional, el thriller internacional aspira a indagar en las complejidades en la relación entre Latinoamérica y su entrometido vecino del norte. En el despliegue de esas contradicciones se ha involucrado Pablo Trapero, que tras la experiencia fallida de Patria, debuta en la ficción seriada como productor ejecutivo y director de 4 de los 10 episodios, incluido el piloto.
Pregunta. Para Omri Givon lo interesante del libro fue la historia de amistad entre los cuatro amigos y el trauma del servicio en el ejército, ¿es algo que también les ha parecido sugerente explorar?
Respuesta. Lo que hicimos fue trasladar la trama a un ambiente más íntimo. De hecho, si tengo que definir Echo 3 diría que es una familia atravesada por una aventura. Si miras en detalle la serie, te darás cuenta de que los grandes momentos que hacen girar la historia son los más personales entre los tres protagonistas. El primer episodio empieza con una boda y, a partir de ahí, vamos viendo que todo lo que motiva y moviliza a los personajes es cómo su vida cotidiana, que en el caso de los dos hombres es su trabajo militar, marcado por la violencia, se ve afectada por las situaciones externas y extraordinarias sobrevenidas. La historia arranca desde una escala pequeña para crecer y terminar convertida en un thriller político. En la propuesta hay un despliegue de producción muy grande, pero cualquiera va a sentirse identificado, porque todos somos hijos, padres, hermanos y amigos. Eso fue lo que me hizo incorporarme a este proyecto, la conexión con las historias que me gusta contar.
P. De hecho, en su cine ya abordó la confluencia entre familia, política y violencia en El clan (2015), pero en este caso la propuesta está ambientada en Colombia y Venezuela. ¿Qué dificultades le ha supuesto enmarcarla en un contexto político y geográfico ajenos?
R. Siempre que asumo un proyecto me planteo qué puedo aportar y qué puedo aprender. Ya que mencionas El clan, yo era un crío en la época en la que sucedieron los hechos. Tuve que educarme en todo lo que pasó entonces para poder convertirlo en ficción. Te podría dar el mismo ejemplo con Elefante blanco (2012) y con Carancho (2010), que transcurren en Argentina, pero no son mi cotidianidad. Al suceder en Argentina es más fácil pensar que ciertas cosas resuenan o parecen más cercanas, pero no necesariamente. A diferencia de El Clan, que es una película de época, Echo 3 se desarrolla en un contexto contemporáneo, pero la dinámica de acercamiento en ambos casos es muy similar, y pasa por aprender sobre el mundo en el que vamos a contar la historia, conocer a los personajes y armarme un universo que pueda entender y controlar.
P. La serie puede engañar al principio al tomar como punto de partida el estereotipo de la damisela en apuros, así como el rol de EE.UU. como potencia salvadora, con la CIA involucrada en la operación. ¿Qué importante era descolocar a los espectadores desmontando lugares comunes?
R. Es bien interesante la pregunta, porque es una cuestión que nos planteábamos a diario. En la familia, los roles suelen ser estándar: el niño, el tío..., pero cuando entras en el detalle, cada niño es distinto y cada tío tiene su personalidad. En el primer episodio de Echo 3, cuando realizamos la presentación de personajes, todo parece reconocible a primera vista, pero a media que vas sumergiéndote en su realidad, te das cuenta de que nada era lo que imaginaste. Desde muy pronto se comprueba que hay una disociación entre esa imagen idealizada y la vida real. Sucede con cada uno de los personajes: la científica secuestrada resulta ocultar secretos, la periodista argentina emigrada a Colombia ocupa una posición de poder en su nuevo país, pero solo aparentemente, y esta fuerza militar de súper élite, que parece implacable, comprobamos que no lo es tanto cuando la vemos en acción.
P. Mark Boal dice que siempre valora las historias desde el punto de vista periodístico, ¿qué hay de usted?
R. El periodismo juega un rol importante en la ficción. En todas mis películas siempre he trabajado con periodistas que me han ayudado a acortar un poco el camino al compartirme sus experiencias y su conocimiento del mundo. Este fue uno de esos casos, porque los periodistas locales han realizado trabajos de campo y pasado tiempo con víctimas y victimarios.
P. Ha citado el personaje de la columnista política que interpreta su mujer, Martina Gusman. ¿Qué papel juega la prensa hoy día en los conflictos internacionales?
R. El personaje asume un rol fundamental en la trama, porque tiene esa posibilidad de ver con cierta distancia las distintas versiones de lo que está sucediendo. El periodismo indaga, pero no revela la verdad absoluta, lo que hace es dirigir el foco hacia un tema para proponer diferentes puntos de vista, lo que tiene mucho que ver con mi trabajo de director. Yo no puedo juzgar si un personaje es bueno o es malo, porque depende del contexto y de la situación. Esta serie juega mucho con la posición de la cámara, según a qué personaje estás viendo, según el punto de vista que el director muestra, el mismo hecho se percibe completamente diferente.