Las nominaciones a los Óscar evidencian que las adaptaciones cinematográficas de textos literarios gozan de un estupendo estado de salud e invitan a leer las novelas originales que han dado lugar a las películas seleccionadas. Dune, la aclamadísima distopía de Frank Herbert, vuelve a encontrar acomodo en la gran pantalla treinta y ocho años después de la adaptación de David Lynch. El filme de Denis Villeneuve comparte nominación a mejor película con Drive My Car, de Ryûsuke Hamaguchi, basada en un relato contenido en el volumen Hombres sin mujeres (Tusquets), de Haruki Murakami.
El poder del perro y El callejón de las almas perdidas son las otras dos cintas, cuya historia pertenece a una novela, que optan al galardón más codiciado. La primera supone el regreso al cine de Jane Campion, a cargo de la adaptación sobre la extraordinaria obra de Thomas Savage (1915-2003). El autor “vivió en un rancho de Montana y también tuvo un tío malvado y homosexual”, según apunta la cineasta en alusión al argumento de la novela. El poder del perro, editada por Alianza, es la crónica de dos hermanos vaqueros cuya vida da un vuelco con la llegada de una mujer viuda y su hijo, de clase social inferior. La traición, el alcohol y los asuntos de género conviven en esta poderosa historia del Oeste americano.
La bebida también es un factor determinante en la creación de la novela El callejón de las almas perdidas. La película de Guillermo del Toro es un remake de la cinta que dirigió Edmund Goulding en 1947 a partir de la obra de William Lindsay Gresham (1909-1962). En la tercera edición de Sajalín, publicada semanas atrás, Nick Tosches revela cómo se gestó el primer pasaje de esta novela negra.
Hacia el final de la Guerra Civil española, Gresham se encontraba en Valencia como voluntario para defender la República. Cuando esperaba su repatriación, le hablaron de un número de feria que protagonizaba “El Monstruo”, un individuo que mordía serpientes y pescuezos de pollos vivos a cambio de unos tragos. Las consecuencias psicológicas del alcoholismo planean durante toda la novela, una historia de ambición y traiciones que entronca, por este lado, con la obra de Savage.
Los Óscar también nos invitan a leer La hija oscura, novela de Elena Ferrante publicada en Lumen y versionada por Maggie Gyllenhaal, que compite por el mejor guion adaptado. Leda es una profesora de literatura inglesa, divorciada, que revuelve sus recuerdos a partir de la contemplación de una joven madre con su hija en una playa. La dueña de uno de los seudónimos más universales logra tejer una trama inquietante que Gyllenhaal transforma en un thriller psicológico a partir del robo de una muñeca. “¿Qué pasaría si, en lugar de leerlo, pudieras escuchar estas cosas en voz alta?”, se preguntó la cineasta al terminar el libro que se ha convertido en película.