Durante el mes de marzo la Filmoteca de Andalucía había programado un ciclo de proyecciones de películas basadas en las novelas del escritor polaco de ciencia ficción Stanislaw Lem. Uno de sus grandes títulos fue Solaris, historia que fue llevada al cine en 1972 por el director ruso Andréi Tarkovsky. Sin embargo, “la delicada situación mundial” les ha llevado a cancelar esta proyección y a programar, en su lugar, la versión de 2002 dirigida por Steven Soderbergh.
La institución justifica su posición atendiendo a las palabras de la European Film Academy (EFA) que, a través de un comunicado publicado el 1 de marzo en su página web, declaraba su unión “a las sanciones globales contra Rusia”, apoyando, así, “el llamado de la Academia de Cine de Ucrania para boicotear el cine ruso”.
La EFA, continúa, reconoce “a esos valientes cineastas rusos que se oponen a esta guerra pero en vista de un ataque brutal e injustificado tenemos que apoyar a nuestros hermanos ucranianos cuyas vidas corren peligro”. De la misma manera, ha anunciado que “excluirá las películas rusas de los Premios del Cine Europeo de este año”.
La propia Filmoteca de Andalucía asegura que su objetivo no es censurar a un cineasta o una ideología en concreto sino evitar que Vladímir Putin pueda recibir algún tipo de recaudación económica por la proyección de la película. Del mismo modo, sostienen que una vez acabe el conflicto armado volverán a programar la película Solaris como lo han hecho en el pasado.
Andréi Tarkovsky, uno de los directores rusos más importantes de la historia del cine y autor de grandes películas como Nostalgia, Sacrificio o Andrei Rublev, fue el primer cineasta ruso en obtener el León de Oro del Festival de Cine Venecia. Lo hizo en 1962 por La infancia de Iván. No obstante, fue perseguido y censurado por el régimen soviético, circunstancia que le llevó a trasladarse a Italia, país en el que dirigió Nostalgia, y luego a Suecia, donde llevó a cabo Sacrificio. Enfermo de cáncer, Tarkovsky murió en París en diciembre de 1986.
La EFA, sin embargo, no es la única institución que se ha unido a la defensa de Ucrania. También lo ha hecho el Festival de Cannes, que une su voz “a la de todos aquellos que se oponen a esta situación inaceptable”. De esta manera, han decidido que “a menos que se ponga fin a la guerra de agresión en condiciones que satisfagan al pueblo ucraniano, no se recibirán delegaciones oficiales procedentes de Rusia, ni se aceptará la presencia de ningún organismo vinculado al gobierno ruso”.