El cineasta Douglas Trumbull, responsable de los efectos especiales de varios clásicos del cine de ciencia ficción como Blade Runner (Ridley Scott, 1982) y 2001: una odisea del espacio (Stanley Kubrick, 1968), ha fallecido a los 79 años, informó este martes su hija. "Mi padre, Doug Trumbull, murió anoche después de una gran batalla de dos años contra el cáncer, un tumor cerebral y un derrame cerebral", explicó Amy Trumbull en su cuenta de Facebook.
En la misma publicación, su hija reivindicó la figura de su padre, al que describió como "un genio absoluto y un mago", por sus contribuciones a la industria del cine y los efectos especiales, que "perdurarán durante décadas". Recordó que su Doug Trumbull fue el creador de los efectos especiales de películas que pasaron a la historia del cine como Encuentros en la tercera fase (1977), de Steven Spielberg; Star Trek (1979), de Robert Wise; y El árbol de la vida (2011), de Terrence Malick. Aunque rechazó trabajar en Star Wars (George Lucas, 1977) por estar ocupado en otros proyectos.
Nacido en Los Ángeles (California, EE.UU.) en 1942, Trumbull es reconocido como uno de los grandes pioneros de los efectos especiales y ópticos para la industria del cine. Aunque consiguió cinco nominaciones a los premios Óscar, solo recibió un Óscar honorífico por su carrera. En cualquier caso, su legado ha traspasado los límites del tiempo, y buena parte de los filmes en los que trabajó han alcanzado la etiqueta de clásicos.
Hijo de uno de los artífices de los efectos especiales de El mago de Oz (Victor Fleming, 1939), Trumbull se introdujo en el cine después de que sus ilustraciones para una película de la NASA que se exhibió en la Feria Internacional de Nueva York de 1964 sedujeran a Stanley Kubrick y Arthur C. Clarke, que lo reclutaron para 2001: una odisea en el espacio. Entre las técnicas que desarrolla para la película, Trumbull utiliza el Slit-scan para obtener las partes más psicodélicas de la película. Poco después trabajaría en otro clásico de la ciencia ficción como La amenaza de Andrómeda (Robert Wise, 1971).
Además, Trumbull dirigió las películas Naves misteriosas (1972), en la que se reflejaba el entonces emergente movimiento ecologista de principios de los 70, y Brainstorm (1983), que predijo la fascinación por la realidad virtual. Sin embargo, este último proyecto sufrió el varapalo de la muerte de Natalie Wood durante el rodaje. Ninguna de las dos películas fue un éxito de taquilla, aunque hoy son reconocidas como clásicos de culto. Recibió un premio honorífico por su carrera de la Sociedad Estadounidense de Fotografía (ASC, en inglés).