La película brasileña Pacificado ha recibido la Concha de Oro de la 67 edición del Festival de San Sebastián. Nacida de una colaboración creativa de siete años entre la comunidad de Morro dos Prazeres y el guionista y director Paxton Winters, el filme realiza un retrato íntimo y alentador de una familia que intenta hallar la paz en el siempre cambiante campo de batalla urbano. Aunque muchos han comentado la eficacia de la propuesta a la hora de mezclar melodrama y thriller y el excelente trabajo del plantel actoral, pocos podían esperar que esta película acabara alzando el premio gordo de la noche. "Mi papel sobre todo ha consistido en escuchar, observar, hacer preguntas. Yo soy solo el canal", ha expresado Winters en el escenario .
Según avanzaba la entrega de galardones que han presentado la actriz Natalia de Molina y la periodista Edurne Ormazabal en el Auditorio Kursaal, todo parecía indicar que La trinchera infinita llevaba más papeletas que ninguna otra para salir ganadora. Primero, Jon Garaño, Aitor Arregi y Jose Mari Goenaga, directores del filme, se hacían con el Premio Irizar al Cine Vasco; posteriormente, Jose Mari Goenaga y Luiso Berdejo, ganaban el premio al mejor guión, y, justo antes de la sorpresa, el trío de cineastas volvía al escenario para recoger la Concha de Plata al mejor director. La película narra la historia de Higinio Blanco (Antonio de la Torre), un hombre que se escondió en su casa al principio de la Guerra Civil por miedo a las represalias de los sublevados y que permaneció treinta años sin salir a la calle. Es precisamente el miedo lo que intenta estudiar este filme que logra una gran actuación tanto de De la Torre como de Belén Cuesta y que, desde hoy, es firme candidata a los grandes premios de la temporada.
Además de la Concha de Oro, Pacificado también se hizo con otros dos premios: la Concha de Plata al Mejor actor para Bukassa Kabengele, ese padre que después de salir de la cárcel retoma su relación con su hija de 13 años, y el Premio a la Mejor fotografía para Laura Merians. Además, Alice Winocuor logró meter cabeza entre las dos grandes vencedoras de la noche para alzar el Premio Especial del Jurado “por su ambición estética” y por “convertir un drama de exploración espacial en una exploración de la maternidad” en Próxima (Francia - Alemania).
Quizá el momento más emocionante de la noche ha consistido en ver subir al escenario a la joven y talentosa actriz española Greta Fernández de la mano de la gran intérprete alemana Nina Hoss. Ambas recibían ex aquo la Concha de Plata a la mejor actriz. La primera, por La hija de un ladrón, opera prima de Belén Funes que ha encandilado a la crítica con un retrato de la precariedad hondo y emocionante en la línea de Ken Loach o los hermanos Dardenne. Y la segunda, por The Audition, filme de la alemana Ina Weisse en el que la actriz interpreta a una profesora de violín que consigue la admisión de un chico en el que detecta un notable talento y con el que iniciará una intensa relación cercana a la obsesión.
Entre los galardones menores, Algunas bestias (Chile) se ha alzado con el Premio Kutxabank-New Directors y en esa misma sección ha recibido una mención especial Sestra (Bulgaria - Qatar), de Svetla Tsotsorkova. El Premio Horizontes ha ido a parar a De nuevo otra vez (Argentina), mientras que la mención especial ha sido para Daniel y Diego Vega por La bronca (Perú - Colombia). El Premio Zabaltegi-Tabakalera se lo ha llevado Angela Schanelec con Ich War Zuhause, Aber (Estaba en casa, pero…) (Alemania - Serbia) y la mención especial ha recaído en Les enfants d’Isadora (Francia- Corea del Sur), de Damien Manivel.
El Premio del Público Ciudad de Donostia / San Sebastián ha recaído en Especiales (Francia), de Olivier Nakache y Eric Toledano, y el Premio del Público a al Mejor película europea se lo ha llevado Sorry We Missed You (Reino Unido - Francia- Alemania), de Ken Loach. Además, el Premio TCM de la Juventud ha sido para Ana García Blaya Las buenas intenciones (Argentina).
Durante la gala las presentadoras han agradecido la presencia de cineastas, guionistas, productores y estrellas durante los nueve días del festival, y también han tenido en cuenta al público que “ha llenado las salas un año más” y ha convertido “hasta la película más pequeña en cine con mayúsculas”. “Podríamos decir que se cierra un ciclo pero no es cierto porque en el Festival de San Sebastián las despedidas sólo son una cuenta atrás para volver a encontrarnos y ver más cine. Así que decimos hasta luego de la mejor manera posible, a oscuras, con una película”, han dicho De Molina y Ormazabal antes de dar paso a la proyección de The Song of Names (La canción de los nombres olvidados), la película de clausura. Su director, François Girard, ha estado en la ceremonia acompañado por los actores Tim Roth y Catherine McCormack.