Image: Jorge M. Fontana: “El lugar real de Boi no es Barcelona sino la psique del protagonista”

Image: Jorge M. Fontana: “El lugar real de Boi no es Barcelona sino la psique del protagonista”

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Jorge M. Fontana: "El lugar real de 'Boi' no es Barcelona sino la psique del protagonista"

Jorge M. Fontana debuta en el largometraje con Boi, la historia de un joven conductor de VTC que sueña con que le publican una novela (que le rechazan) y está asustado ante la posibilidad de su paternidad.

29 marzo, 2019 01:00

Jorge M. Fontana (Barcelona, 1987) debuta en el largometraje con Boi, la historia de un joven conductor de VTC que sueña con que le publican una novela (que le rechazan) y está asustado ante la posibilidad de su paternidad. Barcelona es el lugar donde sucede la historia y es protagonista del filme aunque la vemos siempre a través de los ojos de este joven fantasioso que confunde sus lecturas y ensoñaciones con la realidad. Con la llegada a la ciudad de un ejecutivo chino y su asistente para el Mobile World Congress, los dos hombres le enredarán en una trama criminal que el director prefiere dejar en el aire, y que según Fontana son “como los ángeles de la guarda de Wenders que vienen del cielo para ayudar a que Boi crezca”. Peculiar película con una clásica historia de iniciación, con ecos de La conjura de los necios, de John Kennedy Toole, en la trama y en las imágenes de este filme en el que también hay un escritor sin éxito, un guacamayo y un club con muchos misterios.

Pregunta. ¿Por qué quería que el protagonista fuera conductor de VTC?

Respuesta. No tengo nada que ver con esa profesión, si acaso soy conductor de historias. El origen de esta película está en un relato que publica Apartamento magazine. Me invitó a hacer un texto corto de dos páginas. Contaba que un conductor privado recibía a dos clientes, entraba en un túnel y se producía una ensoñación. A partir de aquí yo tenía un guión escrito de largometraje que no estaba avanzando en producción y comencé a coger ese texto y expandirlo. Eso fue hace cuatro años y nos hemos encontrado con este tema tan candente. Estaba allí pero no tenía el protagonismo de ahora. Con el tiempo y a medida que se ha desarrollado la historia ha sido importante explorarlo más. Me interesaba también esa condición de escritor que es lo que soy yo con el oficio de conductor porque es un trabajo que te permite adentrarte en el submundo de las ciudades. Además si es un nuevo oficio siempre tiene ese cariz de expectativa. Conducir por una ciudad te permite redescubrirla, contemplarla y tener un paisaje móvil que es un poco adonde vamos. Es donde el personaje pone su atención.

P. ¿Diría que es una película autobiográfica?

R. Hay algo muy generacional. Por supuesto hay una parte autobiográfica y ha ido cambiando por mis propios intereses personales. Refleja esa edad de los veintimuchos que ya te planteas proyectos de mayor envergadura. Es un momento en el que algunos lo consiguen, otros no, y hay quien sigue luchando y quien lo deja atrás. Boi tiene este sueño de publicar su novela y lo que vemos es que se la están rechazando. En eso me ha recordado a mí y he volcado mis experiencias de esa frustración de que las cosas no avanzan como uno desea.

P. ¿Es posible reflejar la Barcelona de hoy sin que aparezcan turistas?

R. Es difícil. Yo soy de allí y puedes encontrar esos entresijos de la Barcelona que queda y no ha lastrado el turismo todavía. Parte de la película muestra también un poco eso. Boi representa la Barcelona más clásica, en la que vemos ese apartamento un poco anacrónico, y su trabajo le abre una puerta a esa otra. Lleva un coche de alta gama nuevo que nunca llevaría en su vida real y hay unos clientes que vienen a hoteles de primera. Un hotel en medio de El Borne en un lugar en el que ves que han tirado varios edificios clásicos para levantar hoteles. También vemos el World Mobile Congress presentado en su realismo absoluto porque lo rodamos en esas fechas.

P. ¿Fue un referente La conjura de los necios, de John Kennedy Toole?

R. Sí, totalmente. Me hablan mucho de David Lynch pero ha sido más referencia para mí esa novela. Aún más tratándose de un personaje como Boi que también quiere ser escritor. El rechazo editorial es un tema. Leí la correspondencia de John Kennedy Toole con su editor y fue una inspiración. La literatura se tenía que ir colando, hay varios puntos. Hay un momento en el que se oye muy de fondo. Macarena Gómez, que interpreta a la dueña del local, al darse la vuelta dice eso de “gracias a Myrna y su guacamayo”, un guiño claro a los personajes de La conjura de los necios además del loro, claro.

P. ¿Por qué quería dejar tantas zonas de sombra en la película?

R. Parte del reto era ese. La perspectiva es la de Boi y vemos sus artimañas y sus recursos creativos para crear un relato. Lo está levantando pero hay partes de ese relato que a él no le interesan. Por ejemplo, escuchamos conversaciones en mandarín sin subtítulos porque él no lo entiende. Después está ese personaje de Simon que tiene una promesa de transformación, pero no me interesaba entrar en ese aspecto. Para mí la historia de estos clientes chinos tienen una misión simbólica que es ayudar a que Boi crezca y en un par de día sea más adulto y capaz de afrontar las responsabilidades que antes. En su caso esta madurez se expresa a través de ese miedo a la paternidad. Por eso vemos que siempre está corriendo y siempre está huyendo.

P. ¿El filme está contado desde cómo lo ve y lo procesa Boi? ¿Hasta cierto punto es el relato que él mismo construye sobre sus vivencias?

R. La apuesta es vivir esto desde la perspectiva de Boi. Vemos esta realidad a través de sus ojos y mirada. Quizá por esa falta de madurez es un poco un adolescente crónico. Tiene este punto de artista que se resiste a crecer y lo que implica y obliga en el día a día. Esa apuesta suya es lo que nos remite a pensar en el punto de vista. Si además es un creador, es un manipulador de relatos. Por tanto, deberíamos dudar si todo es real. Por ser fiel y honesto con quien estamos trabajando. Creo que él lo vive de esta manera. Cuando mezclas la literatura con la realidad te lo puedes acabar creyendo. Hemos de aceptar todo como está porque para él es real. Poco a poco entramos en ese mundo onírico. El lugar real no es Barcelona sino la psique del personaje. Esa última escena apuesta por ese punto fantasioso. Ese nombre de Boi es catalán y es real. He querido siempre no olvidarme de que estamos en un lugar que es Boi y su cabeza. Era una forma de universalizarlo. Hay mucha torpeza de todos. La torpeza es una apuesta de este personaje. El actor, Bernat Quintana lo primero que me dijo fue que se identificaba con eso. Lo dice muy claramente. Se está resistiendo a crecer y eso tiene consecuencias. No encaja con su contexto.

P. Al final la pasajera francesa dice eso de que no cree tanto en la creación como en el “descubrimiento”. ¿Está desvelando su punto de vista?

R. No me gusta tanto en el cine cuando en una película aparece su propio libro de instrucciones. Pero sí es verdad que hay pistas en la que se habla de la apuesta artística y la visión del protagonista. Es cierto que en esa conversación con el personaje de la pasajera francesa se revela esa idea del protagonista de liderar la creación desde lo cotidiano, como una forma de explorar y encontrar nuevos mundos desde la realidad.

@juansarda