La 36.ª edición del Festival de Sundance, principal referencia mundial del cine independiente, estará marcada por el regreso a Park City de Harvey Weinstein, figura trascendental para la consagración del certamen a partir de los años 90 con sus agresivas tácticas para adquirir las perlas del festival y convertirlas en taquillazos o arrasar en los grandes premios. El otrora implacable productor de Miramax no acudirá al festival, pero será el documental Untouchable, de Ursula McFarlene, el que indague en el auge y la caída de este titán de la industria, acusado por decenas de mujeres de acoso, abuso sexual e incluso violación.
Hoy, Miramax ha perdido su primacía en el mercado de Sundance y son Netflix y Amazon quienes invierten más dinero en las películas que se proyectan para incluirlas en sus catálogo. Además, el hedonismo y la frivolidad que asaltó al festival durante la era Weinstein parece que ha quedado atrás y Sundance, fundado por el actor Robert Redford en las montañas de Utah, encara definitivamente su madurez apostando por la diversidad, tanto delante como detrás de la cámara. En esta edición, de las 117 películas seleccionadas, 45 (un 39 %) están dirigidas por mujeres, 41 (un 35 %) tienen la firma de cineastas de color, y 15 (un 13%) proceden de creadores que se identifican como LGBTQIA. “Estas películas y estos artistas cuentan la verdad: ya sean documentales que iluminan historias ocultas o ficciones que ponen el foco en la diversidad de la experiencia humana”, aseguraba John Cooper, director del festival.
En esta ocasión, a partir del jueves 24 de enero, cineastas de 36 nacionalidades distintas, en muchos casos con su primera película debajo del brazo, desfilarán por la alfombra roja. Es el caso de la española Alice Waddington, que presenta en la sección Next su debut en el largometraje: Paradise Hills. Escrita por Nacho Vigalondo y el novelista Brian DeLeeuw, y con un reparto internacional en el que destacan Emma Roberts, Awkwafina y Milla Jovovich, la película se ambienta en un isla paradisíaca que sirve como reformatorio para chicas rebeldes de familias adineradas. Además, los cortometrajes españoles Adalamadrina, de Carlota Oms, y Knockstrike, pieza de animación creada por Marc Torices, Pau Anglada y Genis Rigol, intentarán rascar algún premio en sus respectivas categorías.
En cualquier caso, es difícil pronosticar cuál será la película que triunfe en esta edición, aunque una buena apuesta sería Late Night (Nisha Ganatra), comedia en la que Emma Thompson interpreta a una presentadora de televisión que, para adaptarse a los tiempos del #MeToo, contrata por primera vez a una mujer para su grupo de guionistas. Otras estrellas de Hollywood que podrían dar la campanada son Viola Davis y Allison Janney con Troop Zero (Bert & Bertie), una comedia sobre un grupo de Girl Scouts en los 70, o Jake Gyllhehall, que vuelve a hacer equipo con el director Dan Gilroy en el thriller Velvet Buzzsaw. También asistirá Sundance al bautismo como director del actor Chiwetel Ejiofor en The Boy Who Harnessed the Wind y Zach Efron intentará ampliar su registro interpretativo dando vida al asesino en serie Ted Bundy en Extremely Wicked, Shockingly Evil and Vile, de Joe Berlinger.