Image: Miguel Ángel Vivas: Sevilla es una sociedad muy clasista

Image: Miguel Ángel Vivas: "Sevilla es una sociedad muy clasista"

Cine

Miguel Ángel Vivas: "Sevilla es una sociedad muy clasista"

El director hispalense estrena Tu hijo, un thriller de venganza y dilemas morales protagonizado por José Coronado y ambientado en su ciudad

9 noviembre, 2018 01:00

Miguel Ángel Vivas

Miguel Ángel Vivas (Sevilla, 1974) se bate el cobre en las salas con una película ambiciosa y controvertida como Tu hijo, en la que arrastra al protagonista y al espectador a un universo de densidad moral del que no se sale indemne. La película trata sobre un cirujano, Jaime (José Coronado), cuya vida aparentemente perfecta se desmorona cuando su hijo veinteañero (Pol Monen) entra en coma profundo después de que le metan una paliza a la salida de una discoteca. Dominado por la pena y el odio, el médico iniciará una brutal pesquisa para encontrar y castigar a los culpables. En una Sevilla fría y gris insólita, la película plantea una dura metáfora sobre una sociedad clasista en la que la civilización no es que más un tenue velo que esconde una brutalidad más que latente.

P.- ¿Concibe esta película como un drama moral?
R.- El problema es que el mundo funciona un poco así porque vivimos en una sociedad enferma. Cuando miro a mi alrededor hay un montón de cosas que no me gustan y quiero ponerlas sobre la mesa. No es un discurso de propaganda sino que busca que el espectador reflexione. Hay gente que me dice "es que me remueve mucho". Para eso está pensada, la cámara mira directamente al espectador porque le interroga sobre la realidad. La palabra "moral" es la que más he usado desde que planteé el proyecto. Es una película en la que el público sigue y aplaude al protagonista para que al final se pregunte sobre lo que ha visto. El problema es que has aceptado cosas por el camino que no están bien.

P.- ¿Ha preferido obviar las redenciones hollywoodienses?
R.- En esta película no hay redención y esa es quizá la principal diferencia con otros filmes que pueden tratar un tema parecido. Todos los actos de Jaime (Coronado) no le provocan ninguna satisfacción, al contrario, se hunde más. Y surgen preguntas cuando vemos que el hijo también ha cometido actos horribles. ¿Qué legado le dejamos a nuestros hijos? ¿Somos amigos o padres de nuestros hijos?

P.- ¿No vale todo por un hijo?
R.- Entendemos que un hijo reniegue del padre pero no al revés. Es muy difícil. La película se llama Tu hijo porque queremos que el público se plantee su relación con los suyos. Jaime cree que tiene una buena relación con su hijo porque se reparten sonrisas y salen a correr juntos pero llegado el caso se da cuenta de que no sabe nada sobre su vida. Con su hija sucede lo mismo, es incapaz de comunicarse verdaderamente con ella. Hay también una distancia generacional y al mismo tiempo la idea del paso del testigo. El padre se siente viejo y piensa que es el hijo quien debe seguir con lo que él empezó. Y en ese momento en que se rompe esa cadena el padre se siente mayor porque tiene que volver a tener un papel activo que creía que había llegado el momento de relegar en la nueva generación.



P.- ¿Con los años el mundo de los jóvenes resulta cada vez más distante y lejano?
R.- Me resultaba mucho más fácil describir a Jaime que el mundo de los jóvenes. Y tenía que hablar de ellos desde la verdad y no desde la caricatura. Tengo la suerte de tener muchos amigos veinteañeros que me han ayudado a encontrar esa voz. Yo doy clases y cada año me sorprende más lo poco que los entiendo. Siento que no tengo nada que ver con ellos y no hace tanto tiempo que era alumno. Pero no fui consciente de ese salto generacional hasta que comencé como profesor. Es lo mismo que le pasa a Jaime. Cuando entra en el mundo de los jóvenes está como un pulpo en un garaje, no entiende nada porque siempre está fuera de lugar.

P.- ¿Sustituimos la pena por odio para no hundirnos del todo?
R.- Con la cámara nos vamos acercando a Jaime y cuando ya estamos emocionalmente con él, llega el puñetazo. En la película la rabia está todo el tiempo. Es un personaje que está dominado por el odio y la pena. Sobre todo por la pena porque intenta sustituirla por rabia para no enfrentarse a ella y el resultado es peor. Es imposible avanzar porque son emociones que te hacen mirar hacia atrás. En la película, el odio le hace tomar decisiones pero humanamente está totalmente estancado.

P.- ¿Cuál es el papel del clasismo?
R.- Surgen los prejuicios. Es un padre médico, de clase alta, con unos hijos que parecen fantásticos. Después vemos la clase media-baja que representa ese empresario de la discoteca al cual Jaime ya atribuye características más negativas por una cuestión de clasismo. Y finalmente está ese hombre con un hijo enfermo que vive en una barriada humilde de Sevilla sobre el que caen todos los prejuicios. El problema es que aplaudimos lo que Jaime hace en ese momento. Sin embargo, es brutal. No tiene nombre. Es un abuso de poder increíble. Es un universo latifundista que tiene sus raíces en la historia.

P.- ¿Cuál es el papel de Sevilla?
R.- En esta película queremos romper todos los prejuicios. Por eso vemos una Sevilla invernal y fría. Scorsese dice que es mejor hablar de lo que sabes y yo he querido hacer una película muy honesta, con el corazón. Y conozco muy bien Sevilla porque he crecido allí y es una sociedad muy clasista. La sociedad en general lo es pero en esa ciudad además se alardea de ello. Y hay una crítica muy clara a eso. Jaime no concibe que su hijo sea culpable porque cree que pertenece al mundo de los "buenos". Y luego resulta que los niños bien son los que más hacen estas cosas porque no son conscientes de la maldad de sus actos.

P.- ¿Por qué Jaime no es desde el principio un poco más simpático?
R.- He querido contar la película desde un sitio frío porque quiero ser honesto, no he querido manipular. Había mil ideas para hacer a Jaime más simpático y las valoramos. Es muy fácil manipular, poner la música en un momento dado o un detallito de guión para que el público se emocione con el personaje. Pero no me apetecía ir por allí. Ya vemos muchas películas que no te dejan huella. Aquí la idea es que si te pegamos un puñetazo, al día siguiente te siga doliendo. Si lo consigo he conseguido todo lo que quería. La pregunta final es: ¿y tú?

@juansarda