Wang Bing

El Museo Reina Sofía y la Filmoteca de Madrid dedican al director chino una retrospectiva integral que muestra un cine sencillo, sincero, honesto y puro que indaga en las trasformaciones socioeconómicas que atraviesa su país y que pretende registrar su memoria histórica. El Cultural habla con Wang Bing a su paso por Madrid.

El cineasta Wang Bing (Shaanxi, República Popular China, 1967) lleva algo más de 15 años retratando con sencillez y honestidad a los excluidos de la transformación económica que ha experimentado China en las últimas décadas. Su obra ofrece una panorámica de los efectos que el inexorable "progreso" de la China moderna ha causado en la población más humilde, los desheredados de la tierra, y, al mismo tiempo, establece un nuevo punto de partida para el registro de una memoria histórica corrompida por motivos ideológicos. En películas como West of the Tracks, He Fengming, Bitter Money o Ta'ang, que pueden llegar a las ocho horas de duración y que son adoradas en Locarno, Cannes o Venecia, Wang Bing alcanza una crudeza y una belleza sin paliativos capturando las imágenes con un equipo de cine digital y rodando casi siempre de manera clandestina. Ahora el Museo Reina Sofía y la Filmoteca Española le dedican una retrospectiva integral a su obra que durará hasta mediados de noviembre. Hablamos con el cineasta a su paso por Madrid. "Es una gran oportunidad para que los españoles puedan hacerse una idea de cuál es mi trabajo, ya que hasta el momento mis películas se han proyectado en contadas ocasiones en vuestro país", explica Wang Bing.



Pregunta.- Ha estrenado en Filmoteca su nuevo trabajo, Beauty Lives in Freedom, Gao Er Tai. ¿Cuál fue el origen de este proyecto?

Respuesta.- El origen está vinculado directamente a esta retrospectiva, ya que lo he desarrollado para estrenarlo aquí. Gao Er Tai era un escritor que en 1957, cuando aún era joven, comenzó a escribir cuestiones teóricas sobre la estética y la belleza y sobre el lugar que debe ocupar el hombre en la sociedad. Fue denunciado por las autoridades por derechista y enviado al campo de concentración de Jianbiangou, sobre el que ya he realizado varios documentales. Gao Er Tai fue uno de los prisioneros que, relativamente, tuvo suerte ya que, después de tan solo un año encerrado, el gobierno lo sacó de allí porque lo necesitaban para que pintara arte de propaganda. Simplemente quería dejar constancia en formato documental de la vida de este hombre.



P.- ¿Por qué le interesa revisar la memoria histórica de su país?

R.- La ideología tiene un papel dominante en China y por eso hay muy pocos registros de la historia de mi país en cine o literatura. En la actualidad, episodios de la historia como el de Jianbiangou aparecen algo en textos y libros, pero mucho menos en el cine. Las películas solo lo tocan de manera indirecta e implícita. Hay mucho desconocimiento sobre lo que ocurrió en realidad. Creo que los documentales son un buen medio para registrar las experiencias de estas personas y dejar un legado para la posteridad.



P.- ¿Cree que sus documentales pueden ayudar a cambiar algo en su país?

R.- No creo que se puedan cambiar países con películas. Simplemente intento contarle a la gente cosas que han pasado y que desconocen para dejar constancia de ellas.



P.- ¿Cómo decide cuál va a ser su siguiente película?

R.- No es algo que decida de una manera fría. Normalmente todo arranca cuando en un viaje conozco a alguien interesante o escucho una historia que me cautiva. En el caso del campo de concentración de Jianbiangou, que fue un evento histórico con muchas ramificaciones en mi país, me di cuenta de que necesitaba varias películas y muchos años para cubrir todo lo acontecido.



P.- ¿Cómo sabe entonces cuándo poner el punto y final a sus proyectos?

R.- Un buen ejemplo de un documental que requirió varios años para completarse fue Dead Souls y simplemente llegamos a la conclusión de que habíamos finalizado cuando no pudimos encontrar más testigos que pudiéramos entrevistar.



P.- Debe de ser muy complicado editar documentales de hasta ocho horas de duración. ¿Cómo trabaja este aspecto de su obra?

R.- Realmente no es tan complicado. Lo más importante es tener una imagen global de todo el proyecto. Cuando empiezas el proceso de un filme tan largo tienes que concebir un enfoque para toda la película. Para mí lo más importante es utilizar un lenguaje cinematográfico lineal y muy sencillo, claro y simple desde el principio.



P.- Su método de trabajo es exactamente el mismo desde que empezó. ¿Alguna vez pensó en trabajar con más medios o mejor equipo?

R.- Nunca tuve ni la necesidad ni el deseo de hacer las cosas de una manera diferente. Además, nunca tenemos dinero y no nos cuesta rodar de la manera en la que lo hacemos. Pero, además, me gustan las películas sencillas y me gusta hacer las cosas de una manera fácil. Me da pavor la posibilidad de encontrarme a mí mismo en un ambiente complejo de trabajo. Lo importante en mi proceso es concentrar la atención en la gente, eso es lo que importa. En caso contrario, tu atención se diversifica y el tiempo se va en complicaciones técnicas.



P.- ¿Cómo consigue que la gente le abra la puerta de sus vidas?

R.- Me han hecho esta pregunta muchas veces a lo largo de los años, pero creo que sigo sin tener una respuesta muy satisfactoria. Nunca pienso demasiado en cómo lo voy a hacer, en cómo me voy a acercar a alguien. Simplemente, si encuentro a una persona interesante, le pregunto si le puedo grabar y normalmente nunca ponen problemas. He hecho muchos documentales hasta la fecha y hasta el momento todo ha ido como la seda. Creo que una de las claves es que siempre trabajo con un equipo de pocas personas. Al final es una persona enfrente de otra, a pesar de la cámara. Nunca me da la impresión de que estoy arrancando un filme, simplemente estoy por allí y hablo con un vecino o con otro. Es así de sencillo.



P.- ¿Está interesado en la búsqueda de belleza en sus películas?

R.- Nunca preparo los planos así que, si hay algún hallazgo de belleza, es por casualidad. Solo intento trabajar con una mirada abierta y libre y no manufacturar lo que llaman una toma bonita. Creo que la belleza en las películas llega cuando la atmósfera, la cámara y la gente, está relajada y hay un sentido de la vida yendo hacia adelante.



P.- ¿Cómo es su relación con el gobierno chino?

R.- No tengo ninguna relación con el gobierno chino. Soy simplemente un emprendedor que hace películas. No me veo diferente a una persona con un puesto de cacahuetes al lado de la carretera. En China no soy ninguna celebridad. Entre los muchos millones de personas que somos, hay muchísimas personas más conocida que yo. La gente normalmente nunca ha oído hablar de mí.



P.- ¿Cuál es su opinión sobre la política actual del gobierno chino?

R.- Lo que la mayoría de la gente piensa es que la política del gobierno, a lo que se juega en las grandes esferas, no tiene nada que ver con la vida diaria de las personas. La gente normal solo quiere vivir de la mejor manera posible. A veces se preocupan por la política, porque obviamente tiene un impacto en su vida, pero otras veces no lo hacen.



@JavierYusteTosi