Ricardo Darín y Mercedes Morán en El amor menos pensado
El amor menos pensado, de Juan Vera, es una película trufada de diálogos ingeniosos a la que no le hubiera ido mal un poco de mala leche.
Productor de películas como la exitosísima El hijo de la novia, de Juan José Campanella, claro referente, o Elefante blanco, de Pablo Trapero, Juan Vera lo fía todo al carisma de sus protagonistas, un Darín espléndido como es habitual y una encantadora Mercedes Morán, para lograr una película trufada de diálogos ingeniosos y algunos momentos afortunados (la cita por Tinder del protagonista con una verdadera loba salvaje) a la que cabe objetar, con cierta justicia, una cierta liviandad que resulta como mínimo un poco extraña en un festival con aires de mucha seriedad como el de San Sebastián.
Sin ocultar en ningún momento que está inspirada en esas famosas comedias clásicas protagonizadas por Spencer Tracy y Katherine Hepburn, Vera nos presenta un filme de colores hipersaturados que mira a sus personajes con condescendencia y simpatía, mostrándose especialmente generoso con sus debilidades. Sorprende en este retrato de la clase alta porteña el exceso de azúcar en una película demasiado burguesa a la que un poco de mala leche le vendría muy bien.
Arranca así un Festival que más que nunca apuesta por la presencia de actores famosos, de Robert Pattison a Danny DeVito, que es esperado como un Dios. En esta ciudad hermosa los más optimistas esperan un festín. Lo bueno de los principios es que todo es posible, incluso un milagro.
@juansarda