Chavela Vargas: es tan corto el amor y tan largo el olvido
El documental Chavela, de Catherine Gund y Daresha Kyi, presenta a la cantante mexicana como icono lésbico y muestra su ascenso, su caída y su regreso del infierno del alcohol
16 junio, 2017 02:00Es posible que para muchos españoles Chavela Vargas sea esa señora mayor mexicana de voz desgarrada cuyas canciones identificamos con las películas de Pedro Almodóvar, que fue su gran valedor en su etapa madura. Fue eso, desde luego, y mucho más. Lo vemos en el documental Chavela, dirigido y producido por Catherine Gund y Daresha Kyi, que refleja su vida en un trabajo bien hilado y emotivo que sirve como homenaje a la cantante sin caer en una hagiografía excesiva.
Porque en Chavela vemos la grandeza del arte de una artista que cantaba a la soledad y al desamor como pocas voces lo han hecho en la música popular, al tiempo que una mujer desdichada que durante varios años fue alcohólica y que tenía tendencia a la tiranía y los comportamientos agresivos. Cuenta la propia Vargas que tuvo una infancia desdichada y que se sintió muy sola en una familia que la despreciaba porque se comportaba con maneras hombrunas. Dice su amiga Laura García Lorca que ahí está la explicación a muchos de sus desconsuelos. Es posible esa explicación freudiana, aunque Vargas amó y sufrió a lo grande y eso quizá también iba con su propio carácter "bigger than life".
El filme le da mucha importancia a las relaciones sentimentales de Chavela con las mujeres. Según algunas voces, infinitas, según ella misma, no tantas. En cualquier caso, es evidente la intención del documental de presentar a la artista como un icono lésbico, lo cual no tiene nada de malo en una comunidad necesitada de referentes. De esta manera, a través de algunas de sus exnovias, sobre todo una tal Nina que fue el amor de su vida, conocemos un carácter que oscilaba entre la ternura y la violencia en una combinación explosiva.
Es también la suya la historia de una resurrección. Conocemos a la Vargas joven que canta con voz rasposa y se niega a ponerse joyas o hacer el papel de "mujer", su éxito popular mientras se le niega el reconocimiento de la "academia" y finalmente su caída a los infiernos del alcohol. Durante muchos años, Chavela no cantó y vivió en una suerte de semiindigencia hasta que el amor, Nina, la salvó del calvario para lanzarla a un nuevo estrellato. Y ahí aparece Pedro Almodóvar, generoso padrino y amigo que la hizo famosa en el mundo entero.
La música popular siempre ha tenido la virtud de atreverse a hablar de los "grandes sentimientos" sin caer en trampas intelectuales ni circunloquios artísticos. Las canciones de Chavela Vargas son canciones tristes pero profundamente vitales que nos siguen conmoviendo por lo que tienen de humanas y de auténticas. Lo mejor de la Chavela Vargas íntima que descubrimos en este buen documental es que se parece mucho a la que ya conocíamos por su música. Como ella misma dice, "si vas con tu verdad, saldrás adelante". Murió como una reina.