Caza al asesino: La larga sombra del crimen
La película de Pierre Morel se plantea como un thriller de vanguardia y es precisamente allí donde naufraga
22 mayo, 2015 02:00Fotograma de Caza al asesino
Proyecto personal de Sean Penn junto a su amigo Javier Bardem, Caza al asesino, de Pierre Morel, es una película bastante incomprensible. Caza al asesino es una de esas películas que quieren ser muchas cosas, incluso de muchos países, y se acaban quedando un poco en nada. Trata sobre los dilemas y remordimiento de quienes han luchado en primera línea de fuego y también sobre el juego sucio de Occidente y las grandes multinacionales en África. Es un thriller pero casi nunca pasa nada y es una triángulo amoroso muy poco creíble.Sean Penn es la estrella absoluta. Da vida a un ex mercenario a sueldo de las grandes corporaciones en el Congo, un hombre turbio que comete un pecado en forma de asesinato a sangre fía y paga un precio muy alto por ello: pierde a la mujer que ama, debe abandonar el continente que siente como su hogar. Personaje "dostoievskiano", el "crimen y castigo" de Penn, un buen hombre que comete una barbaridad, es la base de este filme en el que se disputa el amor de una mujer (Jasmine Trinca) con un colega de trabajo de aire pardillo y pueril con la cara de Javier Bardem.
Caza al asesino, de la que Penn es co-guionista, se plantea como un thriller de vanguardia y es precisamente allí donde naufraga. Demasiado lenta para ser un thriller, no lo suficiente interesante como para ser un drama, el filme navega de forma pretenciosa por el tormento de un Sean Penn que por motivos peculiares cada día se parece más a Madonna y por momentos esa extraña mezcla entre rostro curtido, cabello adolescente y hormonas da una sensación un tanto inquietante. Ambientada en parte en España y en parte en el Congo, todo tiene ese aire de lo que antes se llamaba "europudding", esas coproducciones que al final no eran de su padre ni de su madre.
La traca llega al final, en la escena en la plaza de toros. El delirio alcanza su punto máximo y uno se pregunta en qué momento alguien pensó que era una buena idea hacer esta película. Por cierto, Javier Bardem sigue siendo muy buen actor. Siempre es un consuelo.