Clásicos modernos en el Festival de Gijón
La 52ª edición del FICX se vuelca con el cine independiente, al tiempo que rinde homenaje a grandes figuras de su historia reciente
21 noviembre, 2014 01:00Brendan Gleeson vuelve a trabajar a las órdenes de John Michael McDonagh en Calvary
Un año más, el FICX, que se celebra del 21 al 29 de noviembre, nos trae a las puertas del invierno una nutrida muestra del cine más rabiosamente moderno e independiente, al tiempo que rinde homenaje a figuras fundamentales del mismo, auténticos clásicos de esa modernidad eterna que es la clave de un festival tan radical como riguroso en sus propuestas.
Oficialmente modernos
Este año, la sección oficial del Festival de Gijón está trufada de apuestas que combinan las características de un cine voluntariamente apartado de los excesos y fórmulas simplistas de Hollywood, con una cierta vocación de clasicismo narrativo, que aproxima muchas de ellas a géneros no por tradicionales menos interesantes. Es el caso de la irlandesa Calvary, que inaugura el Festival, segundo largometraje de John Michael McDonagh tras El irlandés y, como aquél, protagonizado por un inmenso Brendan Gleeson, ingeniosa combinación de comedia negra, thriller y reflexión moral.Próximas a formatos clásicos desde perspectivas novedosas, están también otras muestras de la Sección Oficial a concurso, como las francesas Hippocrate, de Thomas Lilti; la esperada opera prima de Thomas Cailley Les combattants; la iraní Melbourne, de Nima Javidi; Trap Street, de la china Vivian Qu; o la española Fuego, de Luis Marías. Por otra parte, sospechosos habituales del festival, auténticos clásicos de la modernidad, nos traen sus producciones más recientes, como el coreano Hong Sang-soo con Hill of Freedom, Christophe Honoré con sus Metamorphoses ovidianas, Fatih Akin con su épica The Cut, o Gregg Araki con White Bird in a Blizzard. Posibles sorpresas serán la argentina El 5 de Talleres, la polaca Life Feels Good, el filme indio Titli -hay cine indio más allá de Bollywood-, la griega Xenia o la francesa Party Girl, nuevas miradas a la realidad desde ángulos personales poco complacientes. Fuera de concurso, Hombres, mujeres & niños, de Jason Reitman, y Halfway, del belga Geoffrey Enthoven, suponen inteligentes actos de conciliación entre cine comercial e independiente, que no traicionan la inteligencia del espectador.
Tráileres de 14 de las 17 películas a concurso en la Sección Oficial
Secciones clásicas
Como siempre, el espectador del FICX se encontrará secciones habituales como Rellumes, con destacada presencia del cine asiático, o Enfants Terribles, que ofrece los títulos más significativos dirigidos al público infantil y juvenil de todas las edades, y donde brillarán este año la belga Baby Balloon de Stefan Liberski y la serbia Barbarians, de Ivan Ikic. Las apuestas más arriesgadas se dan cita en Llendes, con lo último de Tsai Ming-liang o Michel Gondry; en FICXLab, que abarca el experimental y el video-arte, y mucho más cine de autor, con representantes tan notables como el británico Mike Leigh o la japonesa Naomi Kawase, encontraremos en Gran Angular, además de lo último del cine asturiano en las distintas secciones dedicadas a este.Pero el FICX 52 nos trae también secciones nuevas o renovadas con vigor en los últimos años, como son Animaficx, dedicada al cine de animación, con títulos como La mecánica del corazón de Mathias Malzieu y Stéphane Berla, la brasileña O menino e o mundo de Alè Abreu, la española Pos eso, de Sam, y On the White Planet del coreano Hur Bum-wook, entre otros para todas edades y públicos. La recién recuperada como sección oficial a concurso Docuficx, dedicada al cine de documental, la inaugurada en esta edición Convergencias, donde los críticos eligen su película favorita del año, o la cada vez más popular Géneros Mutantes, con las producciones de cine de género más arriesgadas y singulares, films como el western austríaco The Dark Valley de Andreas Prochaska, el thriller cinéfago The World of Kanako del japonés Tetsuya Nakashima, o la ciencia ficción intimista, perversa y alucinada de la escocesa Under the Skin de Jonathan Glazer o la española Neuroworld de Borja Crespo, entre otras excursiones a los límites de los géneros clásicos cinematográficos.