Harun Farocki.
Probablemente el mejor modo de comprender cómo se gestó la revolución popular rumana y la caída del dictador Ceaucescu es viendo el impresionante documental Videogramas de una revolución (1992). El director detrás de esta película era el alemán Harun Farocki. Junto al cineasta rumano Andrei Ujica tuvieron acceso a todo el material televisivo que fue testigo de la revolución, tanto el que se emitió oficialmente como el que no, y el resultado del montaje es una verdadera lección de historia en directo. Esta película (que se puede ver a trozos en YouTube), como años más tarde ocurriría con la Guerra del Golfo o la caída de las Torres Gemelas de Nueva York, viene a decirnos que nada es real, ni histórico, hasta que no es televisado. Su visión del audiovisual nos hizo comprender que el mundo cambió radicalmente cuando se hizo visible.Harun Farocki ha fallecido apenas a un mes de cumplir los setenta años de edad. Su muerte, afortunadamente, no ha sido televisada, pero no por ello deja de ser un acontecimiento histórico. Nació en 1944 en lo que hoy es la República Checa y entonces era una región anexionada a Alemania, de ahí que siempre se le consideró un cineasta alemán, firmante del Manifiesto de Oberhausen y por tanto miembro del llamada Nuevo Cine Alemán, junto a cineastas como Alexander Kruge, Wim Wenders, Werner Herzog, Edgar Reitz o Volker Schlöndorf. Se le conoce y conocerá sobre todo como guionista de la reciente Barbara, galardonada en el Festival Berlín, y de la mayoría de películas de Christian Petzold, si bien el grueso de su trabajo es el documental socio-político, sobre todo para la televisión, la experimentación ampliamente influenciada por Godard y las instalaciones audiovisuales.
De hecho, su última exhibición, Serious Games, puede verse ahora en Berlín, donde estará hasta enero de 2015. Fue uno de los grandes teóricos del audiovisual, que practicó la docencia en Universidades como Berkeley, Düsseldorf, Hamburgo, Manila o Stuttgart, además de editar la revista especializada Filmkritik desde 1974 a 1984. Su obra tiene tanto de conciencia política como cinematográfica, como escribió el experto en su obra Thomas Elseasser: "El cine de Farocki es un metacine, un cine que se posiciona encima del cine tal y como lo conocemos". Realizó alrededor de noventa películas y el montaje de una obra teatral de Heiner Müller en colaboración con Hanns Zischler, y obras suyas como In Comparison (Zum Vergleich, 2009), War at a Distance (2003), Still Life (1997), Life. West Germany (1990) o Inextinguishable Fire (1969) forman ya parte de la gran historia del cine documental.