Camille Claudel se había atrevido en pleno siglo XIX a ser mujer y artista con la misma ambición que su hermano era escritor, Rodin escultor o Debussy músico. Y ninguno de ellos se lo perdonó. El director Bruno Dumont y la actriz Juliette Binoche han trabajado juntos para aportar luz
sobre una artista excepcional condenada al olvido hace exactamente un siglo, ya que fue encerrada en un asilo en 1913. Libremente inspirada en la correspondencia y los informes médicos de la artista y titulada Camille Claudel 1915, la película se centra en unos pocos días de ese año, mientras espera que su hermano Paul (Jean-Luc Vincent) la visite en el manicomio de
Montdevergues, en el sur de Francia. Para entonces, la escultora que fue primero alumna y más tarde colaboradora y amante de Auguste Rodin y después íntima amiga de Debussy, llevaba ya dos años internada y totalmente aislada de su mundo anterior por decisión de su madre y de su hermano.
Jamás
logró salir a pesar de que fueron varios los médicos que consideraron que podía valerse por sí misma y, por supuesto, nunca volvió a esculpir. Paul Claudel, célebre poeta, diplomático del gobierno francés y devoto católico, se ocupó de buscar un lugar seguro donde enterrar a su conflictiva hermana en el olvido. Y ese es, precisamente, el tema principal de la película: el olvido, el abandono, la soledad.
Tras su paso por el Festival de Cine Europeo de Sevilla y Cineuropa en Santiago de Compostela, se estrena en salas el 22 de noviembre.