Trevor Groth, director de la programación del Festival de Cine de Sundance.
La realidad y el imaginario del cine español se puede observar en el Festival de Cine de San Sebastián. El programa PICE impulsado por Acción Cultural Española (AC/E) ha invitado a siete programadores de festivales internacionales a asistir a los pases en la ciudad guipuzcoana para impulsar la incursión de artistas españoles fuera de nuestro territorio y fronteras. Entre ellos se encuentra Trevor Groth, director de la programación de Sundance Film Festival, el festival de cine independiente más importante a nivel mundial fundado en 1983 por Robert Redford, Hebe Tabachnik, programadora de Palm Film Springs Festival y Chris Fujwara, director artístico del Edimburgo International Film Festival.Este viernes la Bahía de la Concha y el Kursaal serán testigos del despliegue de personalidades del mundo del séptimo arte. Entre ellos estará Groth, quien opina que el Festival de Cine de San Sebastián "no tiene precedentes en la programación de películas en español y ha puesto en marcha fabulosas cintas que hemos visto aquí y después hemos llevado a nuestro festival (Sundance)". De modo que "es una cita importante dentro de la comunidad global de festivales. Hace un trabajo excepcional al equilibrar las películas autóctonas y extranjeras".
Son varios los cineastas españoles que han encontrado el éxito en el Festival estadounidense. Es el ejemplo de Rodrigo Cortés con Buried, Nacho Vigalondo o Julio Médem. Groth cree que "la historia y el legado del cine español son muy ricos y sigue adquiriendo impulso en América". El cine independiente "está en constante evolución y requiere de nuevas y frescas técnicas e historias". En cuanto a la relación entre el cine independiente americano y europeo, o el español para ser más precisos, parece que la globalización del lenguaje fílmico enriquece las películas y las hace llegar a un público más variado. El cine español es cada vez más ambicioso y quiere abrirse al mundo entero, a una comunidad global que hace que los cineastas colaboren y se inspiren unos a otros. "Se puede observar que las películas independientes conservan el sabor especial de su país de origen pero incorporando elementos de otras regiones. Esto proporciona riqueza, profundidad e interés a cada película como a la comunidad en general", detalla el director.
Pero la crisis económica afecta al Festival de San Sebastián, a los directores y esto, en consecuencia, se extrapola a la asistencia del público a salas de cine y afecta a la compra de películas, derivando en el aumento del streaming o la descarga ilegal. Groth considera que lo bueno del consumidor de cine independiente es que, en términos generales, "es muy fiel a los cineastas y aboga por la continuidad de su trabajo". De modo que "la educación de cómo las descargas ilegales perjudican directamente las habilidades artísticas para construir carreras viables, hará que sean más comprensivos", concluye el programador.
A pesar de esto, se muestra entusiasta y optimista con su asistencia al Festival de San Sebastián ya que augura un buen futuro al cine español y confiesa las ganas que tiene de ver Club Sandwich, Bad Hair, La herida y Los ilusos, considerándolas las apuestas fuertes de esta edición. También tiene esperanzas en las películas de la sección Cine en Construcción ya que en ella han descubierto "propuestas interesantes para Sundance en las pasadas ediciones".
Aun así, considera que muchos cineastas acuden a los festivales "con la esperanza de encontrar un distribuidor para sus películas ya que eso les posibilita dar comienzo a su próximo proyecto", aclara. Aunque en los últimos años se está gestando un nuevo comportamiento basado en la autodistribución, para lo cual "las plataformas digitales y las tiendas están facilitando la labor. Realmente depende de cada cineasta decidir los objetivos de su cinta y cómo quiere moverla", sentencia.
Lo que sí se puede afirmar de una manera rotunda es que los festivales, en muchos casos, funcionan como plataforma para darse a conocer o difundir películas en una escala más amplia. Por eso el Groth anima a los directores a pensar en un sentido más a largo plazo sobre cómo la premiere de un festival puede ser el comienzo del viaje de su película tanto en pequeñas como grandes pantallas.
Organizar la programación de cualquier festival, al que se presentan miles de películas, cortos y documentales, requiere precisión y, sobre todo, escoger las películas que "cumplen sus intenciones y crean una respuesta emocional de una nueva forma creativa. Independientemente de que sea una comedia, un drama o de terror", precisa Groth. El objetivo último es que provoque al espectador.
Pero no es tan sencillo ya que se enfrentan a grandes desafíos en cada edición y deben intuir y anticipar qué películas representan el estado del cine independiente cada año y hacia dónde se dirige. Aun así, el reto más importante con el que se encuentran cada año es el tiempo. "Es imposible ver todas las películas del año en el tiempo que tenemos. De modo que me siento afortunado de poder asistir a San Sebastián y poder ver todas las películas que sea posible en un ventana de tiempo tan reducida". Como siempre, el tiempo es la nota disonante.