Un niño mira al mar desde el malecón de Manila en 1945. Tras él, la ciudad, completamente destruida, tras una contienda que quitó la vida a más de cien mil personas. Luis Eduardo Aute se enfrenta a sus recuerdos de la infancia en el corto El niño y el basilisco, pero esta vez como dibujante, volviendo la vista atrás para recuperar al niño que fue, y cómo le marcó esta trágica experiencia antes de que su familia se trasladase a España, cuando él tenía 11 años.
El basilisco, figura mitológica en forma de serpiente que mata con la mirada, se aparece ante ese tierno Aute, le acecha con su representación del mundo adulto y de la muerte. Contrario al concepto de "género" en el arte, Luis Eduardo Aute no concibe fronteras entre las disciplinas artísticas, y a su reconocida carrera como cantautor se suma ahora la de dibujante, con este minucioso cortometraje.
Casi 300 de estos dibujos realizados en formato cinematográfico han sido reunidos por Demipage en un libro que incluye el DVD de la película.