Azuloscurocasinegro
Director: Daniel Sánchez Arévalo
30 marzo, 2006 02:00Eva Pallarés y Quim Gutiérrez
En el prólogo, Jorge (Quim Gutiérrez) prende fuego a un contenedor de basura y huye a continuación del escenario de esta inofensiva infracción (apenas mero gesto de rebeldía) pero es perseguido por un hombre mayor. Perseguidor y perseguido acaban a uno y otro lado de un muro, barrera física y simbólica (la planificación lo subraya) entre generaciones: son hijo y padre. A consecuencia de ese episodio de tensión extrema, el padre sufre un infarto cerebral; sabemos a continuación que el hijo ha asumido durante siete años las pesadas cargas de cuidarle en la prematura ancianidad e incapacidad y de heredar su trabajo de portero de finca urbana. La frustración es el tema de la ópera prima de Sánchez Arévalo: a un joven inteligente, con principios morales, universitario a distancia, trabajador, se le niega la posibilidad de progresar e incluso la de enamorarse (es más o menos novio de una vecina, pero ella pertenece a la clase de los propietarios y él cree que en algún momento será rechazado).Es un tema actual y característico de la productora Tesela, que, por el contrario, viene dando su primera oportunidad a jóvenes cineastas españoles. Como El Bola y Noviembre de Achero Mañas, El traje y 7 vírgenes de Alberto Rodríguez y Astronautas de Santi Amodeo, AzulOscuroCasiNegro de Daniel Sánchez Arévalo aborda problemas que afectan a la vida cotidiana de personajes reconocibles de la sociedad española actual y lo hace fiando su eficacia más en el dramatismo y ocasional humor de las situaciones que en el estilo. Sánchez Arévalo ha debutado en el largo tras haber dirigido varios cortos muy premiados y, sobre todo, haber acumulado mucha experiencia como guionista de series de televisión. Esa experiencia se advierte en la acumulación de historias y personajes que hacen perder tensión a una historia de amor un tanto novelesca.
Jorge tiene un hermano, Antonio (Antonio de la Torre), mayor y completamente distinto a él, que cumple sentencia en prisión. Antonio se ha enamorado de Paula (Marta Etura) empeñada en quedar embarazada para poder ingresar en el módulo de madres y librarse del acoso violento de otras reclusas, pero él no puede tener hijos. El planteamiento dramático y romántico es tan rebuscado como previsible su desarrollo y desenlace y algo parecido ocurre con las experiencias de los restantes personajes. En este tipo de cine realista y costumbrista lo que importa es la sensación de autenticidad de los incidentes, los escenarios y las interpretaciones, y Sánchez Arévalo procura transmitirla pero topa con limitaciones.
La ciudad prácticamente sólo se ve desde una azotea que es el lugar de reunión del protagonista y su mejor amigo, un joven amargado, las relaciones entre aquél y su novia no son ambiguas o complejas sino indefinidas y en general falta violencia, no tanto física como moral, en los enfrentamientos entre unos personajes que se encuentran en situaciones límite o saturados de frustración. El caso extremo es el del protagonista cuya bondad y paciencia son tales que, al margen de sus dos actos transgresores, acepta sin amargura su amarga existencia.