Un comité de científicos que actúen con independencia, que publiquen sus análisis y recomendaciones “y que el gobierno las siga o que, en caso contrario, indique por qué no lo hace o no lo puede hace”. Esta es una de las medidas urgentes que pide el catedrático de Microbiología de la Universidad Complutense de Madrid, César Nombela (Carriches, Toledo, 1946), que este jueves pronunciará una videoconferencia en la IMF Business School (de la que es director del área de Biomedicina) sobre la actual crisis del Covid-19. “Creo que esto lo suscribiría cualquier científico. Otra cuestión es la gestión presente y futura: debemos salir de esto sin alterar el marco de libertades que establece la Constitución que nos hemos dado”, señala a El Cultural el ex presidente del CSIC.
Pregunta. ¿Cuál es su opinión sobre la actual pandemia? ¿Se la esperaba? ¿Le ha sorprendido?
Respuesta. La emergencia de nuevos virus por evolución a partir de otros preexistentes es un fenómeno conocido que tiene una explicación científica. Igualmente conocido era que el murciélago es un importante reservorio de coronavirus que puede evolucionar e infectar a otros hospedadores, como son algunos mamíferos o el hombre. En este sentido, no me ha sorprendido.
P. ¿Pudo verse venir? ¿Qué medidas hubiese adoptado?
R. La emergencia de coronavirus patógenos humanos, como el SARS o el MERS ya en este siglo, suponen antecedentes claros que indicaban que esto podía suceder. También se puso de manifiesto que en mercados donde se comercia con animales vivos, incluso se sacrifican, suponen un ambiente propicio para que esto ocurra. Dicho esto, llama la atención lo altamente contagioso que es el SARS-CoV-2.
P. ¿Se ha escuchado a la ciencia? ¿Qué papel está jugando el mundo científico en esta crisis?
R. Depende de los países, pero en general tarde y mal. En España se anunció un comité científico muy tarde pero ni siquiera conocemos sus informes ni recomendaciones, si es que se han formulado, ni podemos calibrar en qué medida se han aplicado. Tampoco se ha percibido un asesoramiento claro en la Unión Europea. Yo he propuesto que el CSIC creara un comité de expertos, en colaboración con otras instituciones académicas y científicas, para asesorar desde la independencia de criterio y el rigor científico.
P. ¿Qué características del SARS-CoV-2 le resultan más interesantes como científico?
R. Su genoma nos informa de algunas características que pueden explicar su alta capacidad infecciosa y la virulencia que puede llegar a alcanzar. Por ejemplo, la llamada proteína S (la que forma las espículas que le dan al aspecto de corona) cuya evolución le confiere una forma especial de encontrar un receptor en la célula humana sobre el que actuar. Esta proteína puede ser el antígeno con el que preparar la vacuna. Igualmente, importan algunos detalles de la replicación del ARN sobre los que se podrá actuar para combatir el virus.
P. Por lo que se conoce de su composición biológica, ¿cuál podría ser su punto débil?
R. Cualquier detalle de la biología de este virus, ya sea su penetración en la célula humana, su multiplicación o su posterior liberación, pueden ser puntos débiles utilizables para combatirlo. Es cuestión de que encontremos los fármacos adecuados para interferir específicamente con el virus sin matar nuestras células.
P. ¿Podría el calor atenuar su capacidad de contagio?
R. De esa posibilidad se habla mucho con el deseo de que pueda ser real, deseo que naturalmente comparto. Es verdad que el SARS-CoV-1 acabó extinguiéndose en la estación cálida. Pero no me atrevo a asegurar que vaya a suceder ahora lo mismo.
P. ¿Está la ciencia reaccionando con suficiente rapidez?
R. Hay una enorme conciencia en los investigadores de que la salida depende de la ciencia. Es verdad que éste no difiere mucho de otros coronavirus. Pero con apenas cuatro meses de existencia no es posible disponer ya de tratamientos específicos o vacunas adecuadas.
P. ¿Qué estudio o investigación de los que se conocen se acerca más a un futuro medicamento o vacuna?
R. Hay más de 300 ensayos clínicos, tanto para probar la adecuación de fármacos ya en uso (antivíricos, antiparasitarios, inmunomoduladores, etc.), como para demostrar que otros nuevos pueden tratar esta enfermedad. Media docena de prototipos de vacunas están a punto de ser ensayadas. ¡El problema es el tiempo que todo ello tarda! Incluso aplicando procedimientos acelerados.
P. ¿Se ha gestionado la crisis bien en España? ¿Qué errores se han cometido en su opinión?
R. Los resultados lo dicen todo, además nos deja en mal lugar la comparación con países como Portugal, Grecia, República Checa o Alemania, entre otros. El esperar a que pasara el día 8 de Marzo para tomar medidas enérgicas supone un error tremendo que activó los contagios.
P. Desde su punto de vista, ¿cómo y cuándo cerraría la cuarentena?
R. Hace falta un plan de verdad que el gobierno ha de trazar con las comunidades autónomas. Las condiciones han de ir destinadas a que se pueda controlar a los afectados y proteger al máximo (con la mayor probabilidad, el riesgo cero no existe) a los que vuelven a la actividad. El plan debe incluir la reacción ante posibles repuntes.