Image: Cazenave, Church y Gregory, Premios Fronteras en Cambio Climático

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Ciencia

Cazenave, Church y Gregory, Premios Fronteras en Cambio Climático

Los tres galardonados han sido reconocidos por detectar, comprender y predecir el aumento del nivel del mar "debido a la acción humana"

9 enero, 2019 01:00

John Church, Anny Cazenave y Jonathan Gregory

El Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Cambio Climático ha sido concedido en su undécima edición a la francesa Anny Cazenave, al australiano John Church y al británico Jonathan Gregory, por sus aportaciones que han permitido "detectar, entender y proyectar la respuesta del nivel del mar a escala global y regional al cambio climático debido a la acción humana", según afirma el acta del jurado. Pese a ser una de las consecuencias del cambio climático de mayor impacto -una subida de solo un metro, considerado probable, afectaría a cerca de cien millones de personas-, el aumento en el nivel del mar resultante es para la comunidad científica uno de los valores más difíciles de determinar. Esto se debe a la gran variabilidad natural que ha mostrado esta magnitud a lo largo de la historia de la Tierra. Hace 20.000 años -muy poco tiempo en la escala geológica- el nivel del mar era 120 metros inferior al actual, y en los últimos 5.000 años ha subido dos metros. Identificar la huella del hombre en un rango tan amplio ha sido una labor de décadas, y hace solo dos años que uno de los galardonados, el catedrático de la Universidad de Nueva Gales del Sur en Sidney (Australia), John Church, publicó en Nature la confirmación de que el factor más importante en el aumento del nivel del mar es hoy en día, y desde 1970, la acción humana. Solo ha sido posible llegar a esta conclusión obteniendo e integrando información de múltiples fuentes, y para ello ha sido esencial el trabajo de los tres galardonados, tanto de forma independiente como en colaboración y siempre complementaria. De este modo, Cazenave, Church y Gregory "han sido pioneros en la integración de las observaciones de satélite con las medidas in situ y las innovaciones en modelos numéricos, para lograr una descripción precisa y consistente del cambio en el nivel del mar a escala global".

Aumento acelerado

Además de identificar el efecto antropogénico en el aumento del nivel del mar, el trabajo de los galardonados ha descubierto que el ritmo al que se produce este incremento se está acelerando. "Tomada en conjunto, su investigación demuestra la aceleración reciente del aumento en el nivel del mar a escala global, y cuantifica las aportaciones relativas de las diferentes causas del aumento, principalmente la expansión térmica del océano y el deshielo de los casquetes polares y de los glaciares, provocados por el calentamiento global antropogénico", señala el jurado. Se ha consensuado que desde comienzos de los años noventa el nivel del mar aumenta a un ritmo de 3 milímetros al año, lo que supone una subida media de 8 centímetros en los últimos 25 años. Es un ritmo rápido. El último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), de 2014, afirma que "el ritmo de aumento del nivel del mar desde mediados del siglo XIX ha sido mayor que el ritmo medio en los pasados dos milenios". A esto hay que sumar que las observaciones revelan una aceleración durante el siglo XX que con toda probabilidad continuará en el futuro.

Observaciones desde el espacio

Para llegar a estas conclusiones han sido clave las observaciones de los satélites, iniciadas en los años noventa y que, gracias a su perspectiva global, planetaria, por primera vez permitieron poner orden en los confusos registros de mareas que llevaban décadas realizándose en puertos y zonas de costa. Cazenave, directora de Ciencias de la Tierra en el Instituto Internacional de Ciencias Espaciales, en Berna (Suiza), y científica emérita en el Laboratorio de Estudios de Geofísica y Oceanografía Espacial de la agencia espacial francesa (CNES), es pionera en la interpretación de estas mediciones, llevadas a cabo por primera vez con el satélite francoestadounidense TOPEX/Poseidon. Su trabajo resolvió errores en estimas anteriores y proporcionó el primer conjunto de datos preciso y fiable sobre el nivel del mar a escala global. Church, oceanógrafo, y Cazenave lograron reconciliar los nuevos datos de satélite con los registros locales de los que se disponía, y consiguieron así construir un registro fiable de la evolución del nivel del mar en época reciente. Por su parte, para ampliar ese registro al pasado, y también para hacer proyecciones de futuro, resultaron fundamentales los modelos numéricos desarrollados por Gregory que es catedrático del Departamento de Meteorología la Universidad de Reading (Reino Unido), y científico sénior del Centro Nacional de Ciencia Atmosférica. Este investigador británico es experto en determinar el grado de sensibilidad del sistema climático a los distintos agentes, ya sea el aumento de concentración de CO2 atmosférico o el ritmo de deshielo. Su trabajo ha permitido integrar todas las variables y ajustar los datos disponibles de manera que sea factible predecir, de modo fiable y conociendo el grado de incertidumbre, la evolución futura del sistema. Hoy se dispone de un registro temporal sólido del nivel del mar entre el final del siglo XVIII y el siglo XXI, y en los relativamente pocos años que transcurren entre los informes del IPCC la incertidumbre de las predicciones ha disminuido sensiblemente. "Nuestra confianza ha mejorado porque entendemos mejor el pasado; ahora podemos explicar cómo y por qué ha cambiado el nivel del mar a lo largo de los últimos 150 años", señala Gregory.

Adaptarnos con urgencia

Los tres galardonados han enfatizado la gravedad del problema, su urgencia y la necesidad de acciones políticas. "El nivel del mar está aumentando a un ritmo cada vez mayor", incide Church. "Si continuamos sin reducir nuestras emisiones, podríamos sufrir un aumento de hasta un metro, quizás más a finales de siglo. Pero si tomamos medidas urgentes y efectivas, podríamos reducir el impacto poco más de medio metro. Y este aumento durará muchos siglos". El oceanógrafo destaca el altísimo número de personas afectadas. "Unos 100 millones de personas viven a menos de un metro de un nivel de marea alta, así que en un siglo, podríamos tener a 100 millones de personas teniendo que adaptarse de alguna manera para proteger sus casas, retirándose de la costa o protegiéndola". "Este problema no solo es importante sino que es urgente -insiste Church -. Muchos políticos reconocen su importancia, pero pocos asumen el grado de urgencia con el que debemos reaccionar (…) Reducir las emisiones para lograr un aumento de temperatura como mucho hasta 1,5 grados es un buen objetivo, es el que debemos marcarnos". Pero que el aumento del nivel del mar sea inevitable no significa que no se pueda hacer nada, añade Gregory para quien "incluso en el mejor de los escenarios de reducción de emisiones, el aumento del nivel del mar no se estabilizará a finales del siglo XXI, sino que continuará durante muchos siglos, porque la escala temporal para el calentamiento del océano profundo es de siglos o milenios. Sin embargo, sí podremos influir sobre cuánto aumentará y cómo de rápido ocurrirá". En esta línea, Cazenave también reclama más actuaciones: "No estamos haciendo suficiente para combatir el cambio climático. El aumento del nivel del mar es solo uno de los impactos, hay muchos otros como los eventos meteorológicos extremos, que son cada vez más intensos. Tenemos que cambiar el modelo de nuestra sociedad y nuestro modo de vivir, para consumir menos combustibles fósiles". "A los escépticos les diría que comparen el clima en 2019 con el de hace 10 o 15 años. Les diría simplemente que se fijaran en los hechos y en las observaciones", concluye Cazenave.

Jurado y Comité Técnico de Cambio Climático

El jurado de esta categoría ha estado presidido por Bjorn Stevens, director del Instituto Max Planck de Meteorología (Hamburgo, Alemania), y ha contado como secretario con Carlos M. Duarte, titular de la Cátedra Tarek Ahmed Juffali en Ecología del Mar Rojo en la Universidad de Ciencia y Tecnología Rey Abdalá (Thuwal, Arabia Saudí), como secretario. Los vocales han sido Sandrine Bony, directora de Investigación en el Centro Nacional de Investigación Científica de Francia, en el Laboratorio de Meteorología Dinámica de la Universidad de la Sorbona (París, Francia); Miquel Canals, director del Departamento de Dinámica de la Tierra y del Océano de la Universidad de Barcelona; Martin Heimann, director emérito del Departamento de Sistemas Biogeoquímicos del Instituto de Biogeoquímica Max Planck (Jena, Alemania); Edward Rubin, Alumni Chair Professor de Ciencia e Ingeniería Medioambiental en la Universidad Carnegie Mellon (Pittsburgh, Estados Unidos); y Julie Winkler, catedrática de Geografía en el Departamento de Geografía, Medio Ambiente y Ciencias Espaciales en la Universidad Estatal de Míchigan (Estados Unidos). En cuanto al Comité Técnico de Apoyo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha estado coordinado por M.ª Victoria Moreno, vicepresidenta adjunta de Áreas Científico-Técnicas del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, e integrado por Francisca Martínez Ruiz, investigadora científica en el Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra (IACT); Eulalia Moreno Mañas, profesora de investigación y coordinadora del Área de Recursos Naturales de la Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA); y Rafael Simó Martorell, profesor de investigación del Instituto de Ciencias del Mar (ICM). La Fundación BBVA tiene como foco de su actividad el fomento de la investigación científica y la creación cultural de excelencia, así como el reconocimiento del talento. Los Premios Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento, creados en 2008, reconocen e incentivan contribuciones de singular impacto en la ciencia, el arte y las humanidades, en especial de aquellas que amplían significativamente el ámbito de lo conocido, hacen emerger nuevos campos o son fruto de la interacción entre diversas áreas disciplinares. Sus ocho categorías atienden al mapa del conocimiento del siglo XXI y cubren desde el conocimiento básico hasta retos clave para el entorno natural, pasando por ámbitos donde es común el solapamiento entre disciplinas -como la Biología y la Medicina o la Economía, las Finanzas y la Gestión de Empresas- o áreas de tanta pujanza creativa como la música y la ópera. En la evaluación de las nominaciones a los premios, procedentes de numerosas instituciones y países, la Fundación BBVA cuenta con la colaboración de la principal entidad pública española de investigación, el CSIC. La Fundación BBVA, de forma conjunta con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, designa Comités Técnicos de Apoyo que llevan a cabo una primera valoración de las candidaturas y, posteriormente, elevan al jurado una propuesta razonada de finalistas. El CSIC designa también la presidencia de cada uno de los jurados.