Hallada la carta que convirtió a Galileo en hereje
Fragmento de la carta de Galileo. Foto: Royal Society
La misiva, descubierta por un joven historiador en la Royal Society de Londres, contiene las primeras pinceladas de la defensa del científico de la teoría heliocéntrica, y arroja luz sobre el inicio del proceso que llevó a la condena del astrónomo por herejía en 1633.
En esta carta original que consta de siete páginas, fechada en 1613 y dirigida a su amigo Benedetto Castelli, matemático de la Universidad de Pisa, Galileo esgrime por primera vez sus argumentos en contra de la doctrina de la Iglesia, que decía que era el Sol el que orbitaba alrededor de la Tierra, y manifiesta que la investigación científica debía liberarse de la doctrina teológica. Esta es la tesis que le valió al científico ser considerado hereje y acabar condenado de por vida arresto domiciliario.
A través de sus experimentos telescópicos, Galileo encontró evidencias que apoyaba el modelo de Copérnico, la teoría Heliocéntrica, y aseguraba que este modelo no era en realidad incompatible con la Biblia. El científico afirmaba que las referencias bíblicas a sucesos astronómicos no deberían ser entendidas literalmente, puesto que los escribas habían simplificado las descripciones en aras de que pudieran ser comprendidos por todo el mundo. Y que las autoridades religiosas, que argumentaban lo opuesto, no tenían competencia para juzgar. Aquello supuso el comienzo de su batalla con las autoridades religiosas que le valió la conocida condena.
Sin embargo, más allá de estos hechos, la carta en cuestión levanta mucha más controversia. Como era habitual con las miles de cartas de Galileo, algunas de ellas auténticos tratados científicos, esta también fue copiada y distribuida, lo que supuso su desgracia. Este primer texto heliocéntrico fue enviado a la Inquisición el 7 de febrero de 1615 por el fraile dominico Niccolò Lorini.
Pero Galileo sospechaba que la misiva había sido alterada y así se lo expresó a su amigo el clérigo Piero Dini. Y como prueba, adjuntó una supuesta copia del original, pero presentándola como la verdadera. Esta sería el documento encontrado, que según la revista Nature muestra evidencias que el científico habría corregido y edulcorado sus propias palabras, para evitar la ira de la inquisición.
En esa misiva dirigida a su amigo Dini, el astrónomo se queja "crueldad y la ignorancia" de sus enemigos y expone su preocupación de que la inquisición "pueda estar siendo engañada en parte por este fraude que está dando vueltas bajo el manto del celo y la caridad".
Tristemente sabemos cómo termino la historia. Ese mismo año, el italiano llegó a Roma para enfrentar cargos de herejía por defender ambas teorías. Accedió a declararse culpable a cambio de una sentencia leve. Quedó bajo arresto domiciliario y paso el resto de sus días en su villa de Arcetri, cerca de Florencia, hasta su muerte, el 8 de enero de 1642.