El cardiólogo Valentín Fuster. Foto: David S. Bustamante
El cardiólogo presenta hoy la campaña "Mujeres por el corazón" e interviene en la Fundación Areces
Tanto en el CNIC como en el Mount Sinai Medical Center de Nueva York Fuster dedica sus esfuerzos a la promoción de la salud, al estudio de la relación e interacción entre el corazón y el cerebro y a los aspectos técnicos de investigación y tratamiento como la tecnología de la imagen. Todos estos mandamientos podrían resumirse en uno: "Es mejor estar delgado que gordo". Para el cardiólogo, "en experimentación animal se ha visto que el que tiene más hambre tiene una longitud telomérica mayor. Como consecuencia parece que la vida se alarga, es decir, que hay una relación con el aspecto nutritivo y el estrés oxidativo".
-¿Puede decirse que la enfermedad es la causa de envejecimiento?
-No hay duda de que contribuye al envejecimiento, pero el envejecimiento es una entidad biológica que se ha de distinguir de la enfermedad en sí misma, aunque puede (el envejecimiento en sí mismo) llevar a la enfermedad; hay aspectos del envejecimiento que dan lugar a la enfermedad. El envejecimiento es como lo que ocurre con un coche, que ciertos aspectos empiezan a fallar. Un tema crítico podría ser el aspecto genético. La definición moderna de envejecimiento está basada en el aumento de la vulnerabilidad. Esto quiere decir que todo el sistema que tenemos de defensa contras las infecciones empieza a fallar, especialmente por un componente genético.
-¿Cómo evoluciona este proceso?
Se está estudiando. Cuando necesitamos defensas las células se multiplican y si tienes una infección necesitas proliferación de la célula blanca en la médula ósea. Durante este proceso de proliferación o multiplicación se pierde material genético que se suplanta por los telómeros. Lo que ocurre es que este telómero va aportando genética, pero llega un momento en que se acorta tanto que la célula que prolifera no es una célula con todas las propiedades de actividad necesarias; son células que salen a defender, pero no hacen que se esté suficientemente defendido. Esto implica que se pierda parte de la vista, que se puedan tener caídas, que las infecciones no se superen... Falla todo el sistema porque es como si genéticamente hubiera faltado la gasolina.
-¿Puede el estilo de vida intervenir en la recuperación?
-Hay aspectos que parece que acortan el telómero, entre ellos está el tabaquismo, la obesidad y la falta de ejercicio. Parece que con estas circunstancias aumenta la oxidación y la oxidación acorta el telómero. Hay una relación directa entre ciertos factores de riesgo que pueden producir enfermedad cardiovascular y el envejecimiento, aunque por mecanismos completamente distintos. Además, estas células que se producen y que no tienen la actividad necesaria pueden producir por sí mismas enfermedad. El cáncer es uno de los aspectos que estaría ligado al envejecimiento por alteraciones genéticas de este tipo.
-¿Cómo afecta al sistema cardiovascular el envejecimiento?
-El sistema arterial es un sistema que continuamente se defiende contra la agresividad externa, como es la presión arterial alta, el depósito de colesterol en las arterias… El problema está en que todo nuestro sistema de defensa puede estar en un proceso de sucumbir, por lo cual esto podría explicar por qué muchas de estas enfermedades cardiovasculares, concretamente las del sistema arterial, aumentan con la edad.
-¿La farmacología y el corazón están cada vez más cerca?
-Los aspectos moleculares del corazón se comprenden cada vez más, por lo cual están naciendo nuevas terapias farmacológicas según los nuevos conceptos que estamos comprendiendo sobre el corazón. Esto se puede aplicar tanto al músculo cardiaco como a las arterias que nutren el corazón.
-¿Cómo se sincronizan el corazón y la mente? ¿Está corazón esclavizado con los 'excesos' del cerebro?
-La relación entre el corazón y el cerebro no es fundamentalmente emocional o del sistema nervioso autónomo, aunque exista. Lo importante es que muchos de los enfermos que se presentan con problemas cardiacos tienen aspectos de la personalidad o emocionales que dan a la enfermedad un 'color' que se ha de comprender y entender. Es decir, en los enfermos que se presentan con enfermedades cardiacas con un componente emocional importante, no es que la emoción cause la enfermedad, pero sí influye en la manera en que se manifiesta.
-¿Cuál es la gran incógnita que está por despejar en los estudios sobre el corazón?
-Para mí la gran incógnita es cómo el corazón, que es tan complejo mecánicamente, no necesita ir al garaje de vez en cuando, como los aviones. Esto no lo entendemos, cómo moviéndose todo como se mueve -desde el punto de vista mecánico- cómo es posible que no se desgaste y que en realidad lo desgastemos nosotros por tonterías que hacemos. Es una pregunta muy interesante porque la respuesta es muy interesante: ¿Cómo se puede mover 60 veces por minuto y no se desgasta mientras que un avión ha de revisarse cada poquísimo tiempo?
-¿Qué diagnóstico haría ahora de la ciencia en España?
-Hemos pasado un bache económico en el que la ciencia se ha resentido muchísimo, pero soy de los que creo que todo es cíclico y que hay mucha más concienciación ahora de la importancia que tiene la ciencia que hace años, cuando yo era estudiante. Por lo tanto, creo que la situación mejorará, aunque experimentará fluctuaciones.