Ángel Martín Municio, Solidez, criterio, amplitud
por Pedro García Barreno
5 diciembre, 2002 01:00Ángel Martín Municio
La inesperada muerte del presidente de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, Ángel Martín Municio, ha conmocionado al mundo científico. El médico y amigo Pedro García Barreno recuerda para El Cultural su dilatada trayectoria y su preocupación por consolidar una nueva cultura.
Solidez, criterio y amplitud son las bases en las que ángel Martín Municio construyó su dedicación científica, su "arte", su filosofía. Nació el 30 de noviembre de 1923 en Haro. Fue licenciado en Ciencias Químicas por la Universidad de Salamanca, y en Farmacia por la Universidad de Santiago de Compostela. Fue también doctor en Ciencias y en Farmacia por la Universidad Central de Madrid. Con un elaborado criterio y una sólida formación, inició su carrera docente como Profesor Adjunto de Química Orgánica en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Madrid, y su andadura científica como Colaborador Científico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
Su formación fue tan heterogénea como intensa.Tras una larga etapa de estudios en distintos centros universitarios y docentes -Rijks Universiteit de Utrecht (Holanda); Medical Research Council, Mill Hill, Londres (UK); Organic Chemistry Department, University of Newcastle (UK), y Medical Research Council, Cambridge (UK)- ganó, en 1967, la Cátedra y dirigió el Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de las Facultades de Biología y de Ciencias Químicas de la Universidad Complutense. Rigor, criterio y calidad fueron las líneas maestras de su quehacer. Vale la pena destacar, entre toda la labor realizada, la organización de los Cursos de Biología Molecular, iniciados en 1967. Desde un comienzo, la presencia de las más destacadas personalidades internacionales en el campo de la Biología fue habitual en el campus Complutense, del que sería Vicerrector de Investigación y Relaciones Internacionales. La escuela formada a lo largo de su trabajo avala esta dedicación.
Precisamente por este bagaje, y por el transcurrir de sus inquietudes, era veterano en Relaciones Internacionales. Entre sus responsabilidades, destaca la de representante de España en la OCDE y en la Conferencia Europea de Biología Molecular. Fue el primer miembro español de la Organización Europea de Biología Molecular (EMBO), y Vicepresidente de la Conferencia Europea de Biología Molecular. Ocupó también la Vicepresidencia de la European Language Resources Association (ELRA).
Al objeto de la reunión constituyente de la Conferencia europea de Biología Molecular, Angel Martín Municio, en marzo de 1967, emitió un largo informe al Ministerio de Asuntos Exteriores. De él son los párrafos siguientes: "(...) La Biología Molecular es considerada no como una nueva rama de la Ciencia sino, por el contrario, como un nuevo planteamiento, tanto mental como metodológico y técnico, de los permanentes problemas básicos de la Biología. (...) El estudio de los mecanismos esenciales de la vida, su planteamiento con visión sintética y agrupadora de disciplinas científicas, hasta hoy en proceso de diferenciación, y el hecho de sólo ser abordable en plano colectivo, confieren a la Biología Molecular aspectos totalmente insólitos en nuestra Ciencia tradicional".
Su actividad en diversos campos de responsabilidad en torno a la investigación fue amplia. Fue nombrado Director del Departamento de Investigación básica del "Síndrome tóxico" en el Ministerio de Sanidad; del Servicio de Investigación del "Plan Oncológico Regional" de la Comunidad Autónoma de Madrid, y del Departamento de Biología de la Fundación Juan March. También fue miembro, entre otros, del Patronato del Instituto Ortega y Gasset.
Así, en relación con su participación como asesor científico de la Fundación de la ONCE escribió: "He tenido que llegar a Santa Teresa y leer en su Autobiografía: Vile con los ojos del alma más claramente que le pudiera ver con los del cuerpo, para tranquilizar mi espíritu y ver en esa expresión la grandeza de mis amigos ciegos". Del mismo modo, su preocupación por el compromiso social de las instituciones queda patente en estas palabras: "Buen momento el de este décimo aniversario para que el recuento de la labor realizada en el campo de la ciencia nos proporcione, a la vez, la oportunidad de meditar acerca del significado de la aportación social del Colegio de Eméritos. Contribución social que, de entrada, bien pudiera definirse como la realizada por una organización racional del mecenazgo para el aprovechamiento de los recursos intelectuales del país en el adelantamiento cultural de la sociedad".
Su labor académica estuvo patente hasta los últimos días de su vida: en Puerto Rico, ponente por parte de la Real Academia Española -de la que fue Vicedirector-, y en Beijin representando -como Presidente de la Corporación- a la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. También fue Académico Numerario de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, de la que era su Presidente; de la Real Academia Española, de la que fue Vicedirector; de la Academia Europea de Artes, Ciencias y Humanidades; de la Academia Scientiarum et Artium Europaea. Y Académico Correspondiente de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales de Venezuela; de las de Ciencias de Colombia y de Rusia. Académico de Honor de las Academias de la Lengua Española de Colombia; de la de Ciencias de la República Dominicana, y de la Interamerican Medical and Health Association (USA). Contó también con el Distinguished Lecturer in Biomedicine, concedido por la School of Medicine de Louisiana State University. Entre sus distinciones, tal vez la Medalla de Oro de La Rioja fue la más querida.
Trabajo, ciencia, lengua, cultura, educación. En el acto de presentación del Diccionario Esencial de las Ciencias, Municio señaló: "Este acto se entronca en las mejores raíces tanto de la tradición como de la modernidad de esta Real Academia [de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales]. De la tradición que se remonta a más de siglo y medio, cuando se acordó la realización de un Diccionario de los términos técnicos usados en todas las ramas de las Ciencias que forman el objeto de las tareas de la Corporación. (...) Dedicación reciente de esta Real Academia en el campo de la lexicografía y la terminología de la ciencia, que se entronca ahora, con la obra que presentamos, con los intereses de la sociedad, la educación y la cultura. Y en la imprescindible vinculación social de estas Instituciones académicas, ninguna exigencia más manifiesta y más obligada que la de poner la tradición, la experiencia, el trabajo y el intenso componente multidisciplinar de esta Real Academia al servicio de nuestras necesidades educativas".
En este contexto de entrega hacia los grandes proyectos de estudios científicos y de iniciativas en torno al lenguaje científico debe mencionarse su compromiso con la Asociación Española de Terminología, con los estudios sobre econometría de la lengua española y con el desarrollo del corpus terminológico científico-técnico español. Otras tres acciones completan el ímpetu que Municio contagió a la Academia de Ciencias: los trabajos sobre historia de la Ciencia; el Programa de Promoción de la Cultura Científica y Tecnológica "dirigido a poner a disposición del público general, a largo plazo, la comprensión de la ciencia y sus contribuciones a la sociedad bajo la forma de lecciones científicas adaptadas a audiencias extensas, que identifican algunos de los importantes avances de la ciencia y la tecnología y el papel jugado por la investigación básica en la mejora de la calidad de vida...", y "El programa de atención a los superdotados en el pensamiento matemático".