Sala pequeña del Teatro Español. Sobre el escenario un gran marco dorado encierra una estancia decorada con una mesa, varias sillas, una lámpara, un paraguas aparcado, un bolso, el retrato de una mujer sobre la mesa. La actriz argentina Marilú Marini aparece fuera del marco, vestida de negro, tras el aplauso de bienvenida del público, nos dice que va “a crear lo que le sucedió” y entra dentro del marco.

Lo que viene a continuación en realidad no le sucedió a ella, sino a María Negroni, autora de El corazón del daño. Marini es el alter ego en escena de esta reconocida poeta argentina, artífice de este raro libro autobiográfico en el que desmenuza sus recuerdos de niñez en la casa de su madre, una mujer severa y distante con la que convivió hasta sus años universitarios y con la que mantuvo una compleja relación. El libro trata de muchas más cosas, especialmente de la creación literaria, donde encontró refugio e, incluso, un medio para exorcizar la convivencia con su progenitora. 

La mayor parte del monólogo teatral se concentra en ellas dos. Marini es Negroni y a veces también la madre de esta; añade recuerdos de sus años como estudiante opositora a la dictadura argentina, de su huida a Estados Unidos y de su propia maternidad. El relato va salpicado de citas de autores por los que Negroni siente afinidad -Borges, Clarice Lispector, Marguerite Duras, Pizarnik, Beckett…- y que le permiten apuntalar reflexiones que van surgiendo sobre el amor maternofilial, pero también sobre otras cuestiones que tienen que ver con la literatura.

Texto escrito con mimo y detalle, en un registro más lírico que ensayístico, de estructura fragmentaria, donde converge un tono íntimo y sentimental con observaciones irónicas, algún apunte político y realista y abundancia de citas literarias. Sobre las tablas, sin embargo, este texto de incuestionable valor literario no acaba de encontrar su forma adecuada de “crearse” en escena.



La adaptación la firma la misma Negroni, pero la obra no te golpea, su verdad no te llega. Marini es una actriz elegante, serena, con mucho oficio, pero está dirigida por Alejandro Tantanian en un código interpretativo de un dramatismo deliberadamente impostado y resulta en ocasiones afectada. No comprendo, además, que actúe con micrófono en una sala tan pequeña, con el público a un metro de distancia.

El corazón del daño

Teatro Español. Sala Margarita Xirgu. Hasta el 3 de septiembre

Adaptación teatral de la novela homónima: María Negroni con la colaboración de Oria Puppo y Alejandro Tantanian. 

Dirección Alejandro Tantanian.

Con Marilú Marini.



Diseño de escenografía, iluminación y vestuario Oria Puppo. 



Diseño de sonido y composición musical Diego Vainer. 



Una coproducción de Teatro Español y Teatro Kamikaze.