Fiesta 'drag queen' en el Teatro Calderón con 'Kinky Boots'
La producción no decepciona, es divertida y va de menos a más, a ritmo de una animosa partitura creada por Cindy Lauper
El Teatro Calderón ha recuperado la versión en español del musical Kinky Boots, un espectáculo con mucha peluca y maquillaje, mucho taconazo de charol de diez milímetros y abundancia de chascarrillos descarados de los que les gustan a las drag queen. La estrellaza es el actor brasileño Tiago Barbossa. Esto no es A Chorus Line, pero la producción no decepciona, es divertida y va de menos a más, a ritmo de una animosa partitura creada por Cindy Lauper.
La música y las canciones tan pegadizas de Lauper (supuso su debut en Broadway) son uno de los acicates, pero también las coreografías, alegres y energéticas, ideadas por Gilliam Bruce (Dirty Dancing) en las que destaca un asombroso elenco trans –el que acompaña al personaje de Tiago–, pura fibra elástica que ofrece unos bailes sobresalientes. La música y el baile funcionan bien porque la base es la sencillez y, a la vez, un equilibrio entre música disco y canciones melodiosas y baladas que hacen muy ameno y variado el repertorio de los cantantes.
Barbossa en su papel del transformista Simon-Lola derrocha descaro, histrionismo y simpatía, y comparte protagonismo con Daniel Diges, otra voz bonita y solvente actor en el rol de un joven que pretende recuperar de la ruina su negocio familiar de zapatos dedicándose a fabricar botas para drag queens de las que llegan hasta las ingles. Esta historia absurda da pie a un convencional y previsible libreto sobre la aceptación del que es diferente, original de Harvey Fierstein. La joven Angy Fernández, cantante y estupenda cómica, cierra el trío protagonista en el personaje de Lauren que acabará seduciendo al joven fabricante. Y los tres arropados por un numeroso elenco de actores y el citado cuerpo de baile trans.
Uno de los mejores momentos coreográficos, con todo el elenco y el grupo de bailarines trans en escena, es el número de las cintas transportadoras (inspirado en las máquinas de una fábrica y su proceso mecánico), a ritmo del tema disco Sex is in the hill o (Sexo están en los tacones), que atraviesa el espectáculo. El otro gran tema del musical es No soy el hijo de mi padre (I'm Not Father's Son), pero también Levántate (Raise you up), para finalizar con todo el elenco despidiéndose con las botas puestas. Todos los temas han sido traducidos.
El musical sigue el estilo de Priscilla, reina del desierto. Ambos comparten no solo la temática, también el partir de una película. La de Kinky Boots se estrenó en las salas de cine en 2005 y la producción en Chicago en 2012, pero al año siguiente saltó a Broadway, donde se mantuvo seis temporadas y obtuvo varios premios Tonny, entre ellos la mejor música original. Esta versión del Calderón es argentina, está dirigida por Ricky Pashkus, y pisó escenario de la calle Corrientes de Buenos Aires en 2020. Tras abrir la temporada el años pasado año del espacio Ibercaja de Delicias, vuelve ahora al Calderón por siete semanas.