Oficios para el escritor de teatro
[caption id="attachment_868" width="560"] Ignacio del Moral es el actual presidente de la Asociación de Autores de Teatro[/caption]
Se dice pronto: en nuestro país hay poco más de 300 dramaturgos. Pero se presume que hay muchos más, pues la cifra se refiere a los afiliados a la Asociación de Autores de Teatro (AAT), organización que el próximo lunes festeja en Madrid sus 25 cumpleaños. Es un colectivo muy diverso, con variados intereses, y dedicado a múltiples oficios; no le queda más remedio, pues se cuentan con los dedos de la mano los autores que viven exclusivamente de las producciones escénicas de sus obras.
La AAT no es una organización reivindicativa, su propósito es el de representar a los autores de teatro y ser interlocutor con las instituciones sociales. El actual presidente de la AAT es un hombre tranquilo de fino humor, Ignacio del Moral. Dice que se le queda grande la palabra “autor” para denominar al colectivo que representa: “Una obra de teatro es un trabajo de equipo y creo que la autoría integral en teatro sólo se da cuando el mismo escritor es también director”. Por ello, él prefiere usar la palabra “dramaturgo”, que define como el oficio de “contar historia a través de las conductas de los personajes”.
Del Moral es un veterano dramaturgo. Ha escrito una veintena de obras de teatro (Rey Negro, La mirada del hombre oscuro…), pero se gana la vida como célebre guionista de cine (Los lunes al sol, Lope…) y de televisión (Cuéntame, Hospital central, Farmacia de guardia… ): “Se cuentan con los dedos de una mano los autores que viven de vender entradas de sus obras, quizá Jordi Galcerán, y no sé si Sergi Bellver…, la mayoría son profesores de universidad o de instituto, funcionarios, médicos, o gente que realiza actividades paralelas al teatro como los talleres, las conferencias, hace adaptaciones, publica… o como yo, escriben para el cine y la televisión”.
Esta afinidad entre dramaturgos y guionistas es una de las líneas de trabajo que Del Moral quiere promover desde la AAT: “Son manifestaciones y medios diferentes, pero unos y otros trabajan los ‘conflictos’. Conozco muchos guionistas que van a los cursos de Sanchis Sinisterra en La Corsetería, pues el teatro les ofrece escribir con una pureza que no encuentran en la televisión o en el cine".
Son las salas alternativas quien más atención prestan a estos autores. Es su campo habitual. El teatro comercial ha perdido bastante fuelle en nuestro país (prueba de ello es el nivel “amateur” que puede verse en algunos de los espectáculos), por lo que la acogida para el teatro español contemporáneo es limitado. Y el teatro público peca de lo contrario, suele usar la autoría actual de estandarte de sus programaciones, y no siempre brilla la calidad de las piezas.
A pesar de este panorama, Del Moral es muy optimista con el relevo generacional, se refiere a los autores que rondan los 35 años, a los que define como “muy formados, muy trabajadores y muy políticos, en el sentido de que están muy atentos a la realidad y a reflejarla en sus obras. Es un cambio generacional con mucho entusiasmo, donde dominan las mujeres. Pienso, por ejemplo, en Paco Bezerra”. Pero lamenta que su presencia se sustente principalmente en el “frágil tejido de los compañías y los actores de las salas alternativas, lo que los sitúa a expensas del voluntarismo y del ánimo de estos. Por ello, defiendo que las subvenciones se dirijan preferentemente a las compañías y a las salas, considero que son los que se implican con los autores y pueden lograr así que estos tengan eco”.
Establecer lazos con esta joven generación para que ganen presencia en la asociación y presionar junto con las salas alternativas para que se les preste mayor atención es, por tanto, otra de las tareas que se impone Del Moral dentro de la AAT. Él es consciente de que el funcionamiento de la asociación es limitado, disponen de escasos recursos: ayudas de SGAE, que les cede el local y subvenciona ciertos programas; de la Asociación Colegial de Escritores, pues son una sección de esta organización; de CEDRO; y del Ministerio de Cultura, del que obtienen subvenciones puntuales a determinados proyectos.
La fiesta del próximo lunes será en el María Guerrero, donde los autores leerán fragmentos de cuatro compañeros que les han representado como presidentes de la AAT: Alberto Miralles, fundador de la asociación y de quien se ha escogido una de sus piezas más célebres (El último dragón del Mediterráneo); Buero Vallejo (Las meninas), Lauro Olmo (La camisa) y Rodríguez Méndez (El pájaro solitario). De Moral hubiera añadido también una de las obras del último presidente, Jesús Campos, pero como el programa lo elaboraron juntos, Campos se autoexcluyó.
Ignacio lleva apenas quince días en el cargo, se siente un presidente “interino”: “Por mi debilidad de carácter acepté ser vicepresidente en las últimas elecciones con la condición de relevar a Jesús Campos, que se presentó con la condición de que yo le sustituyera al año de su mandato, pues llevaba tiempo al frente y quería dejarlo. Él ha hecho una labor fantástica, ha propiciado una dirección colegiada que ha permitido mantener e implicar a gente más joven en la Asociación y ponérmelo fácil”.