Halffter, aquí
Yo quiero poder seguir las óperas de nuestros primeros compositores sin necesidad de viajar a la otra punta de Europa, aunque comprendo que muchos piensen a mí qué me importa lo que usted quiera o deje de querer. De la Novela de ajedrez, que Cristóbal Halffter acaba de estrenar con mucho éxito en el Teatro de Kiel, no pude más que echar un vistazo a la partitura. Quiero verla representada por aquí. Y Lázaro, también. Y quiero ver reposiciones de todas las óperas de Luis de Pablo, de Tomás Marco, de Sánchez Verdú y de los demás. Es lo natural. No digo que en España vayamos a lanzarnos sobre estas óperas con la fruición con que los alemanes han seguido los estrenos de Henze, de Reimann o del mismísimo Stockhausen. No es fácil, ni siquiera sé si es deseable, ¡pero, al menos, que se pongan! Y se repongan. No son más caras de montar que las demás. Y de ninguna manera son peores que algunas que se representan tenazmente.
Kiel, la capital de Schleswig-Holstein, pegando a la frontera con Dinamarca, viene a ser, por población, la mitad de Vallecas. El Teatro de allí ha puesto las tres óperas de Halffter: Don Quijiote poco después de su estreno en Madrid, Lázaro en estreno absoluto y la Novela de ajedrez en estreno y encargo del teatro. Está bien. Se ve que en Kiel aprecian su música. Pero aquí también. El artículo que Peter Krause publicó en Die Welt cuando el estreno termina sugiriendo que la Novela de ajedrez de Cristóbal Halffter se ponga en la Ópera de Viena. Yo secundo la moción, y añado que antes, o después, venga a algún teatro español. Aunque solo sea porque es inevitable que aquí la veamos y la oigamos desde otro punto de vista. Ejemplo: el oficial de la Gestapo encargado de torturar al protagonista es un contratenor. Lo que el crítico de Die Welt destaca (y lleva al título de su crónica) a propósito de este hecho es la contradicción voz blanca / alma negra, que resulta inquietante. Pero Halffter, según contó en su día a El Cultural ), lo ve además de otra manera: el malo fuerza su tesitura de igual manera que fuerza su comportamiento: porque es necesario esforzarse para llegar a ser malo. No sé si estoy de acuerdo. Ojalá fuera así. Y ojalá pudiera discutir esta cuestión con mi gente tomando unas cervezas a la salida del Real, o del Liceo, o del Palau de les Arts, o del Maestranza.