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Hasta seis películas con producción patria compiten en el próximo Festival de San Sebastián, a sumar algunos estrenos de relumbrón como el de la última película de Alex de la Iglesia, Mi gran Noche, con Rapahel como gran estrella. En la selección, viejos conocidos como Agustí Villaronga, que estrenará El rey de La Habana, o Marc Recha, que participará con Un dia perfecte per volar, protagonizada por su propio hijo, Roc, Sergi López y un cometa con ecos poéticos de aquella El balón rojo, de 1956. Villaronga llegará a San Sebastián después de Pa negre (2010), con la que conquistó la Concha de Oro y se hizo con todos los Goya. Amor y sexo adolescente son algunos de los ingredientes de una película basada en una novela de Pedro Juan Gutiérrez.
Son películas españolas, pero muchas tienen sabor sudamericano, no solo la de Villaronga. Eva no duerme está firmada por el argentino Pablo Agüero y protagonizada por Gael García Bernal. Esta coproducción entre Argentina, España y Francia trata sobre las rocambolescas vueltas que dio el cadáver de Evita, sometido a disputas políticas. De Uruguay llega la tercera película de Federico Veiroj, El apóstata, en la que un chaval criado en un entorno religioso trata de liberarse de las enseñanzas de sus padres.
Cesc Gay acaba de tener un gran éxito con la magnífica Una pistola en cada mano y su nuevo filme, Truman, trata de una pareja de amigos formada por Ricardo Darín y Javier Cámara que buscan al perro de uno de ellos por las calles. Dicen quienes han tenido ocasión de verla que es una joya absoluta. Cesc Gay está en un gran momento y su película será sin duda uno de los hitos del festival. Y completa la cuota española una película hablada en euskera, después del gran éxito de aquella Loreak del año pasado: Amama, de Asier Altuna, en la que se narra el conflicto entre el mundo urbano y el rural.
Habrá dos proyecciones especiales con importancia. Imanol Uribe vuelve al thriller con Lejos del mar, con Eduard Fernández y Elena Anaya, con una turbulenta historia sobre un hombre acosado por su pasado. No estamos solos es un documental de Pere Joan Ventura sobre el movimiento indignado. Y en Zabaltegui, Paula Ortiz presentará La novia, inspirada en las Bodas de sangre de Lorca, que puede sorprender por su particular estilo visual. Y Fernando Colomo vuelve al cine indie de personajes con Isla bonita, sobre un publicista en crisis (él mismo) que viaja a Menorca y se encuentra con una escultora antisistema y su hija.
El director del festival, José Luis Rebordinos, dice henchido de orgullo patriótico, y eso que es vasco, que el cine español de este año "trasciende al cine español". El año pasado acertó y nadie duda que Magical Girl, La isla mínima y Loreak brillaron con fuerte luz propia. Este año puede acertar también. Álex de la Iglesia se maneja muy bien subvirtiendo los códigos hispanos; Villaronga es lo más parecido a un genio que tenemos por estos lares y Cesc Gay crece por momentos como fabuloso dialoguista y creador de situaciones que desprenden humanidad. Sin olvidar a Marc Recha, que cuando está bien, está muy bien. Y tanto El apóstata, con el sello de Avalon, como Eva no duerme, podrían ser películas importantes. Falta saber qué depara la sección internacional...