Pocas cosas tan refrescantes como pasar la tarde de exposición en exposición. A través de la mirada de Cristina García Rodero, Elliott Erwitt, David Goldblatt, Christian Franzen, Sarah Moon, Sebastián Bruno, Iwan Baan, Francesca Woodman y Julia Margaret Cameron es posible viajar a los sitios más recónditos del planeta.

De Johannesburgo a Azerbaiyán, pasando por Estados Unidos y Gales, hasta la España profunda, incluso a la de la Restauración. Recogemos algunas de las muestras más interesantes que todavía pueden verse, muchas de ellas en el contexto del festival PHotoEspaña.

David Goldblatt: sin segundas intenciones

Fundación Mapfre, Madrid (hasta el 25 de agosto)

Durante casi siete décadas, David Goldblatt (Randfontein, 1930 - Johannesburgo, 2018) se dedicó a retratar la opresión y las injusticias sociales de su país. Nacido en Randfontein, una pequeña ciudad minera de oro al oeste de Johannesburgo.

Desde muy joven, mostró un interés profundo por la fotografía. Fue en 1948, justo cuando el Partido Nacional, que instituyó el apartheid, llegó al poder en Sudáfrica, cuando comenzó a trabajar como fotógrafo profesional. 

Fundador del Market Photography Workshop en Johannesburgo, escuela de fotografía que ha formado a muchos fotógrafos emergentes, contribuyendo significativamente al desarrollo de la fotografía sudafricana, Goldblatt no solo se centró en la opresión  del apartheid, un sistema que oficialmente otorgaba privilegios o imponía privaciones basándose en categorías raciales, sino que también capturó la resistencia, la vida cotidiana y la resiliencia de las personas.

David Goldblatt: 'Sábado por la mañana en el hipermercado: semifinal del concurso Miss Piernas Bonitas', 1980. © The David Goldblatt Legacy Trust

Como apunta Elena Vozmediano, crítica de arte de El Cultural, sobre el trabajo de Goldblatt: "Su enfoque –en sentido técnico y figurado– es claro y nítido pero no es obvio o frontal: no ha echado mano a la épica de la lucha o a la crónica periodística sino que ha dejado que los individuos y los espacios que habitan –las estructuras, como las llamaba– revelen una realidad cruel que se manifiesta en las situaciones cotidianas, con muchos matices". 



Sus series fotográficas incluyen temas tan diversos como los mineros de Randfontein, los suburbios de Johannesburgo, las áreas rurales y las ciudades segregadas. Su enfoque no era sensacionalista; buscaba mostrar la realidad con honestidad y humanidad.

La exposición David Goldblatt: sin segundas intenciones, que se podrá ver en la Fundación Mapfre hasta el 25 de agosto, reúne cerca de 150 obras de varias de sus series para mostrar la continuidad de su trabajo.

Esta amplia retrospectiva ofrece también un diálogo con la obra de otros artistas sudafricanos de entre una y tres generaciones posteriores al autor, entre los que cabe citar a Lebohang Kganye, Santu Mofokeng o Jo Ractliffe, entre otros.

Un danés en el Madrid de la Restauración

Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Madrid (hasta el 29 de septiembre)

"Fotógrafo de reyes y rey de los fotógrafos", así consideraba a Christian Franzen, (Dinamarca, 1864 – Madrid, 1923) la publicidad de la época. Alfonso XIII, María Cristina de Habsburgo, Emilia Pardo Bazán, José María Pereda, Benito Pérez Galdós o Joaquín Sorolla son solo algunas de las personalidades que posaron para el danés, considerado el más grande fotógrafo del Madrid de la Restauración.

Retrato de la reina madre María Cristina de Habsburgo y del rey Alfonso XIII, 1905. RABASF

Con apenas 26 años y habiendo perfeccionado su oficio, abandonó Dinamarca en 1890 para establecerse en Madrid, durante los últimos años de la Restauración borbónica. Cuatro años más tarde, abrió su célebre Galería Fotográfica en la calle del Príncipe, donde construyó un prestigioso catálogo de retratos. Este catálogo incluía a miembros de la realeza y, en general, a las figuras más prominentes de la alta sociedad madrileña de la época.

La habilidad de Franzen para utilizar técnicas avanzadas como el heliograbado y la platinotipia lo distinguieron de sus contemporáneos y le permitieron producir imágenes duraderas y de gran detalle. Para conmemorar el primer centenario de su muerte, la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando presenta hasta el 29 de septiembre la exposición Un danés en el Madrid de la Restauración.



Fotografías del maestro que se guardan en sus archivos, así como álbumes, libros de época, heliograbados y platinotipias originales. Un recorrido de más de 150 años de historia, que pretende reivindicar el legado del fotógrafo, hasta ahora olvidado, pero "sin cuya obra no podríamos entender la historia del Madrid de la Restauración y la Regencia, ni la propia historia de la fotografía en España", apunta el académico Publio López Mondéjar. 

Francesca Woodman y Julia Margaret Cameron: Retratos para soñar

Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), Valencia (hasta el 20 de octubre)

A pesar de haber vivido con un siglo de diferencia, Francesca Woodman y Julia Margaret Cameron tuvieron mucho en común. Consideradas dos de las mujeres más influyentes de la historia de la fotografía, ambas exploraron el retrato a través de su propia creatividad e imaginación para narrar historias y evocar la belleza, el simbolismo y la idea de transformación. 

Julia Margaret Cameron, que desarrolló su carrera en el Reino Unido y Sri Lanka a partir de la década de 1860, es conocida por su estilo distintivo y pionero en el uso del desenfoque y la iluminación para crear retratos cargados de dramatismo y simbolismo.



Mientras que Woodman, activa en América e Italia en la década de 1970 y heredera del surrealismo de André Breton, destaca por sus evocadoras imágenes en blanco y negro que exploran la identidad, la feminidad y el cuerpo a través de composiciones surrealistas y poéticas. 

La exposición Retratos para soñar propone un recorrido para contemplar en paralelo sus creaciones, a través de los temas: ángeles, mitologías, desdoblamiento, naturaleza y feminidad, modelos y musas, y hombres.

"En cuanto al proceso, es interesante notar que ambas detectaron y proclamaron cuál había sido su primera fotografía. También, ambas se encargaban del revelado, a menudo, indiferentes a la calidad técnica, defectos o imperfecciones de las copias", señala Elena Vozmediano, crítica de arte de El Cultural. 

Asimismo, ambas fotógrafas reclamaban su aceptación profesional en el mercado y compartieron la fascinación por la antigüedad clásica y sus mitos y por la iconografía angélica. Con más de 140 fotografías de época, la exposición, comisariada por Madgalene Keaney, abarca la carrera de ambas artistas y propone nuevas formas de contemplar su obra y la evolución del retrato fotográfico en los siglos XIX y XX.

Sarah Moon. El tiempo se detiene

Fundación Foto Colectania, Barcelona (hasta el 22 de diciembre)

El de Sarah Moon es uno de los nombres más enigmáticos de la fotografía contemporánea. Tras él se esconde Marielle Warin, nacida 1941 en Vernon, Francia, que comenzó su carrera en los años 60 como modelo en Londres y París. Rápidamente se dio cuenta de que se sentía más cómoda detrás de la cámara, y tras adoptar el nombre artístico de Sarah Moon, comenzó a trabajar como fotógrafa de moda.

Sarah Moon - Fashion 01, Issey Miyake, 1995

Su estilo único, caracterizado por imágenes etéreas, melancólicas y misteriosas, rápidamente llamó la atención de la industria. Colaboró con marcas icónicas como Cacharel, Chanel, Dior, Vogue y Harper’s Bazaar. La fotógrafa francesa destaca por su  enfoque artístico y poético.

Sus imágenes parecen sacadas de un sueño, con un uso deliberado del desenfoque, el movimiento y las exposiciones largas, y una paleta de colores desaturados que evoca una sensación de nostalgia y atemporalidad. Aunque está reconocida como una destacada fotógrafa de moda y sigue produciendo imágenes en este ámbito, desde los años 80, Moon fue ampliando sus horizontes, explorando una obra más introspectiva y personal, y adentrándose también en el mundo cinematográfico.

Para ella, su producción cinematográfica significó una nueva manera de seguir explorando la realidad desde la imagen en movimiento, y “crear nuevas narrativas que desafíen la percepción tradicional del tiempo y el espacio”, aseguró la propia artista. 

La muestra El tiempo se detiene es el resultado de una invitación especial de Foto Colectania, que ha otorgado a Moon “carta blanca” para plasmar su propia visión. Una cuidadosa selección de obras, que incluye más de 80 fotografías, libros y cinco películas, que revela la habilidad de Moon para captar la esencia de sus sujetos y es es una oportunidad para apreciar la profundidad y la versatilidad de una de las artistas más genuinas de la fotografía contemporánea.



Cristina García Rodero. España oculta

Círculo de Bellas Artes, Madrid (hasta el 18 de agosto)

Cristina García Rodero (Puertollano, 1946) ha recorrido España y el mundo entero con una cámara colgada al cuello. Desde hace cincuenta años, allá donde haya vida, fiesta, celebración, ahí ha estado ella.

Primera española en entrar en la agencia Magnum y autora de La España oculta (1989), el libro que cambió el modo de entender la fotografía en nuestro país, la fotógrafa es una nómada que protegió al folclore español del olvido.  

En 1973, la Fundación Juan March le concedió una beca de creación artística con la que compró su primer equipo y recorrió durante un año los pueblos de España con el fin de documentar y preservar sus fiestas, ceremonias, ritos, tradiciones y formas de vida.

Cristina García Rodero: 'En las eras'

Por aquel entonces, la gente esperaba la colorida España de la Movida madrileña, pero ella decidió capturar su contraplano, ese país rural que todavía veía en blanco y negro.

Lo feo, lo insólito, las celebraciones marginales, las procesiones. "Estamos ante una reverberación de imágenes profundas, reveladoras, en las que resuenan los ecos de los rasgos étnicos y culturales originarios en contraste y diálogo con las modulaciones de la experiencia global en el tiempo en que fueron tomadas", señala José Jiménez, crítico de El Cultural. 

Fruto de ese trabajo fue la serie de fotografías recogidas en España oculta (1989), libro que fijó el rostro y el espíritu de un momento muy especial del país y que se convirtió en un hito fundamental de la historia de la fotografía en España.

Cincuenta años después de que recibiera la beca que "le cambió la vida", varias instituciones celebran su trabajo organizando la exposición Cristina García Rodero. España oculta, que presenta 152 fotografías, la serie completa de imágenes que aparecieron en el libro y que puede visitarse en el Círculo de Bellas Artes de Madrid hasta el 18 de agosto.

Elliott Erwitt. La comedia humana

Fundación Canal de Isabel II, Madrid (hasta el 18 agosto)

El sentido del humor era imprescindible para Elliott Erwitt. "Para que una fotografía sea buena, debe tener equilibrio, forma y fondo. Pero para que sea muy buena también debe tener una magia indefinible”, solía decir el fotógrafo, fallecido en noviembre de 2023, que dejó tras sí unas 600.000 fotografías. 

Su pulsión por capturar la esencia de lo cotidiano con humor e ingenio, desde el corazón, ha hecho que pase a la historia como uno de los mejores fotógrafos del siglo XX. Miembro de la prestigiosa agencia Magnum Photos desde 1953, Erwitt se integró, muy joven en la institución, que llegó a presidir.  

Su trabajo abarca retratos de celebridades, escenas urbanas y, especialmente, fotografías de perros, que se han convertido en un sello distintivo de su obra. Estas protagonizaron el libro Son of Bitch (1974), una colección de sus fotografías caninas más famosas.

Saint Tropez, Francia, 1979 © Elliott Erwitt Magnum Photos

Aunque no solo destacó por sus fotografías, sino también por su trabajo en el cine, participando en el cortometraje Arthur Penn: The Director (1970) y dirigendo la película Beauty Knows No Pain (1971). 

La Fundación Canal acoge su primera exposición póstuma, La comedia humana, que reúne 135 obras del fotógrafo a través de tres secciones que comprenden tres de los ámbitos icónicos que fueron su fuente de inspiración: las personas, los animales y las formas. La espontaneidad de Erwitt y su capacidad para encontrar lo extraordinario en lo ordinario convierte su obra en un legado fotográfico fundamental. 

Instantes en la arquitectura. Iwan Baan

Museo ICO, Madrid (hasta el 8 de septiembre) 

China, Etiopía, Japón, Catar, Azerbaiyán. La mirada Iwan Baan ha recorrido medio mundo. El holandés, considerado uno de los fotógrafos de arquitectura más importantes del mundo, viaja a través de las ciudades, de los pueblos, posando su cámara en el diálogo entre los edificios y las personas que los habitan.

Baan atrapa el carácter y el contexto de un edificio combinando panorámicas, imágenes aéreas realizadas desde un helicóptero hasta planos de detalle. Su perspectiva humanista ha revolucionado la fotografía de la arquitectura.

Comenzó su carrera profesional en la fotografía documental y de reportaje antes de dedicarse a la arquitectura. Su salto a la fama se produjo en 2004 cuando fotografió el proyecto del arquitecto holandés Rem Koolhaas en China Central Television (CCTV) en Beijing. Desde entonces, ha trabajado con numerosos arquitectos de renombre, incluidos Zaha Hadid, Herzog & de Meuron y Toyo Ito.

Iwan Baan, Sede de la CCTV, Pekín, China, 2011, diseñada por OMA. © OMA. © Iwan Baan

La exposición Instantes en la arquitectura, en el museo de la Fundación ICO hasta el 8 de septiembre, recorre esta trayectoria, mostrando ejemplos de todos los ámbitos de la obra de Baan desde principios de la década de los 2000.

Así como material fílmico e imágenes poco conocidas de construcciones informales, desde un poblado circular chino hasta una iglesia monolítica etíope, desde los bloques de pisos de construcción propia en El Cairo donde la comunidad copta se dedica al reciclaje de basura hasta la ocupada Torre de David en Caracas.

Una ventana al fascinante escenario de la arquitectura de los albores del siglo XXI, enmarcado en sus contextos urbanísticos y sociales, que pone rostro a las personas que habitan estos espacios.

TA-RA. Gales 2013-2022. Sebastián Bruno

Antiguo Hospital de Santa María la Rica, Alcalá de Henares (hasta el 1 de septiembre)

En las comunidades obreras del Reino Unido, ta-ra es otra forma de decir adiós. Tras haber vivido trece años en Gales, Sebastián Bruno (Bueno Aires, 1989) documentó fotográficamente una forma de vida muy particular, la del pueblo galés. 

Un país de naturaleza compleja que Bruno recorre desde la distancia, con una mezcla de extrañeza y familiaridad, aunque siendo testigo de los acontecimientos sociopolíticos históricos y actuales del país, como las políticas de austeridad aplicadas durante doce años, la desindustrialización, el Brexit y la crisis económica.

De ahí nace TA-RA. Gales 2013-2022, proyecto que se expone en el Antiguo Hospital de Santa María la Rica de Alcalá de Henares hasta el 1 de septiembre,  que se centra en la cotidianidad y las emociones de las comunidades galesas, reflejando un sentido de desapego y entumecimiento frente a las adversidades económicas y sociales que han afectado al Reino Unido en los últimos años.

Cardiff, 2020, de la serie Ta-Ra © Sebastian Bruno

Un total de 39 fotografías monocromáticas realizadas entre 2013 y 2022 en diferentes ciudades y pueblos del sur de Gales: Porthcawl, Merthyr Tydfil, Swansea, Barry Island, Nantyglo, Merthyr Vale, Cardiff, Newport, Abertillery, Caerleon, Pontypool, Brynmawr y Swffryd.

Con unas imágenes tan originales como clásicas, Bruno describe la sociedad actual de Gales mediante el retrato, un recorrido por personajes, terrenos y texturas que conforman el tejido cotidiano del lugar, el cual revela una interpretación alternativa y abierta de un país en proceso de cambio.

Proyecto ganador del Premio Mallorca de Fotografía Contemporánea 2022, el jurado valoró su inserción en el discurso de la fotografía contemporánea, así como la exploración que lleva a cabo de un territorio europeo, con la intención de indagar en lo más íntimo de las personas que lo habitan.