Clara Montoya. Tú +. Galería F2. Doctor Fourquet, 28. Madrid. De 4.000 a 15.000 €. Hasta el 23 de julio
Clara Montoya (Madrid, 1974) tiene algo de inventora. Ella dice que su estudio es el mundo (entero) y su taller el lugar en el que guarda las herramientas. En el de Madrid ha hecho, con sus manos, las lámparas protegidas por un delgado caparazón metálico que dan forma a su intervención en el Centro del Carmen de Valencia. Es una obra que busca crear la sensación del movimiento del agua, la reverberación de la luz en sus ondas, y que evoca el caudal de un río neozelandés que ha sido declarado "persona", respondiendo a una petición de los maorís. Cómo consiguió este pueblo indígena hablar el idioma de la administración me resulta un misterio total, pero la moraleja está clara: con paciencia y pequeños gestos se consiguen grandes cambios.
De este río-persona viene el título de la muestra valenciana, Tú, y el de su reflejo madrileño, Tú +, dos propuestas que coinciden en el tiempo, por azares de los calendarios pandémicos, y que se complementan. En la galería F2, con la que colabora por primera vez, puede verse una de esas lámparas valencianas, transformada en escultura, apoyada en un tosco pedestal de madera (Trozodetú, 2021). Pero quizá sea Llorona I la pieza más interesante, una escultura-fuente que dialoga a la perfección con los otros soportes del local e incorpora elementos orgánicos (plantas y agua). En esta obra todo muta, una vez más, las ramas y hojas se abren paso entre platos de madera, barro y elementos metálicos, dejando a la vista las huellas del propio proceso y sus imperfecciones. Pienso en la ingeniería que implican otros trabajos escultóricos en los que se emplea el agua, y en esta fuente, con sus pequeños hilos de nailon guiando el fino caudal de agua y los charcos accidentados en su perímetro, y me reconcilio con la sencillez del arte. Una llamada de atención, además, sobre nuestra manera de estar en el planeta.