Vista de la exposición
Con motivo de su primera exposición en la galería Luis Adelantado, Mathieu Mercier presenta una serie de obras recientes e inéditas en España. A medio camino entre lo natural y lo artificial, la escultura y el 'readymade', la ciencia y la ilusión, este artista juega con nuestro sistema de representación, proponiéndonos examinar nuestras conexiones con la realidad y en particular lo que pasa en las áreas de intersección en esa relación.
En su extraordinario ensayo
El retorno de lo real, Hal Foster remite al mito de Zeuxis y Parrasio para evidenciar la imposible representación de lo real. Según Foster, para Lacan, el mito demuestra cómo si bien los animales se muestran atraídos por lo superficial, en las captaciones imaginarias los humanos se mueven por el deseo de lo oculto, donde finalmente son engañados. En ese deseo de desvelar lo secreto es donde se produce, ante la imposibilidad, una frustración, porque su dramática contemplación resulta traumática.
En la exposición de Mathieu Mercier hay mucho de Zeuxis y Parrasio. Sin embargo, para Mercier no hay encuentros abominables con la realidad, o dramas que invalidan su imposible representación.
Hay más bien dudas, paradojas y desencuentros no traumáticos. La exposición que lleva por título
Desilusiones ópticas juega al gato y al ratón con el espectador. En forma
magrittiana, Mercier muestra que lo que vemos
Ceci n'est pas une pipe, que hay una realidad que acaba siendo codificada delante de nuestras narices para parecer otra cosa.
Matheu Mercier, en ésta su primera exposición individual en España, ha desplegado dibujos, impresiones, fotografías, pintura y esculturas, dispuestas para poner en entredicho nuestra percepción. Como derivada de un encuentro tautológico, sus trabajos muestran desde distintos puntos de vista, desde posiciones y referencias diversas, con variadas técnicas y materiales la repetición de un mismo pensamiento destinado a increpar la realidad. Operando con procedimientos que podríamos entender más propios del científico que del artista, Mercier intenta, también a la manera
duchampiana, acercarse a esa realidad para diseccionarla. Pero no llegando a rasgar el tamiz que nos oculta el drama de su contemplación, según lo entiende Foster, Mercier actúa como Parrasio y nos obliga a acercarnos y ver más allá.
Actúa pulcramente, de manera precisa. Esta forma de proceder resulta especialmente llamativa en la serie
Scans (2012), en la que distintos elementos (tierra, polvo, flores) son sometidos a un proceso de verificación con el uso de un escáner. Llevadas al muro, lo que podría parecer simples fotografías manipuladas, son radiografías de la realidad, para la que, así como la muestra Mercier, también en el resto de obras, siempre hay sorprendentes equívocos y dudas.
Mathieu Mercier (París, 1970) es uno de los artistas más importantes de su generación. Ganador del Premio Marcel Duchamp en 2003, ha tenido numerosas exposiciones individuales, como la retrospectiva que le dedicó el Musée d'Art Moderne de la Ville de París en 2007. Esta es su primera presentación en España, por la que ha ganado el premio a la mejor exposición en Abierto Valencia.