Mobile Feelings . Fotografía: Xavi Soto

Arts Santa Mònica. La Rambla, 7. Barcelona. Hata el 25 de septiembre.

Arts Santa Mònica presenta en Barcelona cinco proyectos de la pareja de artistas Sommerer & Mignonneau. Arte digital e interactivo que pretende ser réplica de la vida, desde los ecosistemas más básicos hasta los latidos del corazón humano. Estos son los tres puntos clave para entender la exposición.

1. El director de documentales Adam Curtis es uno de los realizadores más singulares de nuestro tiempo. Para saber más sobre su particular producción merece la pena leer los artículos que le ha dedicado Carlos Reviriego en "To Be Continued", su blog en la web de El Cultural. En su nueva serie para la BBC, Curtis recorre la ecología, las tecnologías de la información, los movimientos contraculturales o los mercados financieros en persecución de una idea. La idea es que las mayores transformaciones de las últimas cinco décadas fueron impulsadas por la noción -errónea, para Curtis- de que el mundo es un conjunto de sistemas interconectados; que ninguna acción, ni en la naturaleza ni en la sociedad, es puramente individual.



Para conocer el relato de Curtis recomiendo buscar en Youtube el título de la serie, All Watched Over By Machines of Loving Grace. Para entender de qué habla, merece la pena acercarse a Sistemas Vivos, la exposición retrospectiva que Arts Santa Mònica dedica al trabajo de Christa Sommerer y Laurent Mignoneau.



2. El tiempo del arte tecnológico parece siempre el del presente-futuro. Porque esperamos encontrar en él seductores nuevos interfaces y por el carácter de sus trabajos como prototipos experimentales, es raro que se construya una exposición de new media que prescinda de cualquier carácter de novedad. Esto convierte a Sistemas Vivos en algo especial; una muestra que recorre casi 20 años de trayectoria de Sommerer y Mignoneau en la que el trabajo más reciente es de 2004.



A través de cinco proyectos, la exposición presenta entornos digitales en los que se replican las reglas de la vida, en permanente cambio y evolución. El visitante no es un mero observador sino un actor determinante en el desarrollo de estos ecosistemas. En A-Volve, diseñando él mismo las criaturas que poblarán un entorno acuático; en Life Spacies, uno de sus mejores trabajos, escribiendo literalmente el código genético de sus organismos. Eau de Jardin transciende el discurso de la simulación al incluir organismos vivos reales, un conjunto de plantas que en simbiosis con los visitantes modelan un ecosistema virtual.



Pero el trabajo más especial de todos existe en un mundo aparte. Es Mobile Feelings, un prototipo de dispositivo personal de comunicación que no transmiten el sonido de la voz del usuario, sino el latido del corazón o el aliento.



3. Una exposición como Sistemas Vivos corre el riesgo de pasearse como si fuera una colección de juegos interactivos, y no sería difícil pasar por alto el discurso científico sobre el se basa. Por eso, el mayor acierto del proyecto es no haber limitado el análisis del trabajo de Sommerer y Mignoneau al catálogo de la expo o a las hojas de sala, como es habitual. En cierta manera la exposición se ha planteado como un diálogo entre los artistas y el físico Ricard Solé, director del Laboratorio de Sistemas Complejos de la Universidad Pompeu i Fabrá. Solé escribe un glosario de conceptos-clave ("emergencia", "autoorganización", "complejidad") y protagoniza con la pareja de autores una galería de videos que se convierten en la caja de herramientas imprescindible para aprender a usar correctamente la exposición.

Vídeo de la inauguración en el Centro Santa Mónica de Sistemas vivos (conceptos y objetivos del trabajo)