Ugo Rondinone, desmedido
La Noche de Plomo
24 julio, 2009 02:00The twentieth hour of the poem, 2008
El conjunto de la obra de Rondinone me resulta contradictorio, desconcertante. Por un lado, algunas de sus obras o series, como los luminosos de arcoiris o los cabezones que representan los meses del año, me parecen del todo triviales. Por otro, encuentro en algunas obras aspectos muy interesantes. Por ejemplo, en buena parte de las que ahora presenta hay una referencia disimulada, lateral, a la naturaleza. Abiertamente en los olivos, pero casi de manera oculta en la vestimenta de uno de sus célebres payasos yacentes (plumas, piel), en la arena y las piedras, ya retiradas, con las que dibujó los firmamentos nocturnos, en el fuego ausente de la chimenea de John Giorno... Una tímida dimensión natural casi siempre "desnaturalizada" por el uso de materiales fríos (metales, fibras) o por el contexto. Como si el artista quisiera referirse a una imposibilidad. Pero todo esto son vagas suposiciones. Tan vagas como las relaciones que pueden establecerse entre sus obras y sus (a veces) desmedidos títulos o entre sus montajes y el "vestido" literario con el que los adorna.
El de León se presenta como una lectura de La noche de plomo, novela de Hans Henny Jahnn, alemán rescatado del olvido e integrado en el canon de la literatura homosexual, y se asocia además a uno de sus máximos poetas, John Giorno, que además de "prestar" su chimenea realizó una performance en la inauguración. Pero es dudoso lo que pueda haber de estos autores en la obra de Rondinone, aparte de una declaración de admiración u homenaje. Igual de inconcreta es la videoinstalación con un título de ocho líneas que les ahorro, que acompaña lo que parecen fragmentos de películas más o menos viejas con una canción del grupo Swell, que reza "Everyday sunshine". No creo que el artista, que si está dentro del sistema artístico se dirige a un público que mantiene las distancias con él, pueda permitirse ser tan deliberadamente ambiguo. Si una obra requiere explicaciones para ser comprendida, más vale darlas. O asumir que se está al margen.
Hay otra cuestión que es preciso tocar. El MUSAC ha sufrido este año de crisis un recorte presupuestario tremendo que ha supuesto la reducción a la mitad del número de exposiciones anuales y que las que se realizan tengan dificultades para financiarse. Jorge Galindo no tendrá catálogo, algo indigno de un museo de esta categoría. Para la exposición de Rondinone se ha debido contar con la ayuda de Pro Helvetia, del cantón de origen del artista y de la Fundación Almine y Bernard Ruiz-Picasso para el Arte. Almine Rech -nombre de soltera de la esposa del nieto de Picasso- es propietaria de una galería comercial que representa a Rondinone. No es deseable que las galerías financien las exposiciones de los museos públicos, aunque en este caso se haga indirectamente. Claro que hay que tener en cuenta que el buen galerista querrá apoyar a sus artistas, contribuir a que sus proyectos puedan hacerse realidad, pero nunca puede descartarse el interés comercial. Si una administración pública levanta un museo debe mantenerlo en pie, o buscar otras maneras de que pueda complementar sus ingresos.