Cabello/Carceller, ensayo en el entreacto
En construcción
24 junio, 2004 02:00Casting: James Dean (Rebelde sin causa), 2004. Vídeo
Diversos obstáculos, que impiden el normal acceso a la Sala Verónicas de Murcia y que se extienden por todo su perímetro, sirven de tramoya a las artistas Cabello/Carceller para operar en un lugar en el que todo está por hacer. Bajo el título En construcción, estas artistas proponen, sin atajos, la visita a un espacio donde paneles, plásticos y andamiajes ponen de relieve la mutabilidad de fundamentos constructivos, sujetos a la acción del tiempo. Esa precariedad física, que no es otra que la que se asienta sobre valores también inestables, parece varada en el tiempo en esta instalación. No obstante, la detenida actividad que circunda su aparato escénico se muestra movida en su interior. Dos proyecciones, enfrentadas en los extremos de este espacio a medio hacer, redundan en la idea de los intermedios y entreactos.La proyección titulada Casting: James Dean (Rebelde sin causa) presenta a dieciséis chicas que asumen un guión, en principio, no escrito para ellas. Jesús Carrillo analiza agudamente en el texto del catálogo tres niveles interpretativos en este vídeo. El primero, correspondería a la fórmula de ensayo de un papel, frente a lo aprendido o definitivo, y dado por válido. El segundo nivel se situaría en el "carácter preformativo" de la propia acción, que no enmascara su teatralidad y artificio. Y un tercer nivel se plasmaría en el bucle de la narración, que lleva a repetir insistentemente la misma escena a cada uno de los personajes, y que juega, sin embargo, con la variable heterogénea de las actuantes. Con todo ello, Cabello/Carceller cuestionan, con gran argucia, el aprendizaje y ejercicio de determinados roles, dependiente de una atribución genérica que no resulta ser sino una convención que se rehace en el tiempo.
Si partiendo de la película de Nicholas Ray, Cabello/Carceller orillan el edificio de valores que fundamentó en los años cincuenta la construcción de una identidad, en la proyección The End (después y antes), las artistas llevan al espectador a observar el vacío de una mirada ausente. Desde diversos ángulos, aparecen salas de cine de las que se muestran las butacas desocupadas, y en las que apenas se vislumbra el rastro de una acción también inconclusa.