Los abogados de David Cassirer, que reclama la propiedad de un cuadro de Camille Pissarro en posesión del Museo Thyssen-Bornemisza, dijeron este jueves a la Agencia EFE que apelarán ante una corte de EE.UU. la decisión que otorgó a la institución española la propiedad de la obra de arte expoliada por los nazis.
Los abogados David Barrett y Samuel Dubbin, que representan a Cassirer ante los tribunales estadounidenses, aseguraron que su cliente está "muy decepcionado" con la sentencia que emitió el martes la Corte de Apelaciones del Noveno Circuito de EE.UU. y que se están preparando para apelar esa decisión ante el mismo tribunal.
El cuadro en medio de la disputa es el Rue Saint-Honoré por la tarde. Efecto de lluvia, que perteneció a la familia judía Cassirer hasta 1939, cuando Lily Cassirer (la abuela del actual demandante) se vio obligada a entregarla a los nazis a cambio de poder huir de Alemania e instalarse en Estados Unidos.
El veredicto emitido de forma unánime por el Tribunal de Apelaciones del Distrito Central de California, le da la razón al museo madrileño, asegurando que es el propietario legítimo del cuadro.
El Tribunal aplicó en este caso la ley española, ya que "los intereses gubernamentales de España quedarían más perjudicados por la aplicación de la ley de California que los intereses gubernamentales de California por la aplicación de la ley española".
Por su parte, el Patronato del Museo Thyssen, del que forma parte la baronesa Thyssen, se mostró satisfecho con la resolución de la sentencia de un tribunal estadounidense. Así lo manifestó Evelio Acevedo, director gerente del museo, en una entrevista con EFE.
"Es una historia que ha durado demasiado tiempo, pero afortunadamente los pronunciamientos de los tribunales estadounidenses —a lo largo de estos años— han dado la razón al museo y esta nueva sentencia ratifica que el Thyssen es el legítimo propietario de esta obra", apuntó Acevedo.
La obra, que tiene un valor aproximado de más de 25 millones de euros, lleva expuesta en el Thyssen desde 1993 y los descendientes del dueño original del lienzo, la familia Cassirer, llevan más de 20 años litigando para recuperarla.
La pintura fue vendida por sus antiguos propietarios, una reconocida familia judía de Alemania, para conseguir un permiso con el que salir del país, escapar del régimen nazi y viajar a Inglaterra, a finales de los años treinta del pasado siglo. En 1976, el barón Hans-Heinrich Thyssen-Bornemisza adquirió el cuadro en una galería de Nueva York, por 275.000 dólares.
"Es una triste historia de los abusos del régimen nazi. Pero la obra no constaba en ningún registro de obras desaparecidas o expoliadas; estuvo en el mercado americano circulando entre coleccionistas y galerías" durante años, añadió Acevedo.