El arte, la historia y la cultura españolas han sido una importante fuente de inspiración para el pintor y escultor Fernando Botero, fallecido hoy a los 91 años. A lo largo de su larga trayectoria, este artista de gran reconocimiento internacional y estilo inconfundible por su peculiar tratamiento del volumen del cuerpo humano, ha realizado numerosas versiones de los personajes de Velázquez, por quien sentía una gran admiración. Es el caso de la infanta Margarita, protagonista del célebre cuadro Las meninas. El universo taurino, tan español y a la vez tan colombiano, también ha sido uno de los temas centrales de sus obras.
En los años noventa muchas esculturas de Botero fueron instaladas en la vía pública en distintas ciudades españolas. Algunas de ellas se quedaron en nuestro país tras la gran exposición que se le dedicó en Madrid en 1994 en el Paseo de Recoletos. Además, sus esculturas están repartidas por ciudades de todo el mundo, de su Medellín natal hasta Singapur, pasando por Buenos Aires, Londres o Dubái.
Por último, Fernando Botero sorprendió en 2003 donando al Museo Reina Sofía su retrato del dictador Franco, única obra del artista que posee el centro.