Si no fuera por la mascarilla se podría decir que se casi se ha recuperado la normalidad. Se han abierto fronteras, algunos viajes se han retomado y las ferias de arte vuelven a congregarnos de manera presencial. Si ya en abril Estampa fue la primera en celebrarse en nuestro país con todas las medidas de seguridad, ahora recupera su fecha habitual. Este encuentro con el arte contemporáneo más próximo se celebra del 21 al 24 de octubre en el Pabellón 3 de Ifema con la presencia de casi 80 galerías nacionales. “De abril a ahora se ha notado que hemos tenido la suerte de tener las galerías abiertas y que se ha mantenido el interés tanto de los aficionados al arte como de los coleccionistas”, sostiene Chema de Francisco, director de Estampa desde 2011. Durante los meses de confinamiento, con su consiguiente ausencia de movilidad, “hemos mirado mucho hacia adentro y los fondos privados han ayudado, han supuesto un consuelo, un refugio y una alternativa”.
En esta ocasión son cerca de 80 los expositores (sin contar editores y revistas) los que llevarán al recinto las obras de artistas tanto nacionales como internacionales. En el Programa General repiten veteranas como Juana de Aizpuru, Moisés Pérez de Albéniz, José de la Mano, Mayoral, Max Estrella, Juan Silió, Isabel Hurley, T20 o Blanca Berlín. “Este año han aparecido nuevas galerías y entre ellas un número interesante tiene propuestas muy frescas que han surgido de la pandemia”, avanza el director. Como consecuencia de la covid-19, continúa, existe ahora una práctica “más lúdica, vital, con muchas ganas de vivir y de comunicar”. Además, fiel al formato de la feria, se mantiene el programa Solo o Duo Projects que, comisariado por Alicia Ventura, consiste en relacionar dos generaciones de artistas presentes en galerías como L21, EtHall, House of Chapaz, Fran Reus, Rosa Santos, Ponce + Robles y Punto.
Concha Jerez nos sitúa frente a las injusticias
Después de Daniel Canogar y Victoria Civera es Concha Jerez quien toma el testigo de ser la artista invitada de la feria. Con En busca de paraísos olvidados se adentra en tres de los ámbitos a los que más acude en su obra. Por un lado, nos sitúa frente a algunas de las injusticias con las que convivimos a diario. La base de la instalación es “ropa y arena de Cádiz, que es la arena que podría pisar un refugiado o alguien desesperado”, cuenta el director.
“Con ese soporte aparece la segunda deriva, que es la referencia a la música”, amplía. Jerez, pianista de formación, es “pionera del arte conceptual y de la instalación sonora”. Esta instalación, realizada junto a José Iges, funciona como un dispositivo acústico con sus lenguajes y expresiones a través del sonido que “hace referencia, en varios idiomas europeos, a la realidad móvil de los ciudadanos”. El tercer ámbito es la escritura y a través de acetatos que culminan la pieza la artista “habla de la presión a la hora de expresarnos, de la censura”.
El regreso de los coleccionistas internacionales
El programa de Estampa, por su formato, tamaño y concepto, es más afín al coleccionista europeo que al americano. Aprovechando que las fronteras vuelven a estar abiertas la feria ha recuperado el Programa de Coleccionistas Internacionales con invitados que valoran el galerismo de arte español. “Volvemos a la idea de la proximidad, de lo cercano, es una manera de mirar el arte creando una pequeña comunidad. Los compradores de nivel medio y medio alto que viajan de feria en feria vuelven a encontrarse aquí”, destaca Chema de Francisco. El entusiasmo era notable y es fundamental, en palabras del director, que se vuelvan a escuchar otros idiomas en los pasillos de la feria porque “el arte es global y desarrolla ideas que nos afectan a todos. No hay nacionalismo en el arte”.
En esta edición los Encuentros Colecciona 2021 se centran en analizar el estado del sector del mercado del arte en España tras los meses de la pandemia, una situación que supuso un reto creativo, empresarial y comunicativo. Durante el encierro más duro y en los meses consiguientes las galerías se volcaron con la experiencia online, un esfuerzo que ha servido para “darse cuenta de la importancia del comprador cercano mientras que estos han valorado el esfuerzo de las galerías”. El sector, además, se ha mantenido sin demasiados cierres y, en parte, ha sido gracias “al compromiso, responsabilidad y solidaridad de los coleccionistas”.
Cinco nuevos premios
El documental Coleccionar. La creación de un mundo propio nos descubría las motivaciones de varios coleccionistas de nuestro país. Si en algo coincidían todos ellos es en el compromiso que han adquirido con los artistas, los galeristas y con el mercado del arte en general. Esta idea de responsabilidad y compromiso se vuelve a demostrar en una edición que cuenta con cinco premios que se suman a los ya existentes. “Anunciamos cuatro nuevos galardones pero recibí una llamada de Jaime Colsa en la que me decía que quería ayudar a Estampa con un premio”, recuerda De Francisco. La bodega Enate, Artillería, Ángel Nieto y La Escalera son los otros cuatro que se unen a los habituales que conceden Campocerrado, Studiolo, Casa de Indias, DKV, Navacerrada y al mejor stand de la edición en colaboración con el champán Taittinger.
Para Chema de Francisco este es uno de los fuertes del mercado español, “más interesante de lo que pensamos", por cierto. "Es un coleccionismo medio comprometido y participativo que poco a poco vamos poniendo en valor”. Y añade: “hace unos años pasaban por la galería casi de perfil, compraban sin decir mucho porque existían los tópicos que ponían la etiqueta de señora rica y caprichosa. En realidad dedican dinero a comprar arte y no son millonarios. En Europa existe esa clase media que consume arte”, arguye.
Ahora bien, hacer que los jóvenes tomen el relevo no es tarea sencilla y Chema de Francisco asegura que es difícil encontrar a compradores por debajo de los 35 años. “El coleccionismo es algo muy maduro y normalmente se entra cuando se tienen superados otros proyectos personales. Por eso, a partir de los 40 se pueden permitir otras cosas, es algo que se ve a largo plazo”. También cree que debemos “normalizar la compra del arte y conseguir que los chavales hablen de poesía, música y arte”.
Por otro lado, el director de la cita cree que “el arte no sería tal y como lo conocemos si no fuese por el coleccionismo privado de proximidad. Si solo fuera por el comprador internacional que compra por encima de los 500.000 euros el arte sería como en la época de Velázquez. Sin embargo, ahora es más amplio y diverso porque la sociedad participa”.