Algunos de los animales nocturnos que se ven en Los sueños de la razón producen monstruos vuelan por encima de la cabeza del artista, el Viejo en el columpio ahora se balancea solo sobre un fondo blanco y el propio Goya (Fuendetodos, 1746-Burdeos, 1828) parece escrutar a quien se acerca. El Centro Cultural Fernán Gómez inaugura INGOYA, la primera experiencia inmersiva sobre la obra del pintor aragonés que se podrá ver hasta el próximo 16 de enero. 

Su objetivo, en palabras de la directora del proyecto, Yolanda Bergareche, es “difundir el conocimiento sobre la obra de Goya y acercarlo a un público diverso”. Siempre, matiza, desde el rigor científico y artístico. No se trata de “reemplazar la visita de las obras de manera física sino de enriquecerla a través de la tecnología”. En total, se han instalado 40 proyectores láser de alta definición que comparten cerca de 1.000 imágenes que representan alrededor de 200 cuadros y grabados del artista acompañados de la música de compositores como Albéniz, Falla, Granados y Boccherini. 

Esta combinación de arte y tecnología comienza en una primera sala didáctica en la que dos cronogramas sitúan al visitante. Uno de ellos resume los pasos que el artista dio para llegar a ser uno de los renovadores de la pintura contemporánea, como su traslado a Madrid en 1763, después de haber aprendido de José Luzán y Francisco Bayeu Subías, siguiendo a este último. Entonces, Goya trató de ingresar en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, sin éxito. Ante la negativa el artista viajó por Italia y no fue hasta 1780 cuando pudo entrar en la academia que llegó a dirigir cinco años después. 

Vista de la exposición. Foto: Jesús Varillas

Debajo, una cronología reúne los eventos clave de la época como la Guerra de la Independencia (1808-1814), periodo en el que Goya abordó las series de los Desastres de la guerra o la Tauromaquia, o cómo a partir de 1815 se centró en los retratos, pues su papel protagonista en la corte se fue viendo desplazado en favor de Vicente López. Tras esta contextualización, que tiene una duración cercana a los 20 minutos, las pantallas, algunas de cinco metros de altura, dan paso a una proyección de 25 minutos que es el corazón de la experiencia.

Esta muestra inmersiva, cuyas entradas se adquieren por franjas horarias y que tiene un aforo de 150 personas, se divide en siete secciones que muestran algunas de las claves de la obra del genio aragonés. En cada pantalla se van encadenando sus pinturas con algunas imágenes aumentadas que permiten observar de cerca la textura de sus pinceladas, las expresiones y movimientos de los personajes y las historias que subyacen en cada obra. Se trata de “poner la lupa en su pintura con respeto a su encuadre. Con esta transgresión de la escala se pueden ver detalles no visibles hasta ahora”, apunta Bergareche. Un anillo en el que leemos Alba, la cara de un perro, un juguete en el suelo o el rostro de pánico de un hombre demuestran por qué se considera a Goya el pintor de la condición humana cuya vigencia sigue siendo plena.  

Spot #INGOYA - Estreno en Madrid

En sus pinturas, dibujos y grabados abordó temas como la violencia, la mujer o la tauromaquia, todos ellos debates candentes en la sociedad actual. Estos aspectos aparecen representados en los siete apartados que componen INGOYA. Las imágenes repasan su producción para monarcas, nobleza, alta burguesía y jerarquía eclesiástica, a la par que también muestran las miserias de la condición humana y la violencia que reflejó en su trabajo o el papel que le proporcionó a la mujer, desde retratos conocidos como las mujeres de la familia Osuna o la condesa de Chinchón a las majas de sus cartones y las prostitutas de sus dibujos.  

En total, más de 1.000 imágenes junto a varios primeros planos y algunas animaciones permiten descubrir algunos de los acontecimientos históricos de la época del genio. La muestra, que se ha podido ver en Granada, donde ha recibido más de 25.000 visitas, permanecerá de gira por España durante los próximos dos años. Después, la idea es internacionalizarla para expandir el trabajo de Goya por el mundo. Como apunta Bergareche, lo ideal sería “despertar las ganas de aprender sobre el artista”. En definitiva, y como dijo el propio Goya, “trabajo para el público, con lo que debo continuar divirtiéndolo”. 

@scamarzana