Tenemos un nuevo capítulo de nuestra novela artística favorita. La revista de arte y coleccionismo Ars Magazine aportaba ayer una nueva pieza al puzle detectivesco sobre el supuesto Ecce Homo de Caravaggio que salió a subasta hace unos meses. Lo hacía en la Casa Ansorena, atribuido a Alonso Cano, con un precio de salida de 1.500 euros y era retirado rápidamente y declarado bien inexportable y de interés cultural (BIC), para blindarlo ante posibles salidas de nuestro país mientras no se analizara su calidad y autoría.
La sucesión de noticias desde entonces ya la conocen. Poco después se conocía que el lienzo pertenecía a la familia Pérez de Castro, ilustres descendientes de Evaristo Pérez de Castro, padre de la Constitución de Cádiz de 1812 y académico de honor de la Real Academia de San Fernando desde 1800. Fue ahí, según hacía público la propia Academia en abril, de donde llegó 'el Caravaggio' a la familia, a través de una permuta por un Alonso Cano (un San Juan Bautista) que tenía en su colección particular. Ya entonces, en 1821, se describía como un "Ecce-Hommo con dos saiones de Carabaggio número 155 del catálogo".
“Un Ecceomo con dos figuras más, en dos mil reales. Estilo de Carbajio”, así aparece en los Inventarios reales
La nueva pista, que apunta a que la pintura perteneció a las Colecciones Reales, confirma más todavía la teoría de que se trate de un lienzo del maestro italiano, del que tan solo se conservan cuatro obras en nuestro país, y nos permite rastrear las huellas del periplo del lienzo más lejos en el tiempo. Aparece mencionada, informa Ars Magazine, en los inventarios reales como “Vara y medio de alta y cinco cuartas escasa de ancho. Un Ecceomo con dos figuras más, en dos mil reales. Estilo de Carbajio”. Y no solo una vez, sino que se encuentra en el Inventario del palacete de la Casa de Campo llevado a cabo en 1701-1703 tras la muerte de Carlos II. Y, años más tarde, vuelve a aparecer en el correspondiente a Carlos III (1789-1794).
Hasta José Bonaparte
El Ecce Homo habría estado en los aposentos del monarca Carlos III, en los que también se hospedó José Bonaparte. Y sería este último, apunta Ars Magazine, el que lo hubiera trasladado después al Palacio de Buenavista, donde planeaba un museo de obras de la escuela española y antigüedades que no llegó a ver la luz. Así es como podría haber pasado de las Colecciones Reales a la Academia de Bellas Artes de San Fernando.
La atribución de una obra de arte (su autoría) es fundamental para esclarecer su valor historiográfico y económico. Influyen en la cifra final factores como el número de obras conocidas de un artista (en el caso de Caravaggio unas ochenta pinturas segura), la calidad de la obra y su estado de conservación, que en esta pintura no debe de ser bueno, según las fuentes consultadas por El Cultural.
El esclarecimiento de la autoría del Ecce Homo sigue su curso. Una comisión formada por técnicos de la Comunidad de Madrid, del Museo del Prado y de la Real Academia de San Fernando ya han visitado la obra de manera presencial y está arrojando sus conclusiones. Entretanto, prosigue el estudio de la obra por parte de sus propietarios, que han delegado estas gestiones en el galerista Jorge Coll. "Continúan la investigación y las visitas de los expertos –responde Coll a El Cultural- Cuando lo hayan visto un número suficiente podríamos tener algunas conclusiones sobre la atribución, que de momento es favorable".