El pasado 11 de marzo la noticia sobre la autorización para que Carmen Thyssen vendiera el Mata Mua, la joya de Gauguin más preciada de su colección, saltó a todos los periódicos. No era la única obra que parecía que iba a abandonar el Museo Thyssen-Bornemisza pues junto a ella salían otras tres piezas de Degas, Hopper y Manet. Aquel día, el Ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes, declaraba en el Senado que su decisión de sacar el cuadro y venderlo responde a su “legítimo derecho a la propiedad privada”.
Tan solo cuatro días después de su intervención el ministro ha participado en el Nueva Economía Forum, donde ha adelantado que va a “plantear a la baronesa hacer una valoración técnica por parte de expertos, también por los conservadores del Museo Thyssen, del valor aproximado de la colección privada".
Durante su intervención ha asegurado que nada es irreversible y ahora, en el proceso de desescalada en la que se encuentra España, es el momento de “retomar algunas iniciativas”. En este sentido, ha querido recordar que “no se trata de la colección del Museo Thyssen-Bornemisza sino de la de la baronesa Thyssen. Todo lo que se ha hecho en el pasado, incluso la autorización de la salida de los cuadros, es correcta porque se trata de una propiedad privada”.
Rodríguez Uribes ha manifestado su interés en que el cuadro de la baronesa se quede en nuestro país pero ha insistido en la necesidad de "tener en cuenta la nueva realidad. No estamos en la situación previa del año pasado, sino en una situación económica más difícil y compleja. Yo ofrezco mi voluntad de llegar a un acuerdo económico razonable en un contexto de crisis”.