Santa Catalina de Alejandría, antes y después de la restauración
El Museo Thyssen-Bornemisza ha presentado el resultado de la restauración de Santa Catalina de Alejandría, una de las obras maestras de Caravaggio. Durante casi un año el lienzo ha sido sometido a estudios técnicos y los resultados se exponen ahora en la sala 11, habilitada en un montaje dividido en dos zonas. En la pared derecha hay un panel en el que se explican los estudios realizados y, en la parte izquierda, se proyecta un vídeo en el que se detallan los avances. En la pared central cuelga la obra, donde estará hasta el 26 de mayo, fecha en la que pasará a ser expuesta en su sala habitual."Los análisis nos muestran cómo trabajaban los artistas y en este caso ha habido sorpresas. Caravaggio utiliza bocetos, hace incisiones para marcar los volúmenes pero no se han encontrado dibujos preparatorios, lo que significa que pinta de manera directa sobre el lienzo", detalla Ubaldo Sedano, jefe de restauración del museo. La radiografía enseña que ha habido sutiles correcciones que "realiza sobre la marcha. Se ve, por ejemplo, en el cambio de la postura de las manos". El planteamiento inicial de la pintura también era diferente al resultado final. "Caravaggio santifica a Santa Catalina, una santa muy especial. La modelo se enfrenta al espectador, nos comunica una proximidad que acentúa con los claroscuros", explica Sedano.
Tampoco la ropa fue siempre así. En un principio "la había vestido de un rojo intenso pero lo cambió", sostiene. La razón para ello se desconoce pero pudo ser debido a una petición expresa del cardenal Francesco María del Monte, quien le encarga la obra, o del propio artista. Los estudios determinan que la pintura pasó por diferentes fases. Una primera en la que pinta a la modelo y una segunda en la que añade los elementos como la espada y la palma. Los decorados de los vestidos los hace después. Con todo, la "eliminación de los barnices alterados hace que se recupere el atractivo del lienzo", detalla.
"Es una santa filósofa e intelectual"
Esta Santa Catalina, tal y como consta en las escrituras, fue un encargo del cardenal Francesco María del Monte, "un gran coleccionista y amante de la música para el que pinta a jóvenes seductores. Una de las diferencias con aquellas obras es que esta es más vigorosa y monumental", arguye Guillermo Solana, director del Thyssen. "Está en el umbral de lo que va a ser el Caravaggio maduro, el del claroscurso marcado y trágico", amplía. Su santa es "filósofa e intelectual y la pinta con la aureola, la primera que hace, quizá para compensar lo poco mártir que parece en el cuadro", sostiene el director.
Fillide Melandroni, prostituta de 17 años vinculada a Caravaggio, "mira directamente al espectador, parece que busca la postura. Normalmente los santos son retratados con la palma inhiesta pero aquí está en un rincón. No es una falta de respeto sino el signo de un elemento escénico". Parece, pues, que ensayan la pose. Melandroni terminaría con el espadachín Ranuccio Tomassoni, a quien, curiosamente, Caravaggio mata en una pelea en 1606. "Se dijo que fue una pelea por un juego pero la verdadera causa pudo ser Fillide y esta, por tanto, la causante del exilio del artista", concluye Solana.
@scamarzana