Tania Bruguera: Article 11, 2018. Foto: Wolfgang Träger
Esta edición de Manifesta, que se celebra del 16 de junio al 4 de noviembre en Palermo, apuesta por la hibridación de disciplinas. Y no solo se ve en la obra de los artistas invitados sino también en el equipo curatorial. Bregtje van der Haak, Mirjam Varadinis, Ippolito Pestellini y Andrés Jaque (Madrid, 1971), que llegan del mundo del cine, el arte y la arquitectura, han sido los encargados de armar esta bienal itinerante que en 2016 se celebró en Zúrich y anteriormente en ciudades como San Petersburgo o Genk.Si bien es cierto que Manifesta aboga por reflejar el arte contemporáneo más alternativo, en esta edición las migraciones cobran un gran protagonismo y reflexionan sobre las estructuras arquitectónicas, urbanas, económicas, sociales y culturales de la ciudad. Andrés Jaque nos cuenta los detalles de esta edición en la que se reúnen más de 50 artistas de países como Nigeria, Cuba, Estados Unidos, Alemania, España o Italia, en 20 espacios de la capital siciliana bajo el título de The Planetary Garden. Cultivating Coexistence.
Pregunta.- Esta Manifesta está comisariada por un grupo de personas que vienen de diferentes disciplinas. ¿Cómo se combina esta hibridación?
Respuesta.- Manifesta 12 está mirando a Palermo como un lugar donde se están disputando muchas de las tensiones fronterizas entre el norte y el sur de Europa. Toda la realidad que está ocurriendo en el Mediterráneo, las transformaciones de los entornos urbanos y las gentrificaciones son cruciales para entender que todo lo que está ocurriendo en el mundo no puede ser mirado desde una única perspectiva, que requiere la colaboración de diferentes puntos de vista. Todo esto no solo está transformando la política sino también las estéticas y las prácticas artísticas en comparación con otras sensibilidades y campos de trabajo.
Cristina Lucas: El rayo que no cesa. Foto: Wolfgang Träger
R.- Ha permitido identificar prácticas culturales, estéticas, tecnológicas, formales y políticas que de alguna manera se mueven entre las fronteras de diferentes disciplinas. Muchas de las artistas invitados son muy difíciles de clasificar porque se mueven a mitad de camino entre el arte y la arquitectura, el diseño y las prácticas políticas. Esta riqueza que se da en las fronteras es necesaria porque en ocasiones es en esas fronteras donde se dan los trabajos que son capaces de operar en los terrenos más difíciles donde se están produciendo los desafíos contemporáneos.
P.- ¿Estamos, por tanto, ante una edición muy comprometida con las tensiones sociales que estamos viviendo actualmente?
R.- Sí, es social pero entendido como algo que no solo se da entre humanos sino en el encuentro de muchas formas diferentes de biología, tecnología y formación territorial. Es una visión ampliada de que lo pequeño, como las semillas y sus relaciones genéticas, y lo más grande, como los flujos transnacionales, son una parte fundamental de la sociedad.
Marinella Senatore: Palermo Procession, 2018. Foto: Wolfgang Träger
Se trata, pues, de debatir sobre "cómo grupos independientes y personas trabajando con escasos recursos pueden ofrecer trabajos relevantes que actualmente están incluso desafiando los poderes de las agencias públicas", detalla Jaque.Los espacios como actores que tercian en el debate
En ese contexto, cada una de las sedes que articulan esta edición de Manifesta forman parte de la realidad de la ciudad. El Palacio Constantino, por ejemplo, es "perfecto para mostrar algunas perspectivas olvidadas", intuye el arquitecto. Allí se podrán ver trabajos de artistas que ponen la ciudad en el punto de mira. Como cada año, se trabaja con el tejido local y en esta ocasión ha habido "un grupo de jardineros (Coloco & Gilles Clément) que ha trabajado con asociaciones de vecinos para hacer un jardín comunitario y autogestionado que reclama un ensamblaje de actores para repensar el espacio público", explica Jaque. Incluso las periferias obreras de Palermo que quedaron dañadas por la mafia son el objetivo de una obra que "recupera la rica relación entre esta ciudad y el cine y cómo este se ha convertido en un espacio paralelo entre la realidad más extrema y la imaginación que han alojado a sectores y realidades que no encontraban un lugar en el día a día".Una de las obras del colectivo Cooking Sections
Otros miran a la periferia del jardín y a la toxicidad que "se produjo por la extracción de recursos fósiles y cómo se puede revertir para generar bosques" u otros "atravesados por la idea de que las biologías que hoy habitamos no son primigenias, armónicas y ajenas a nuestra historia". Todo ello toma cuerpo en un momento, además, en el que Europa "vuelve a debatir y a combatir postulados muy conservadores". Los proyectos que se instalan en Ajutamicristo están tocados por "flujos tecnológicos complejos ante los que nos sentimos indefensos". Así, hay obras que "buscan formas de ciudadanía y estrategias de respuesta u otros que miran hacia la manera en que las fronteras crean relaciones asimétricas que condicionan el acceso a los recursos dependiendo de la posición geográfica de cada uno".
En definitiva, se trata de desafiar la idea "de que lo que ocurre en la proximidad y en la distancia son fenómenos independientes porque es ahí, en la unión de lo próximo con lo lejano, donde se dan muchas de las tensiones del mundo en que vivimos", concluye Andrés Jaque.
@scamarzana