Imagen de los Meeting Bowls en Arlington
Los Meeting Bowls son unos bancos urbanos que propician el diálogo en las grandes ciudades donde el espacio público es cada vez más anónimo. Tras su paso por Nueva York y Arlington el colectivo madrileño mmmm... viaja a Miami gracias al apoyo del programa PICE de Acción Cultural Española.
Este grupo de artistas promueve un arte público en espacios por donde la gente transita por casualidad. "Son piezas con las que te encuentras, no algo que vas a ver de manera específica", explica Eva Salmerón, miembro del colectivo que viaja a Miami para dar una conferencia sobre sus proyectos. El objetivo último de estos artistas es propiciar "encuentros espontáneos sin prejuicios ni expectativas" que cambian el paisaje de la ciudad durante el tiempo que se exponen.
En el caso de los Meeting Bowls son bancos sociales con forma de cuencos donde caben hasta 8 personas. La cercanía personal que proporcionan estas cápsulas semiesféricas situadas en la calle crean un clima que invita al diálogo. ¿Hemos perdido la capacidad de comunicarnos los unos con los otros? "No la hemos perdido pero la tecnología está cambiando la forma de comunicarnos. Cada vez nos vemos menos y la comunicación no es tan presencial", cree Salmerón. Sin embargo, "cuando juntas a la gente se comunica. Es imposible no mirar a alguien que tienes sentado enfrente y si el espacio es pequeño se suele saludar, como cuando entras en un ascensor".
Crear esa interacción entre desconocidos y llegar a una intimidad mayor con quien conoces es el objetivo de estos bancos sociales que han visto la bulliciosa plaza Times Square de Nueva York y una plaza tranquila rodeada de oficinas de Arlington. La experiencia en cada uno de estos lugares, por tanto, no pudo ser más diferente. Un periódico neoyorkino los calificó de 'tourists cages' (jaulas para turistas). "Durante el tiempo que estuvieron en la bulliciosa y abarrotada plaza de Times Square fueron vistos por veinte millones de peatones y decenas de miles hicieron fotografías", cuenta Salmerón. Cada uno, sin embargo, le daba su uso personal y particular: Tres turistas alemanes regresaban cada día para ligar mientras que un cura de Texas que se encontraba de viaje en la gran manzana los usaba como confesionario.
En Arlington, por el contrario, fueron unos encuentros mucho más íntimos. Su localización en una plaza tranquila hizo que los viandantes los usaran "para hacer reuniones con sus colegas de trabajo fuera de la oficina o para sentarse a la hora de comer". De esta manera, "proporcionaban un nuevo entorno para comunicarse". El problema de las grandes ciudades, según Salmerón, es que el espacio público es cada vez más anónimo, "son ciudades llenas de individuos que no se relacionan entre sí". Razón por la que muchos proyectos de mmmm... "intentan provocar interacción".
Pero para que una obra de arte se comunique con el espectador esta tiene que salir de casa. Su internacionalización se vuelve, en ocasiones, indispensable y en este caso los Meeting Bowls han tenido el apoyo del programa PICE de Acción Cultural Española propiciando la presencia del colectivo tanto en Arlington como en Miami. Para la artista es "importante poder viajar con la obra y defenderla in situ". Ver cómo funciona en cada lugar y conocer la reacción que recibe donde se exhibe se vuelve imprescindible para que los artistas conozcan de primera mano si lo que quieren contar con sus obras llega de la manera esperada. "Estar en el lugar ayuda a crear nuevos contactos que pueden derivar en un nuevos proyectos y los Meeting Bowls de Miami coinciden con la feria Art Basel", incide Salmerón. En su caso el respaldo de programas de internacionalización como este han hecho que el proyecto se haya hecho más fuerte.
Además, estos cuencos que vienen a reforzar durante un tiempo determinado la arquitectura del lugar se construyen con una empresa de la zona para optimizar su coste. Mediante el control de corte numérico las 75 piezas que componen los Meeting Bowls se envían a través de archivos digitales. En esta ocasión el colectivo ha empleado una fibra de densidad media resistente al agua y con colores vibrantes para adaptarlas al lugar en el que se van a establecer. Para ellos resulta "interesante trabajar con gente de cada lugar porque es parte del propio viaje de la obra y supone un nuevo aprendizaje".
@scamarzana