Buque Oceanográfico Sarmiento de Gamboa
Una nueva expedición científica al pecio Nuestra Señora de Las Mercedes, el barco hundido el año 1804 en las costas de la Península tras un ataque de la armada inglesa, zarpa hoy desde el puerto de Cádiz con el objetivo de conocer el estado de conservación y la evolución de los restos de la fragata. Se trata esta de la tercera incursión, desde que España ganara el caso judicial por el expolio realizado por la empresa cazatesoros Odyssey. En ella, se investigará por primera vez la zona del levante del buque, en la que se sospecha que podría estar gran parte de su cargamento.Organizada por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte en colaboración con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el Instituto Español de Oceanografía (IEO) y la Armada española, la campaña, para la que por primera vez se cuenta con el Buque Oceanográfico Sarmiento de Gamboa, uno de los buques de investigación gestionados por el CSIC a través de la Unidad de Tecnología Marina (UTM), tendrá una duración aproximada de diez días. Durante ese periodo, en el que también se empleará un robot submarino remoto del IEO, se buscará ampliar el conocimiento del pecio, principalmente del estado de conservación de los materiales y su evolución, así como registrar la dispersión de los restos de la fragata, continuar el posicionamiento de todos los restos arqueológicos y avanzar en la interpretación y análisis del barco, además de completar la cartografía de la zona del hundimiento.
Por su parte, a la tripulación del Sarmiento Gamboa se sumará el equipo de la campaña, integrado por 22 personas. Está previsto que la expedición, que ha zarpado hoy del Puerto de Cádiz, tome tierra en Cartagena (Murcia), donde está ubicado el Museo Nacional del Arqueología Subacuática que dirige toda la campaña.
Esta incursión, enmarcada en los parámetros de la Convención Internacional de Patrimonio Subacuático de la UNESCO, está basada en la cooperación institucional a nivel nacional e internacional y constituye una buena muestra de la capacidad de España a nivel científico y tecnológico en la protección de su patrimonio subacuático hundido en aguas profundas.
Pionera a nivel mundial, en las dos campañas anteriores (agosto de 2015 y septiembre de 2016), España consiguió realizar una exploración y excavación subacuática en alta profundidad, concretamente a 1.133 metros, la más honda realizada por un Estado miembro de la Unión Europea, donde no se habían superado los 90 metros de profundidad y otras inmersiones con un ROV habían llegado a varios centenares de metros pero limitadas a la fotografía y filmación de los fondos.
En estas dos expediciones se obtuvo una valiosísima información arqueológica del yacimiento. También se recuperaron diversos objetos, entre otros, un cañón pedrero de bronce de 80 centímetros, un almirez y su maja de oro, una palmatoria de plata, dos candeleros, una gran fuente, platos, tenedores y cucharas todos ellos de plata, que se encuentran hoy día en el Museo Nacional de Arqueología Subacuática en Cartagena. Un total de 51 objetos, elegidos por estar en riesgo de desaparición, bien por su fragilidad, bien por su ubicación, así como por permitir documentar aspectos de la vida a bordo de la fragata, que enriquecen el conocimiento actual de la misma.