Carmen Thyssen en Fitur 2017. Foto: Pepe Méndez / EFE

Los abogados de Carmen Thyssen y el Ministerio de Cultura han firmado in extremis este martes una prórroga de tres meses del préstamo gratuito de las 429 obras de la colección privada de la baronesa que se encuentran en el Museo Thyssen de Madrid y que expiró el lunes. El ministro, Íñigo Méndez de Vigo ha manifestado "la buena disposición del Ministerio de Cultura para encontrar una situación beneficiosa para todos".



La baronesa envió un comunicado en el que afirma: "Deseo profundamente que mi colección de arte pueda seguir en España de forma permanente siempre y cuando tenga un marco legal que respete y proteja el valor de esta colección única, que garantice la accesibilidad y movilidad de las obras para poder llevar a cabo exhibiciones en todo el mundo y dotar a la colección de mayor visibilidad. En definitiva, que se ofrezca a mi colección un marco jurídico equiparable al que ofrecen las grandes pinacotecas internacionales". El deseo de dar una "mayor visibilidad" se debe a que es la mejor manera para revalorizar las obras en el mercado.



En respuesta a estas exigencias, Méndez de Vigo señaló: "Le he dicho [a Carmen Thyssen] que lo vamos a estudiar, que todo tiene que hacerse dentro de la ley, hay un acuerdo marco que se firmó en 2002 y que establece las relaciones, y que dentro del mismo vamos a ver cómo podemos actuar con flexibilidad para dar acomodo a todo el mundo".



En varias ocasiones la baronesa ha manifestado la intención de llevarse parte de su colección al extranjero si el Estado no satisface sus demandas de cara a la renovación del pacto. El origen de su descontento no solo radica en las condiciones del préstamo. Según ella misma ha confesado, está ofendida por la investigación de la que son objeto ella y su hijo, Borja Thyssen, por presunta evasión fiscal. La baronesa considera un acto de ingratitud esta "persecución" después de haber cedido de manera gratuita durante años una colección actualmente valorada en unos 750 millones de euros.



Conviene destacar que la decisión que adopte la baronesa tiene que ver exclusivamente con su colección personal, no con la de su marido, el barón Hans Heinrich von Thyssen-Bornemisza, comprada por el Estado en 1993 por 44.100 millones de pesetas y compuesta por 775 obras. En 1999, Carmen Cervera prestó su colección con el deseo de que ambas se expusieran juntas en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid. El acuerdo al que entonces llegaron ambas partes tenía una duración de 11 años y la cesión incluía 656 obras que se fueron redujendo posteriormente hasta las 429 actuales. Cuando el plazo terminó en 2010, el préstamo se fue prorrogando año a año, salvo en la última ocasión, en la que la prórroga fue solo de seis meses, según la versión oficial porque el gobierno se encontraba en funciones.



Según el acuerdo vigente, la baronesa puede vender un 10% de su colección cedida. En 2012, ante su declarada "falta de liquidez", vendió La esclusa, de Constable, por 22,4 millones de libras en la casa de subastas Christie's de Londres, lo que suponía aproximadamente un 4,5% del valor de la colección. Se trata de un cuadro muy valioso, aunque el más preciado de la colección de la baronesa es Mata Mua, de Gauguin, valorado en unos 150 millones de euros.



Aparte de los cuadros cedidos por la baronesa, su colección también comprende las obras que conforman el Museo Carmen Thyssen de Málaga, abierto en 2011, y el Espai Carmen Thyssen de Sant Feliu de Guixols, en Gerona. Además, el próximo 16 de marzo abrirá sus puertas un nuevo museo impulsado por Cervera en la planta baja de un hotel de Andorra con 26 obras de su colección.