Tríptico de las Tentaciones de San Antonio
Con motivo del quinto centenario de la muerte del artista flamenco, el Museo del Prado organiza una monográfica del pintor con 65 obras, 35 de ellas firmadas por El Bosco que abrirá las puertas entre mayo y septiembre de 2016.
"Pocos artistas han dejado su impronta en cada obra. Tan solo pintores singulares con una mirada y un universo propio. El Bosco es uno de ellos", apunta Miguel Falomir, director adjunto de la pinacoteca. "El Prado es la única institución que puede convocar la mayor colección del artista, por nuestros fondos y de otros pero también por el conocimiento experto que atesora sobre él", asegura Miguel Zugaza, director del museo. Se ha definido como la exposición del centenario, una muestra única que ofrece al mejor Bosco y sirve para entrar en su mundo; un mundo abocado al pecado y a la tentación. Un mundo sin salvación.
De entre todas las obras Falomir ha destacado la triada compuesta por el Tríptico de Las Tentaciones de San Antonio, La adoración de los magos, que "será restaurada para la ocasión", y El Jardín de las delicias. El director de la pinacoteca confía en la afluencia de público de carácter internacional pero para los que no se puedan acercar a Madrid, el documental Los sueños de la razón. Conversaciones con El jardín de las delicias dirigido por José Luis López Linares hará que todo interesado en la obra del pintor se pueda adentrar en su simbología y llegar a entender la vocación del Bosco.
San Cristóbal con el Niño Jesús a cuestas. A la iderecha San Juan Evangelista en Patmos
La fama del artista durante los 80 o 90 años posteriores a su muerte perduró de manera notable en España gracias a la labor coleccionista de Felipe de Guevara que luego legaría sus obras a Felipe II, "el mayor coleccionista del Bosco", segura el director adjunto. Pero cayó luego en el olvido y no fue recuperado hasta los años 20 de mano de Freud y el psicoanálisis así como de Dalí y el movimiento surrealista. Así, el simbolismo y el intrigante mundo del artista no se cerraría al círculo de los expertos sino que se convertiría en lo que hoy es: uno de los pintores más aclamados del arte occidental.La cultura popular de su entorno fue uno de los temas recurrentes del artista así como la debilidad humana en caer en el engaño y en la tentación. En sus obras se advierte una cierta ironía burlesca, en ocasiones grotesca que dejan de manifiesto su forma de entender el mundo. Pero no todas los símbolos de sus cuadros se conocen. El jardín de las delicias, ese cuadro sobre la variedad del mundo, sigue escondiendo misterios. Al contrario de una novela negra en la que el autor revela los misterios al final, El Bosco se los guarda para sí. Y este es uno de los rasgos de su obra que deja al asistente con las pupilas dilatadas intentando descifrar todo lo que quiso pintar.
La muestra se dividirá en cinco secciones organizadas de manera temática y una última dedicada a sus dibujos. Su ciudad, que también fue la seña de identidad del Bosco, será la que abra el recorrido por las entrañas del artista. Y a modo de cierre la pinacoteca acogerá una selección de obras en las que se ve la influencia del artista flamenco. Y para celebrar el centenario del pintor el Museo del Prado y la Fundación BBVA, con la que han firmado un nuevo convenio de colaboración hasta 2019, preparan una agenda de diversas actividades.
Se cumplen 500 años de su muerte y sus miniaturas, dibujos, pinturas en los que se muestran todo su imaginario, en gran medida el pecado y el infierno, siguen guardando secretos.
@scamarzana