Benjamin Weil. Foto: Sergio Rudruello

Llegó a LABoral en octubre de 2011, tomando el relevo a Rosina Gómez Baeza en la dirección de este centro de arte de Gijón abierto en 2007. Había trabajado en el SFMOMA de San Francisco y el ICA de Londres. Era un nombre fuerte dentro del panorama internacional. A partir del próximo enero, Benjamin Weil será el director artístico del Centro Botín. Trabajará junto a Fátima Sánchez Santiago, directora ejecutiva, y al comité asesor de quien ya sabíamos los nombres: Vicente Todolí, Paloma Botín, Manuela Mena, Udo Kittelmann y María José Salazar. Ya hay fecha de reunión, a mediados de diciembre. "En esta nueva etapa me emociona mucho la idea de trabajar con una comisión de expertos para desarrollar una estrategia para este centro de arte, clave para la vida cultural del país", explica.



En sus manos estará la programación de este nuevo espacio en Santander, diseñado por Renzo Piano y previsto de apertura en junio de 2014. Lo inaugurará Carsten Höller, el conocido artistas de los toboganes de la Tate en 2006, del que este año hemos visto exposición en Air de Paris y hace dos en la gran exposición que le dedicó el New Museum de Nueva York. Emocionado con esta nueva etapa, cuenta Benjamin que lo conoce desde hace 25 años, aunque nunca ha trabajado con él. También que tienen muchos nombres en la cabeza pero que ahora mismo todo está por hacer: "La idea es crear un centro de arte contemporáneo de referencia, con artistas establecido y otros más jóvenes", añade.



-Justo hoy empieza en Madrid un encuentro organizado por la Asociación de Directores de Museos de Arte Contemporáneo (ADACE), llamado El futuro de los museos de arte contemporáneo, en el que modera una de las mesas. ¿Por dónde pasa ese futuro? ¿Dónde está el debate?

-Ahora mismo, en lo referente a los museos, lo más importante a resolver es cómo financiarlos. Ante la escasez de dinero público tenemos que buscarlo en lo privado. Es un problema generalizado, no sólo en España, vemos muchos casos también en Europa, aunque algunos países llevan más tiempo en este debate. En Reino Unido, por ejemplo, llevan diez años buscando opciones, también en Alemania... En España, donde además no hay una Ley de Mecenazgo, tenemos que crear una nueva dinámica.



-¿Cuál sería ese modelo?

-Un modelo en el que debe cambiar el rol de la autoridad pública, favorecer la colaboración con privados, coleccionistas, ciudadanos... Estoy pensando, por ejemplo, de cómo está creciendo el tema de crowdfunding. En el tema de amigos, de "ser miembro de una institución", como existe en otros países. Cuotas que pagas de golpe, como hace el Pompidou para entrar en el museo, y que es un dinero privado directo y que sirve de adelanto para el museo.



-¿Se pagará por entrar en el nuevo Centro Botín?

-La idea es que sea gratis, pero ahora mismo no podría asegurarlo.



-Seguro que tiene un sello propio que veremos también aquí...

-En todas las instituciones en las que he trabajado, en el SFMOMA de San Francisco, el ICA de Londres o LABoral, siempre me ha interesado mucho el tema de la producción. Encaja también en lo que me gustaría hacer en el Centro Botín. Y a partir de ahí, a ver lo que podemos llegar a imaginar...



-¿Cómo valora estos dos años de trabajo en Gijón?

-A veces complicado, pero ha sido emocionante. Trabajar en un museo actualmente en España es una tarea difícil, pero en LABoral hemos construido un espacio que aquí estaba por inventar. Es lo que más me atrajo de la idea de venirme a España. Me voy con la idea de haber construido un modelo de centro de arte único y muy importante.