El arquitecto Juan Herreros. Foto: Jordi Soteras
Hablamos con el arquitecto Juan Herreros, uno de los arquitectos españoles con más proyección, mientras Madrid celebra su Semana de la Arquitectura
Para hablar con él no hace falta excusa pero aprovechamos la Semana de la Arquitectura de Madrid porque, además, su proyecto Ágora Bogotá es uno de los exhibidos en la exposición Arquitectos de Madrid por el mundo en el COAM. Precisamente la construcción de este nuevo centro internacional de convenciones de la ciudad colombiana es una de las últimas que ha empezado su estudio que -nos cuenta- está también "terminando la construcción de un importante conjunto de parques metropolitanos en Panamá, rematando el proyecto de una manzana residencial en Casablanca, a punto de inaugurar una galería de arte en Bilbao..."
- Mucho trabajo fuera y poco dentro lo cual es drástico sobre todo para las nuevas generaciones de arquitectos que se enfrentan ahora al mercado laboral, ¿cuál es su futuro?
- El trabajo fuera de España hay que ir a buscarlo con un cierto arrojo y el de dentro hay que inventarlo en un despliegue de entusiasmo que es un proyecto en sí mismo. Las nuevas generaciones están bien entrenadas en ambas cosas y tendrán éxito si asumen que tienen que inventar su propio modelo profesional, que no es el del arquitecto tradicional. Afortunadamente, cada día vemos casos de prácticas emergentes novedosas que se apropian de sectores en los que la arquitectura no estaba presente.
Ágora Bogotá, Colombia, 2011
- Curiosamente, en los momentos de crisis se apela a las formaciones prácticas y eficientes como garantía de encontrar trabajo. Sin embargo a mis alumnos les explico que sólo serán competitivos si son creativos y experimentales, si son capaces de destacar en el mercado por alguna cualidad no homologable. Nuestros jóvenes arquitectos tienen una formación muy completa pero sobre todo son buenos diseñadores y eso es reconocido en todo el mundo.
- Entonces, ¿es el momento para experimentar?
- ¿Cuándo es más pertinente experimentar que en los momentos de duda? La falta de certezas es un motor para la búsqueda y la reorganización de los conocimientos. Búsqueda como mirada hacia adelante. Reorganización del conocimiento entendiendo que no hay verdadera innovación sin redescripción de lo que ya conocemos y renuncia a lo que se ha revelado insustancial. Sí, este es el momento para cambiar y abandonar todos los clichés y caminar un poco más ligeros de prejuicios.
La arquitectura se reinventa
Paradógicamente, en arquitectura, una de las profesiones más afectadas, la crisis no ha sido sólo negativa. Además de acabar con la construcción desorganizada y de dudosa calidad que aprovechaba exclusivamente la operación inmobiliaria, también hemos visto cómo se ensombrecían los proyectos de arquitectos estrella que, en algunos casos, brillaban sólo por la firma. "La crisis ha permitido a la arquitectura mostrar su complejidad y riqueza. En los años anteriores llegó a parecer tan fácil producir arquitectura que daba la impresión de que un solo individuo era capaz de inventarlo todo", comenta Herreros.
Estación de Santiago de Compostela, 2011
Siempre buscando la relación entre arquitectura y arte Juan Herreros ha sido responsable del diseño de la feria de arte contemporáneo ARCO (en 2008 y 2009), de la adecuación de las nuevas salas del Museo Reina Sofía para la Colección, diseñador habitual de exposiciones, la última la de Manuel Laguillo en el Museo ICO o de proyectos para artistas como el Pabellón Levitaciones realizado con Mónica Fuster. "En este tipo de trabajos -dice- hay dos componentes: el diseño de algo efímero, que se acomete con pocos medios y tiempos reducidos; y el contacto intenso con una disciplina artística ajena a la arquitectura. El primero convierte el trabajo en un experimento que nos permite ensayar ciertas configuraciones, materiales, efectos, etc. El segundo nos obliga a entender cómo otros miran, interpretan y describen lo que les rodea con la inmediatez del arte que no es la laboriosidad de la arquitectura".
El Museo Munch
La arquitectura es creación a largo plazo, de eso no hay duda. Ya han pasado más de cuatro años desde que Juan Herreros ganase el concurso para construir el Museo Munch en Oslo y más de tres desde que empezaron los problemas con el Ayuntamiento de la ciudad. Polémicas internas, en parte políticas y en parte ciudadanas, paralizaron el proyecto llegando hace año y medio al momento más complicado cuando diversos grupos de opinión solicitaron nuevos estudios para apoyarlo. Ahora, con el visto bueno definitivo, "lo retomamos desde un punto en el que ya estaba muy avanzado", explica el arquitecto.
Museo Munch, Oslo, 2009
- Este habría sido el año ideal para poner la primera piedra del museo y así estaba previsto. El parón retrasará un periodo equivalente esa ceremonia pero afortunadamente ahora parece que no hay dudas en la agenda, algo con lo que estamos entusiasmados, especialmente porque lo haremos con el apoyo de todos los agentes sociales, culturales y políticos, algo realmente difícil en el contexto nórdico.
- ¿Ha tenido que cambiar sustancialmente el proyecto original?
- Como la forma y el carácter del edificio se mantienen casi idénticos a los del concurso, puede parecer que el edificio no ha cambiado mucho. Sin embargo durante el proceso se han producido importantes ajustes que han enriquecido notablemente el proyecto gracias a la participación de un nutrido grupo de expertos pero también por atender a las voces que reclamaban ciertas consideraciones urbanas, visuales o económicas que han tenido que ser recogidas en el diseño que ahora estamos ultimando.
Con todo, hacia la Navidad de 2017 podremos ver El Grito en su nuevo emplazamiento. "Pienso que resultará muy atractivo que el museo se inaugure en invierno como quien enciende una lámpara en la ciudad oscurecida. Hemos calculado que coincidirá con el 125 aniversario del mítico cuadro, en cuyo fondo se adivina la península de Bjorvika en la que se construirá el museo".