IKON Gallery, en Birmingham, acoge una exposición del artista japonés Shimabuku.
La primera parada ha de ser inevitablemente Londres, punto de arranque habitual en toda visita al Reino Unido. Como sabemos, Londres es, junto a Nueva York, la capital mundial del arte contemporáneo y la oferta es sencillamente masiva. Empecemos por su gran templo, la Tate Modern de Bankside, donde el programa para este verano está liderado por la muestra dedicada a Ellen Gallagher(1965), una artista norteamericana que es de lo más interesante de su generación. Gallagher trabaja en la reflexión en torno a asuntos como raza o género siempre desde una sutil ironía. Recupera imágenes procedentes de revistas y publicaciones sobre cultura negra y las recontextualiza por medio del collage. Gallagher vive también un momento importante en su carrera pues a esta exposición, titulada Ax me, hay que añadir la que simultáneamente le dedica el New Museum de Nueva York, titulada Don't Ax me.Si Gallagher es uno de los máximos exponentes de la cultura afro-americana, Meschac Gaba e Ibrahi El-Salahi son dos de los referentes más claros del arte realizado hoy en África, el primero en su vertiente contemporánea, el segundo como faro de la modernidad en el continente. Gaba, beninés, lleva quince años trabajando en su proyecto Museo de Arte Contemporáneo Africano, que creo cuando era residente en la Rijksakademie de Amsterdam a la vista de las dificultades que encontraba en Europa para contextualizar su trabajo. Es un proyecto con el que analiza las ideologías del arte en sus diferentes escenarios. La exposición de El-Salahi tiene, por el contrario, un formato más convencional, el retrospectivo, y propone un recorrido exhaustivo por la obra de uno de los grandes artistas africanos de la segunda mitad del siglo XX. Nacido en Sudán y, por lo tanto, musulmán, supo engarzar las tradiciones africanas y árabes con inusitada naturalidad en extraordinarias pinturas.
Vision of the tomb,1965, El-Salahi
En la Whitechapel Art Gallery, en el este de la ciudad, puede verse una exposición que tiene un marcado carácter político bajo el título The Spirit of Utopia. Está formada por 10 artistas y colectivos internacionales entre los que destaca Yto Barrada, Time/Bank, Theaster Gates (precisamente el artista de Chicago y la citada Ellen Gallagher se encuentran muy próximos en sus respectivas aproximaciones al arte), Superflex o Pedro Reyes. Es un proyecto que se define entre la instalación y el taller, entre la conversación y el intercambio.
The spirit of utopia
En el Barbican Center acaba de cerrar la exposición dedicada a Geoffrey Farmer en la emblemática The Curve, y a la espera de la inauguración de la del turco Ayse Erkmen puede verse una instalación del argentino Leandro Erlich que juega con sus clásicos trampantojos visuales. Muy conocido en España, donde hasta hace días se ha podido ver una meritoria muestra de galería en NoguerasBlanchard Madrid, Erlich trabaja con la arquitectura y con distorsiones visuales que hacen que el espectador se replantee constantemente su situación física.
En el Camden Arts Center, situado cerca del parque de Hampstead Heath, puede verse una exposición recién inaugurada del artista sueco Jockum Nördstrom, que traslada a las bellísimas salas del espacio londinense un particular universo en el que las alusiones a la infancia y a la inocencia perdida no siempre esconden un submundo macabro y desasosegante. La obra de Nördstrom se define en collages, dibujos y esculturas de corte arquitectónico.
En la Hayward Gallery, en el complejo cultural de South Bank Center, puede verse una atípica exposición titulada Alternative Guide to the Universe, una muestra colectiva formada por artistas y arquitectos autodidactas y otros visionarios que no necesariamente tendrían vinculaciones pretendidas con el arte contemporáneo al uso. A los que hayan visitado la Bienal de Venecia esto les resultará familiar. De hecho, una de las partes de la exposición incluye el Museum of Everything, un museo nómada que configura uno de los Collateral events en la Bienal y que reúne a una serie de artistas 'raros' que a muchos nos costaría contextualizar en el marco del arte normativo de nuestros días.
La National Gallery muestra una exposición titulada Vermeer & Music en la que, partiendo de los dos cuadros de Vermeer que la pinacoteca londinense tiene entre sus fondos más uno que ha pedido a otra institución británica, trazan un recorrido por uno de los pasatiempos más representados en la pintura holandesa del siglo XVII. A través de la mirada atenta a los diferentes instrumentos musicales se puede realizar una lectura de las costumbres de la sociedad del momento y al mismo tiempo analizar la época desde una perspectiva sociológica.
Cuadro de Vermeer en la exposición Vermeer & Music de la National Gallery.
En el British Museum podrán ver la exposición Life & Death. Pompeii and Herculaneum, un proyecto realizado junto a la Superintendecia Arqueológica de Nápoles y Herculano que reúne más de 250 objetos ya conocidos y otros que han sido hallados más recientemente. Es un tema recurrente en las programaciones de este tipo de museos pero no se había tratado en las Islas Británicas en 40 años.
Si volvemos al ámbito del arte contemporáneo podemos hacer una visita a la Serpentine Gallery, en Kensington Gardens donde, como cada verano se dedica un espacio a un arquitecto de renombre internacional para que diseñe un pabellón. Este año el arquitecto seleccionado es Sou Fujimoto, uno de los más laureados de la actualidad pese a su corta edad, 41 años. Es Fujimoto un arquitecto orgánico y liviano, y su proyecto alude a esa idea de transparencia simulando una nube o un haz de luz si se mira desde la distancia. Dentro del pabellón, sin embargo, sorprende su naturaleza cuadriculada y sistémica.
En la galería puede verse una exposición dedicada a Sturtevant, artista norteamericana residente en París que pasa por ser una de las creadoras más influyentes de las últimas décadas. Sturtevant, una artista muy de la cuerda de la cabeza pensante del centro, Hans-Ulrich Obrist, fue vilipendiada en sus inicios tras presentar sus célebres copias de obras de otros. No se entendieron en su día y ahora son referenciales. La exposición recorre casi medio siglo de trayectoria.
Finalmente, en la David Roberts Foundation, los comisarios Pablo León de la Barra y Carmen Juliá presentan una muestra colectiva titulada Friends of London que reúne el trabajo de artistas que vivieron con un pie en las Islas y con otro en Latinoamérica. Entre estos artistas cabe destacar a David Lamelas, a quien hemos tenido la oportunidad de ver en España recientemente o Caetano Veloso.
Tras este largo paseo por el programa institucional londinense, proseguiremos hacia el este hasta llegar a Bristol, donde la institución Arnolfini presenta una interesantísima exposición dedicada a Ian Hamilton Finlay, un artista verdaderamente especial. Fue pastor, jardinero, poeta y artista total que se centró en las vinculaciones entre lenguaje y paisaje. Son conocidas sus palabras inscritas en piedras y sus textos en neón. La exposición se acompaña de obras de otros artistas como Jason Dodge o Christian Flamm. Hamilton Finlay es un artista fascinante que en algunos matices relacionados con la conceptualización del paisaje puede recordar a Perejaume.
Obra de Ian Hamilton Finlay en Arnolfini.
Desandaremos lo ya hecho y subiremos hacia el norte atravesando el bellísimo condado de Somerset (Bath es una parada muy recomendable) para llegar tras un rato por carretera a Oxford. En la ciudad universitaria puede verse una interesante exposición dedicada a Haris Epaminonda en Modern Art Oxford. La artista, que realizó junto a Daniel Gustav Cramer una extraordinaria presentación en la Documenta de Kassel, presenta trabajos nuevos en torno al nuevo filme que ha realizado, Chapters, en el que recurre a las figuras de Fra Angelico y del director de cine georgiano Sergei Parajanov. Siempre es sugerente ver una exposición de Epaminonda. Su modo de entender el espacio y la sutileza y el sentido de intimidad con la que lo afronta.
Obra de Haris Epaminonda en Modern Art Oxford.
Obra de Shimabuku en IKON Gallery.
Continuamos hacia en noroeste y paramos en Liverpool, donde la Tate propone dos exposiciones muy diferentes. La primera es la dedicada a Chagall, que reúne 60 pinturas con las que se quiere subrayar su importancia como gran maestro moderno. La muestra es la primera en las Islas desde hace quince años y se centra en la primera etapa del artista, la del París de preguerra, y la Rusia prerrevolucionaria. La otra muestra es la de la artista afincada en Nueva York Moyra Davey, con su particular estilo fotográfico. La estadounidense ha realizado fotografías en Liverpool y Manchester y las he reenviado por correo a los lugares en los que fueron tomadas. Las marcas administrativas de ese envío aportan nuevos significados a las imágenes.
Obra de Marc Chagall en Tate Liverpool.
En Leeds, ya al norte del país, la Henry Moore Foundation presenta una exposición atractiva y especial sin huir de la reflexión escultórica a la que nos tiene acostumbrado el centro. Indifferent Matter: From Object to Sculpture reúne trabajos de Felix González-Torres, Robert Smithson, Hans Haacke y Andy Warhol y las enfrenta a objetos antiguos como jades neolíticos, fragmentos de esculturas romanas, minerales o eolitos. Se trata de comprobar como se comportan las obras de arte con su fuerte carga subjetiva frente a otras formas tridimensionales de otras culturas o simplemente ajenas a cualquier cultura.
Llegando ya a la frontera norte del país, encontramos la última parada en la localidad de Gateshead, cerca de Newcastle, donde el Baltic Art Center presenta una importante exposición sobre el pintor alemán Thomas Scheibitz, artista del que hemos hablado repetidamente en este sitio. Scheibitz juega con la geometría y el color para realizar composiciones que caminan a caballo entre figuración y abstracción y que muchas veces tienen traducción en formas tridimensionales. En esta exposición del Baltic la escultura se impone sobre la pintura, aunque aún pueden verse buenos ejemplos de la obra bidimensional que ha situado a Scheibitz entre los pintores más importantes de su generación.
Cambiamos de país y nos introducimos en los bellísimos parajes escoceses para llegar a Edimburgo, donde la Fruitmarket Gallery presenta la obra de Gabriel Orozco en el marco del Edinburgh Art Festival. Orozco, mexicano del 62, es uno de los grandes artistas de nuestro tiempo, reúne sus trabajos bajo la supervisión de una prestigiosa comisaria Briony Fer, que ha incluido una serie de acetatos realizada en los años noventa que jamás han sido expuestas antes.
Gabriel Orozco. The Fruitmarket, Edimburgo.
Uno de los grandes momentos de la temporada escocesa lo marca la exposición dedicada al artista británico Peter Doig, uno de los grandes pintores de nuestro tiempo. Doig, nacido en Escocia, presenta obra realizada en los últimos diez años, periodo que ha pasado en la isla de Trinidad. Es Doig, sin duda, uno de los pintores más personales de la contemporaneidad, poseedor de un estilo inconfundible que enraiza mucho más con pintores figurativos de la vanguardia que con artistas coetáneos. No se la pueden perder.
En Inverleith House, uno de esos lugares típicamente británicos que cuenta con un impresionante jardín botánico, puede verse una exposición dedicada a Franz West, el importantísimo artista austriaco fallecido este año. La obra de West ha tenido una influencia poderosa en otros artistas, y la exposición se centra en sus trabajos en colaboración con otros creadores, desde Pistoletto hasta Stingel, desde Mike Kelley a Sarah Lucas. West creo sus Adaptives en los años setenta, prótesis de yeso que exigían la participación del espectador y que se acoplaban a sus cuerpos obligándolos a adoptar posturas antinaturales con las que aludía a una cierta neurosis.
En línea recta hacia el oeste, la ciudad de Glasgow, una de las más atractivas de Europa en términos de cultura b, ofrece en The Modern Institute una exposición sobre uno de sus pesos pesados, Martin Boyce. En este recorrido por lo mejor del arte contemporáneo se está obviando deliberadamente a las galerías privadas que, en su mayoría, cierran por vacaciones. The Modern Institute es una galería comercial pero ni cierra por vacaciones ni puede adscribirse su labor a la de una galería al uso, tal es su centralidad en el sistema de las artes escocés. Martin Boyce, ya saben, Premio Turner 2011, es uno de los grades escultores de un país de escultores.
Martin Boyce, The Modern Institute.
En la pequeña localidad de Dundee está otro de los centros más interesantes de la escena escocesa, Dundee Contemporary Arts. Aquí puede verse una exposición que encarna con meridiana claridad el espíritu del centro. Se trata de una muestra dedicada a una artista muy poco conocida que trabajó en Estados Unidos en el ámbito del Pop de los sesenta, Sister Corita Kent, una activista política y religiosa cuyos trabajos mezclaban su profunda espiritualidad con el zeitgeist del momento. A los trabajos de la americana se unen otros realizados por artistas contemporáneos como Ruth Ewan, a quien conocemos por su exposición en el CAAC de Sevilla. El legado que deja Sister Corita Kent es a la vez político y lúdico.
Llegados a este punto nos vemos obligados a abandonar por un rato el coche para saltar hasta Irlanda, donde el Irish Museum of Modern Art presenta la exposición Cloud Illusions I recall, una frase tomada de una canción de Joni Mitchell. Organizada por Dominique Gonzalez Foerster y Cerith Wyn Evans, se trata de explorar cuánto de cinemático puede existir en el experiencia perceptiva del arte. Los dos artistas han seleccionado un conjunto de obras de diversos artistas como Cindy Sherman, Peter Doig o Allen Ruppersberg.
Una última parada en el norte del país constituirá el fin de nuestro viaje por las Islas Británicas. Se trata del Centro de Arte Contemporáneo de Derry/Londonderry, donde puede verse el proyecto colectivo You only fall twice, ideado por Beirut in Cairo. Se trata de una exposición de formato esquivo, con artistas que dan forma a narrativas deslizantes no siempre fáciles de aprehender. Artistas, comisarios y escritores se funden en entidades comunes y modelan una historia tan aparentemente incoherente como reveladora de un radical escepticismo.