Detalle de Palco en el teatro (En el concierto), de Pierre-Auguste Renoir.
Este otoño-invierno se llevan los impresionistas. A la monográfica de Berthe Morisot que acaba de abrir el Thyssen en Madrid se suma la exposición colectiva que inaugura mañana el CaixaForum de Barcelona: Impresionistas. Maestros franceses de la colección Clark. Los capitanea Renoir, el artista más presente en la colección que el magnate y filántropo Sterling Clark reunió a principios del siglo XX y en la que destacan las obras de los primeros impresionistas -Sisley, Pissarro, Manet, Monet, Degas-. No obstante, éstos conviven con los realistas de la escuela de Barbizon -Corot, Millet, Rousseau-. La exposición revive así el esplendor de la pintura del novecientos, cuya capital indiscutible fue París.Las obras proceden del Sterling and Francine Clark Art Institute, el museo que el coleccionista y su esposa fundaron en 1955 en Williamstown (Massachussets), después de tres décadas adquiriendo obras de arte de incalculable valor. "Sterling Clark tenía las cualidades cualquier coleccionista querría: paciencia, un gran ojo y recursos ilimitados, ya que era el heredero de la fortuna de Singer Corporation", explica Thomas J. Loughman, subdirector de la institución. "Construyó una maravillosa colección, con obras de Renoir, Degas, Berthe Morisot… pero también de los academicistas de la época: Gêrome, Bouguereau, e incluso pintores como Alfred Stevens o Giovanni Boldini".
La muestra, que estará abierta al público hasta el 12 de febrero, ha sido comisariada por Richard Rand, el conservador jefe del Clark Art Institute. La subdirectora del Área Cultural de la Obra Social "la Caixa", Isabel Salgado, asegura que se trata de una oportunidad única para ver estas obras maestras francesas de finales del XIX y principios del XX: "Es muy difícil que una institución como Sterling and Francine Clark Art Institute permita que toda su colección salga de Estados Unidos. En este caso ha sido posible porque están reestructurando el museo de su sede principal".
Una oportunidad que, en palabras de Loughman, permitirá al visitante apreciar todos los cambios que sufrió la pintura francesa a finales del siglo XIX y principios del XX, una época de experimentación y revoluciones pictóricas cuya vanguardia lideraron los impresionistas.